En el puerto de Guayaquil, Ecuador, falleció contagiado por
la fiebre amarilla el Capitán Manuel Joaquín Orella Echávez,
el 15 de marzo de 1881, a la edad de 29 años. Sus restos
fueron repatriados 15 años más tarde, en 1896, y descansan
junto a los de Arturo Prat Chacón y Carlos Condell de la
Haza, entre otros héroes de la Guerra del Pacífico, en el
Mausoleo de la Marina, ubicado en el puerto de Valparaíso.

Cabe señalar que, Orella ingresó a la Escuela Naval a los 10
años de edad en 1862 y cuatro años más tarde fue nombrado
Guardiamarina sin examen. Como ese año, 1866, el país se
encontraba en guerra contra España, se embarcó como pasajero
en el vapor Lautaro para trasladarse al Apostadero de Abtao,
donde se integró a la dotación de oficiales de la corbeta
«Maipú».

En el mes de junio fue designado a la corbeta Abtao, buque
recién llegado al país y que había tomado ese nombre a raíz
del Combate Naval de Abtao, librado por la escuadra
chileno-peruana el 7 de febrero de 1866, contra las fragatas
españolas Blanca y Villa de Madrid, en ese lugar.

Posteriormente, el 9 de diciembre 1868, fue designado y
formó parte de la Escuadra del Almirante Manuel Blanco
Encalada, que se dirigió al puerto peruano de El Callao, con
el objetivo de repatriar los restos del Capitán General
Bernardo O’Higgins Riquelme.

Luego, al estallar la guerra contra Perú y Bolivia en 1879,
Orella ostentando el grado de Teniente Primero y con 27 años
de edad, se alistó en la corbeta, al mando de Manuel Tomás
Thomson Mariño y se dirigió en abril con la Escuadra a
establecer el bloqueo de Iquique. El día 16 del mes siguiente
fue designado en la goleta «Covadonga», como Segundo
Comandante, siendo el Primero Condell.

Así el resto de la Escuadra Nacional se dirigió al puerto de
El Callao, para destruir las embarcaciones peruanas en ese
lugar, ya que por las informaciones que contaba el
Contraalmirante Juan Williams Rebolledo se encontraban en
reparación, dejando en el bloqueo de Iquique, las dos naves
más débiles chilenas: la Esmeralda y la Covadonga.

Pero ese mismo día zarparon del puerto de El Callao, los
blindados Huascar e Independencia, ya reparados. Las
Escuadras enemigas se cruzaron en el camino sin avistarse y
así las dos poderosas embarcaciones enemigas se encontraron
en Iquique el 21 de mayo de 1879, dando origen a los Combates
Navales de Punta Gruesa y de Iquique.

Mientras la corbeta Esmeralda se batió con el monitor
Huáscar en el Combate Naval de Iquique, batalla en la cual
murió heroicamente el Capitán Prat, la goleta Covadonga lo
hizo con la fragata blindada Independencia en el Combate
Naval de Punta Gruesa.

Se debe destacar que la Covadonga fue magistralmente
conducida por Condell; y Orella, como buen artillero que era,
se ocupó de los cañones y de la defensa con fusilería, cuando
la fragata enemiga se acercaba a corta distancia. Sus tiros
eran precisos y matemáticos. Donde ponía el ojo, penetraba el
impacto. En los primeros disparos inutilizó la nave enemiga
hasta que la hizo arriar la bandera.

Durante el combate, Orella hizo gala de serenidad, valentía
y competencia profesional, lo que indudablemente fue
gravitante para que el pequeño buque en el que servía,
hiciera encallar a su poderosa enemiga. Por esta acción sus
compañeros lo apodaron “el bravo Orella”.

A su vez, las autoridades por la jornada de Iquique y Punta
Gruesa, premiaron a Orella en junio de ese año, con el
ascenso a Capitán de Corbeta y con una medalla de oro con
barra especial por la acción del 21 de mayo. Luego, el 8 de
octubre participó en el Batalla Naval de Angamos, formando en
la división del Capitán de Navío Galvarino Riveros Cárdenas,
acción que dio por resultado la captura del monitor peruano
«Huáscar», la nave más perseguida por el gobierno de Chile.

Luego, el 29 de octubre zarpó con la Escuadra que llevó al
ejército expedicionario de Tarapacá y el 2 de noviembre tomó
parte activa en el Asalto y Toma de Pisagua. Siguió
participando activamente durante la Guerra del Pacífico,
destacándose en cada uno de los eventos.

Pero el 9 de febrero de 1881 zarpó a Panamá llevando a bordo
al Ministro Plenipotenciario de Chile ante el Gobierno de
Estados Unidos, Marcial Martínez. A su regreso desembarcó en
Guayaquil donde fue atacado de paludismo y a pesar de los
esfuerzos médicos, Orella falleció. Lo que no pudieron hacer
las balas peruanas, lo hizo la cruel enfermedad.

Por somosfutrono

Somos un medio de comunicación que difunde el respeto al medio ambiente y los pueblos originarios; NOTICIAS , ACTUALIDAD, COMPROMETIDOS CON LA VERDAD.