Durante la Guerra contra la Confederación Perú-boliviana, se
desarrolló el Combate del Puente de Buin, cerca de Yungay en
Perú, el 6 de enero de 1839. El ejército chileno comandado
por Manuel Bulnes Prieto, estaba compuesto por mil 200
soldados, mientras que el confederado contaba con 7 mil
hombres al mando de Andrés Santa Cruz. A pesar de la
diferencia de fuerzas el triunfo fue chileno.

Cabe señalar que anteriormente, el grueso de nuestros
soldados se encontraba en el pueblo de Carhuaz, de donde
salieron en la madrugada del día 6 con rumbo a Yungay. Allí
el ejército se dividió en dos, quedando una de las columnas
dirigidas por Bulnes. Entonces, Santa Cruz decidió aniquilar
esta división.

De acuerdo a ese objetivo, cuando nuestras fuerzas cruzaban
el río Buin, fueron alcanzados por el enemigo. Si bien este
río era extraordinariamente seco; ese día venía con una
enorme crecida, de hecho, sus aguas, convertidas en torrentes
debido al violento desnivel, arrastraban grandes piedras,
troncos y árboles.

Así a las 15:30 horas comenzó el combate por la posesión del
puente. Sin embargo, los chilenos lograron cruzarlo, gracias
a la valiente y tenaz resistencia que efectuó el Subteniente
Lorenzo Colipí junto a otros soldados, durante largas horas
frente a las avanzadas enemigas, permitiendo de este modo que
el grueso del ejército se alejara lo suficiente, para
librarse de tan peligroso encuentro.

Algunos oficiales bolivianos se arrojaron al torrentoso río
con intención de cruzarlo, pero el caudal los arrastró y
pocos pudieron salvarse. Finalmente, el enemigo se replegó
con sus muertos y heridos a una loma cercana.

Colipí no sólo detuvo al adversario, sino que cortó el
puente, quemándolo. Esta acción, junto al Combate del Puente
de Llaclla, le han permitido, a este oficial araucano, ser
conocido por la historia como el «Héroe de los Puentes».

Por el puente Llaclla el Congreso le concedió el derecho a
usar el escudo «A los once del Puente de Llaclla», siendo
ascendido al grado de Teniente. La inscripción recordaba que
Colipí peleó en aquella ocasión con once soldados, contra una
fuerza muy superior.

Mientras que en el segundo encuentro con los confederados,
el oficial Colipí fue un digno exponente de la raza araucana
con todas sus virtudes de valor y espíritu guerrero. Cuenta
la historia que cuando el General Bulnes, regresó a Chile,
quiso felicitar públicamente al Cacique Ulmen Colipí, por la
brillante actuación de su hijo y lo mandó llamar a
Concepción.

Ulmen oyó atentamente las alabanzas que hacían de su hijo y
su rostro no indicaba la más mínima satisfacción por los
elogios que le prodigaban; el General Bulnes no pudo menos
que preguntarle sino se sentía orgulloso de las hazañas de su
heredero.

Brillaron entonces los ojos del Cacique y con esos rasgos de
altiva elocuencia, replicó: «¿De qué te extrañas, no sabías
acaso que era hijo mío?».

Por somosfutrono

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