En la ciudad de Mendoza falleció el 13 de febrero de 1813
Juan Martínez de Rozas Correa, a los 54 años de edad,
realizándose sus funerales en la iglesia matriz de esa
ciudad. Si bien, se encontraba en Argentina desterrado por el
gobierno de José Miguel Carrera Verdugo, este hombre tuvo una
destacada participación en la Independencia de Chile

Así y luego de 76 años de su muerte, en 1889, durante el
gobierno del Presidente José Manuel Balmaceda Fernández, los
restos de Martínez de Rozas fueron repatriados y al año
siguiente enterrados en Concepción, ciudad que lo vio nacer y
crecer en el campo político.

Cabe consignar que, Martínez de Rozas nació en 1759 en
Mendoza, capital de la provincia de Cuyo, que perteneció al
Reino de Chile hasta 1778. A los 21 años de edad se matriculó
en la carrera de leyes de la Real Universidad de San Felipe
en Santiago y cuatro años más tarde en 1784, la Real
Audiencia le extendió el título de abogado.

Más tarde, en 1787, inició su carrera pública como asesor de
Ambrosio O’Higgins, que en esa época desempeñaba el cargo de
Intendente de Concepción. Al año siguiente cuando O’Higgins
fue nombrado Gobernador de Chile y Capitán General, a la vez
que presidente de la Real Audiencia, Martínez de Rozas asumió
como Intendente interino.

Se desempeñó en la Intendencia por más de un año, donde se
reveló como un gobernante enérgico, activo, progresista y
sensato, siendo la base del prestigio que adquirió en el sur.
Este se acrecentó en 1795, al casarse con la hija del
comerciante de mayor fortuna de Concepción.

En 1796, a los 37 años de edad fue nombrado asesor del
Gobernador Gabriel Avilés del Fierro, cargo que desempeñó
hasta 1800. Concluida esta función, volvió a Concepción para
retomar su antiguo cargo de Intendente. Pero fracasó en su
intento al igual que en recuperar la asesoría, debido a que
el Intendente Luis de Álava lo impugnó como persona carente
de independencia para administrar justicia, dadas sus vastas
relaciones familiares que tenía en Concepción.

Entonces cuando Álava pretendió el gobierno interino, a la
muerte de Luis Muñoz de Guzmán en febrero de 1808, se
encontró con Martínez de Rozas que tomó la defensa de las
aspiraciones de Francisco García Carrasco Díaz. Así, una vez
que este último asumió al poder, lo nombró su secretario
privado.

Poco después en octubre de 1808, tuvo lugar el escándalo del
apresamiento del buque inglés “Scorpion” y el asesinato de su
Capitán, en el que Martínez de Rozas estuvo involucrado, por
lo cual su prestigio cayó, al igual que la del gobernador, y
tuvo que regresar a Concepción.

Por su parte, García Carrasco tomó una actitud represiva
contra toda persona que pensara en el triunfo de los
franceses en España. Todo esto sumado al cautiverio del rey
Fernando VII, llevó a la ciudadanía en pensar en la
independencia.

Así fue que en Concepción, el hogar de Martínez de Rozas se
convirtió en el centro de reunión de quienes abogaban por una
Junta de Gobierno, y de ahí que se transformara en caudillo
de la revolución y fuera nombrado tercer vocal en la Primera
Junta de Gobierno, celebrada el 18 de septiembre de 1810, la
que fue presidida por Mateo de Toro y Zambrano Ureta.

Sus capacidades y conocimientos lo transformaron en líder de
aquella instancia gubernativa y, como tal, inició la
construcción de bases más radicales en su actuación pública.
La muerte del Presidente precedida por la del vicepresidente,
a principios del año siguiente, le permitieron ejercer el
poder a su voluntad.

Si bien el Presidente de la Junta era Fernando Márquez de la
Plata, quien en realidad tenía su dirección era Martínez de
Rozas. En esas circunstancias, reprimió duramente el intento
contrarrevolucionario encabezado por el Coronel Tomás de
Figueroa el día 1 de abril de 1811, e intervino en el
correspondiente proceso judicial que se le siguió, redactando
él mismo la sentencia de muerte de Figueroa.

En la conformación del Primer Congreso Nacional, los
partidarios de Martínez de Rozas no alcanzaron una mayoría
sustancial debido, precisamente, a esta forma de ejercicio
del poder. Según muchas opiniones, la dureza de sus
actuaciones hizo que los electores de Santiago votaran
preferentemente por candidatos a diputado de tendencia
realista o conservadora.

Entonces, Martínez de Rozas se trasladó nuevamente a
Concepción, donde participó activamente en un Cabildo
Abierto, desconociendo los poderes de los diputados elegidos
con anterioridad, disponiendo su reemplazo por otros más
radicales.

Mientras esto sucedía en la ciudad penquista, José Miguel
Carrera Verdugo dio un golpe de Estado en Santiago el 4 de
septiembre de 1811 y nombró a Martínez de Rozas como vocal de
la nueva Junta, en representación de Concepción.

Luego, Carrera descontento con el curso que habían tomado
los acontecimientos dio un segundo golpe de Estado el 15 de
noviembre de ese mismo año, manteniendo a Martínez de Rozas
en su cargo, pero asumió en su reemplazo Bernardo O´Higgins
Riquelme, por encontrarse aquel en su ciudad.

Pronto O’Higgins se retiró de la Junta por no estar de
acuerdo con las arbitrariedades de Carrera, que dominó
totalmente la situación en Santiago. Mientras tanto, en
Concepción Martínez de Rozas organizó una Junta provincial
para oponerse también a Carrera y desconocer todo lo obrado
por éste.

Entonces Carrera y Martínez de Rozas negociaron sus
posiciones, reconociendo el primero la Junta de Concepción a
principios de mayo de 1812. Pero a pesar del pacto, la Junta
fue derribada y Martínez Rozas fue trasladado a Santiago y
deportado a Mendoza por Carrera el 10 de octubre de 1812.

Por somosfutrono

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