El histórico parlamento de Villarrica se celebró el 31 de
diciembre de 1882, entre el Coronel Gregorio Urrutia Venegas
y el Cacique Epulef a orillas del lago Mallolafquén o
Villarrica. Con este acuerdo se terminó con la posesión del
territorio por la bravía raza araucana y el Gobierno tomó
posesión pacífica del área en forma definitiva.

Cabe consignar que la Guerra de Arauco se inició con la
llegada del conquistador Diego de Almagro a tierras mapuches
en 1536, donde encontró gran resistencia a su avance. Pero la
verdadera lucha se desencadenó más tarde al llegar Pedro de
Valdivia a la zona comprendida entre los ríos Bío Bío y
Toltén, región que se conoce como de la “Araucanía”.

De hecho Villarica fue descubierta por Valdivia en 1551 y
fundada el 23 de abril del año siguiente por Jerónimo de
Alderete. Se bautizó como “Villa Rica”, por los abundantes
yacimientos de oro y plata que existían en la zona. El
objetivo de esta villa era explotar los lavaderos de oro y
consolidar un paso invernal hacia las pampas y el Atlántico,
pero fue abandonada en 1554 y repoblada en 1559 por orden del
nuevo Gobernador, García Hurtado de Mendoza.

Posteriormente, en 1602, la ciudad fue completamente
destruida por las fuerzas indígenas comandadas por el Cacique
Pelantaro. Luego de este levantamiento, que asoló todo el sur
del territorio, los mapuches mantuvieron el dominio de la
zona hasta la fecha en que se celebró el Parlamento de
Villarrica.

Cabe señalar que a fines de 1880 nuevamente había estallado
una violenta sublevación mapuche, como consecuencia del
estallido de la Guerra del Pacífico el año anterior, cuando
las tropas que resguardaban la zona de la Araucanía, también
conocida como de la Frontera, debieron ser trasladadas al
norte del territorio nacional.

Como consecuencia de este levantamiento, el Gobierno por
Decreto Supremo del 16 de febrero de 1881 designó a Urrutia,
Jefe de Estado Mayor del Ejército del Sur asumiendo como
Comandante en Jefe Interino, debido al gran conocimiento que
tenía de la zona y de los indígenas.

Así, Urrutia los enfrentó con su arma táctica infalible
«vencer sin exterminar», ya que manifestaba que los bravos
descendientes de Lautaro, «habrían muerto con la lanza en la
mano antes de rendirse uno solo, si hubiéramos usado el rigor
injusto con ellos y hubiésemos pisado a Villarrica en son de
guerra a muerte y sin cuartel».

Según Urrutia su misión la cumplió de la siguiente manera:
«Me impuse como norma de conducta invariable no mentirles
nunca ni faltaba jamas a las promesas que les hacía, atendía
lo mejor posible a los indios pobres, facilitándoles bueyes
para sus trabajos, dándoles semillas y hasta los ayudaba en
sus cosechas con mis soldados» parlamentando con ellos como
hijos que eran de una misma tierra chilena.

Con estos principios, el Coronel Urrutia, logró la paz luego
de dos años de trabajo en los cuales fundó nuevas poblaciones
como Temuco, Carahue y La imperial y finalmente los indígenas
quedaron al igual que todos los chilenos, sometidos a las
leyes protectoras dictadas por el Congreso Nacional.

Cabe señalar que la Guerra de Arauco que se prolongó del
siglo XVI al XIX, es un caso único en la conquista de América
por la resistencia inflexible del indígena en la defensa de
su territorio, no sometiéndose nunca por la fuerza de las
armas ni por los intentos pacíficos para atraerlos y
asimilarlos.

La paz lograda con el Parlamento de Villarrica no fue ganada
en el campo de batalla sino gracias a la sagaz y prudente
actitud de Urrutia, permitiendo que las regiones despobladas
de la antigua Frontera, se convirtieran en campos de
inagotables riquezas agrícolas, en cuyo aledaño florecieron
laboriosas ciudades.

Villarica fue reconstruida y transformada en ciudad el 2 de
enero de 1897 y en junio de 1916 se creó la Comuna de
Villarrica. Actualmente posee una población aproximada de 36
mil habitantes y es el centro administrativo y receptor del
flujo turístico que llega a la zona.

Por somosfutrono

Somos un medio de comunicación que difunde el respeto al medio ambiente y los pueblos originarios; NOTICIAS , ACTUALIDAD, COMPROMETIDOS CON LA VERDAD.