Casi al término de la Patria Vieja, las fuerzas realistas al
mando del Coronel Idelfonso Elorreaga, se enfrentaron al
ejército patriota comandado por el Coronel Carlos Spano, en
la ciudad de Talca el 4 de marzo de 1814. La victoria
realista provocó la pérdida de la base de aprovisionamientos
de los patriotas.

Cabe consignar que anteriormente, a fines de 1813 la Junta
de Gobierno había nombrado a Bernardo O’Higgins Riquelme como
General en Jefe del Ejército, separando de todos los cargos a
los hermanos Carrera Verdugo, por el rumbo que estaban
tomando los acontecimientos.

Esta decisión se debió al régimen impuesto por José Miguel,
el cual, se vio conmovido por las luchas internas de la
familia Carrera, provocadas por su hermano Juan José. Además,
su gobierno como los anteriores, descuidó la preparación
militar del país, lo que se agravó por las desidencias entre
Santiago y Concepción, que dejaron a esta provincia en tal
desorden que la mayor parte de la guarnición se pasó al bando
realista.

Mientras tanto, el Virrey del Perú, designó para comandar
las fuerzas españolas en Chile al Brigadier Gabino Gaínza en
reemplazo de Antonio Pareja, fallecido en mayo de 1813. Así
fue que, las nuevas fuerzas realistas llegaron a Arauco a
fines de enero de 1814, cuyo objetivo era terminar con los
revolucionarios independentistas.

Con este fin, comenzaron el avance hacia el norte, y Gaínza
designó a Elorreaga para que vigilara Talca. La guarnición
con 120 soldados se encontraba a cargo del Coronel Spano, de
origen español que se había unido a las fuerzas patriotas.
Entonces, el jefe realista mandó un parlamentario, de manera
que los patriotas entregaran la plaza en el lapso de 15
minutos, bajo amenaza de pasar cuchillo a la guarnición.

Rápidamente Spano, envió un emisario donde el comandante de
Granaderos Juan Rafael Bascuñán que se encontraba con
O’Higgins, con órdenes de acudir en su auxilio, y a pesar que
el adversario contaba con fuerzas cinco veces superiores a
las suyas, contestó al Coronel Elorreaga, que solo después de
muerto podría ocupar la ciudad que estaba entregada a su
cuidado.

Al recibir la respuesta Elorreaga dio la orden para comenzar
la batalla. Los patriotas se batieron como acostumbraban
hacerlo en defensa de su patria, resistiendo desde las 9 de
la mañana hasta el medio día, hora en que los realistas se
introdujeron en los tejados de la casa de Vicente de la Cruz
Bahamondes, quien les había facilitado el acceso.

Esto último convirtió el combate en una cacería y toda
resistencia fue inútil ante fuerzas tan superiores. Spano
murió en el centro de la plaza, abrazado a la bandera
chilena, diciendo: “Muero por la Patria, por la Patria que me
adoptó entre sus hijos”, al igual que el resto de los
patriotas.

Así, cuando Bascuñán llegó a Talca los realistas ya se
habían tomado la ciudad. Sin embargo, logró salvar el dinero
y los demás auxilios que Spano había mandado con él al sur,
despachándolos a Curicó por el camino de la costa y, después
de dispersar a una guerrilla enviada por Elorreaga se replegó
también a Curicó.

Con la caída de Talca los patriotas perdieron la base de
aprovisionamiento para las fuerzas de O’Higgins y el irlandés
Juan Mackenna, quedando ambos jefes divididos y cercados por
el enemigo.

Por somosfutrono

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