Uno de nuestros héroes olvidados, José Luis Araneda Carrasco,
luego de haber dejado su carrera militar activa, le fue
otorgó el grado de Coronel el 10 de febrero de 1908, a los 58
años de edad, en reconocimiento a su trayectoria en el
ejército, que con tanta vocación y prestigio supo llevar
adelante.

Cabe consignar que Araneda se enroló en el ejército a los 17
años de edad, en 1865, época en que se declaró la guerra
contra España, siendo destacado en el puerto de Talcahuano,
bloqueado a la fecha por la fragata “Resolución”, de la
Escuadra española.

Terminado el conflicto ostentaba el grado de Sargento 1°,
entonces fue destinado con su unidad a la campaña de
Pacificación de la Araucanía. En ella tuvo participación en
las acciones de: Caullín, Huellilhue, Huima, Chanco,
Perquenco y Cerro Verde. Además en la fundación y
construcción de varios fuertes, como el de Cañete y otros
menores en la Alta Frontera.

Luego, al estallar la Guerra del Pacífico en 1879, se
encontraba en Collipulli, ostentando el grado de Teniente.
Entonces fue destinado al norte, cumpliendo su primera misión
de combate en el Asalto y Toma de Pisagua, desarrollado en
noviembre del mismo año. En junio del año siguiente, con el
grado de Capitán y formando parte del Regimiento Buín
contribuyó a consolidar el triunfo y ocupación de Arica,
luego de la toma del fuerte de El Morro.

Tres meses más tarde, participó en la “Expedición Lynch” que
llevaba por misión distraer a las fuerzas peruanas de Lima,
imponiendo contribuciones de guerra a los hacendados del
extremo norte y batiendo a las unidades regulares que se
interpusieran en la operación.

En esta expedición, Araneda fue uno de los artífices de la
liberación de los esclavos chinos que trabajaban en las
industrias y haciendas peruanas del norte. Logró enrolar en
el ejército chileno a mil 200 chinos, los que se desempeñaron
como auxiliares logísticos, particularmente en el servicio
sanitario.

Pero el hecho que lo inmortalizó fue la Batalla de Sangra,
la que tuvo lugar los días 26 y 27 de junio de 1881, en la
sierra peruana a 4 mil metros de altura. Araneda con el grado
de Capitán y con 35 hombres a su cargo, debió enfrentar al
ejército enemigo diez veces superior en fuerzas.

Desde que se inició el abrumador ataque, Araneda animó
constantemente a sus soldados. El Coronel peruano le solicitó
la rendición en repetidas oportunidades, las mismas que el
Capitán contestó por medio de su pequeño corneta de solo 13
años de edad, José Gavino Aguila, quien tocaba “calacuerda”
en señal de lucha hasta morir.

Cuando llevaban más de trece horas luchando sin cesar, las
tropas peruanas se retiraron por el temor a ser sorprendidos
por refuerzos chilenos. Sobrevivieron a este ataque siete
soldados, entre ellos el niño de la corneta, dos Subtenientes
y el Capitán, a quienes se les reconoce como: ¡Los diez de
Araneda!, ¡Los diez de Sangra!.

A fines de 1881, Araneda fue ascendido al grado de Sargento
Mayor y a mediados de 1890, al de Teniente Coronel. Con este
grado lo encontró la Guerra Civil de 1891, donde luchó por la
causa balmacedista, pero triunfante los congresistas, fue
llamado a retiro.

Finalmente, el “Héroe de Sangra” falleció en la ciudad de
Santiago el 19 de enero de 1912, a los 63 años de edad. El
historiador General Indalicio Téllez Cárcamo, dijo en tan
triste momento:

«Uno más. Uno a uno van cayendo los héroes de la Patria. Son
ya muchos, pero éste fue de los más grandes. Tan grande como
Prat y Carrera Pinto; no tuvo como ellos la suerte de morir
al pie de su bandera.»

Por somosfutrono

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