En la ciudad de Buenos Aires falleció el 19 de febrero de
1865, el escritor Francisco Bilbao Barquín a la edad de 42
años, luego de sufrir por seis años de tuberculosis. Fue uno
de los fundadores de la Sociedad de la Igualdad y precursor
del Partido Socialista en Chile. Además está considerado como
el iniciador de la Escuela Racionalista de América del Sur.

Su aparición pública la inició a los 21 años de edad, en
junio de 1844, al publicar su más controversial obra, “La
Sociabilidad Chilena”, en el periódico El Crepúsculo. En
ella, junto con formular sus teorías de política de reformas
democráticas, atacó duramente al clero católico a quien acusó
de “engañar y oprimir al pueblo”.

El libro fue recibido con mucho desagrado por el clero, y a
su vez la aristocracia santiaguina, a través del diario El
Progreso, lo acusó de sedición, inmoralidad y blasfemia,
sobre la base de una ley de imprenta que censuraba este tipo
de escritos, mientras que el periódico El Siglo lo defendió
apasionadamente.

Ese mismo mes Bilbao fue puesto a disposición de la
justicia, y él asumió personalmente su defensa. El jurado
encargado por la ley de imprenta, lo condenó a una multa de
mil 200 pesos, los que fueron pagados por sus partidarios.
Así, Bilbao salió victorioso de los tribunales sobre los
hombros de sus compañeros.

Sin embargo, este caso le costó sus estudios, siendo
expulsado sin terminar su carrera de abogado. Entonces se
retiró a Valparaíso, donde tomó la dirección de la Gaceta del
Comercio. Pero al año siguiente en 1845 se trasladó a
Francia.

En París se matriculó en el College de France donde tomó
cursos sobre el cristianismo y de Historia. Además, siguió
Astronomía, Química, Matemáticas, Inglés, Geología y Economía
Política. En Europa vivió importantes experiencias,
reafirmando su anhelo de libertad política para los grupos
populares.

Luego de cinco años en el Viejo Continente, regresó a Chile
en febrero de 1850, empleándose en la Oficina de Estadística
y se incorporó como Oficial de la Guardia Nacional.
Socialmente se relacionó con Santiago Arcos, José Zapiola,
José Larracheda, Cecilio Cerda y Eusebio Lillo y otras
personas de tendencias revolucionarias y librepensadoras.

Con sus amigos fundó “La Sociedad de La Igualdad” en abril
de 1850, cuyos principios se basaron en reconocer la
soberanía de la razón como autoridad de autoridades, la
soberanía del pueblo como base de toda política, y el amor y
fraternidad universal como vida moral.

Para difundir sus ideas crearon el diario El Amigo del
Pueblo, así la Sociedad se fue extendiendo por las
principales ciudades del país, realizando labores de
educación popular y discusiones políticas acerca de la
Constitución de 1833 y sobre las formas de democratizar la
sociedad chilena.

Desde el periódico la Sociedad emitió los más enconados
ataques a la candidatura de Manuel Montt Torres y al clero.
Entonces el gobierno inició una campaña de hostigamiento
contra sus miembros, incluso detuvo y desterró a Chiloé a
algunos de sus partidarios y, declarando estado de sitio en
noviembre de 1850, pudo decretar la prohibición de la
existencia de la organización.

A su vez, la Iglesia Católica excomulgó a Bilbao, por su
obra “Los Boletines del Espíritu”, donde criticó los dogmas
católicos. Esto y lo anterior llevó a Bilbao a ocultarse en
las cercanías de Santiago, adiestrándose en el uso de las
armas y concibiendo ya la idea de una insurrección contra el
Gobierno.

En alguna medida las prédicas de Bilbao y sus seguidores
fueron causa de la Revolución de 1851, los que fueron
derrotados por las fuerzas del recién ascendido Presidente
Montt, como consecuencia de lo cual, Bilbao huyó a Perú. Allí
se integró a la vida política peruana, criticando al clero
local, y también siguió escribiendo sobre Chile, publicando
escritos como La Revolución de Chile, los Mensajes del
Proscrito y Vida de Santa Rosa.

En 1855 las autoridades peruanas le solicitaron que
abandonara Perú, y con sus 32 años de edad nuevamente viajó a
Europa. En esa época publicó una serie de ensayos sobre la
unidad política de Latinoamérica, sobre la base de la
realidad social común de sus países.

Luego de dos años, se radicó en Buenos Aires, donde se
reunió con sus padres. Allí continuó su labor política,
colaborando en diversos periódicos y polemizando sobre el
clero argentino, labor que continuó hasta su muerte.

Por somosfutrono

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