El recién asumido Director Supremo Bernardo O’Higgins
Riquelme junto a su Ministro de Guerra Ignacio Zenteno,
firmaron el 16 de marzo de 1817, el decreto supremo que dio
vida a la actual Alma Mater del Ejército de Chile, la que
recibió el nombre de “Academia Militar”.

En esa fecha se designó como su primer Director, al Sargento
Mayor de Ingenieros Antonio Marcos, español que estuvo al
servicio de la independencia, y como Ayudante Mayor al
Teniente de Caballería el francés Jorge Beauchef, oficial del
ejército de Napoleón I, quien le dio un gran impulso al nuevo
establecimiento.

El propósito de esta nueva institución fue el de: “formar en
cursos de seis meses, oficiales, sargentos y cabos con los
conocimientos tácticos necesarios para las maniobras de
batallón y de escuadrones, e igualmente instruidos en todo el
mecanismo del servicio para que pudieran desempeñar
debidamente los cargos y empleos a que fuesen destinados en
lo sucesivo”.

De esta manera, O’Higgins le dio vida a la Academia, la
primera de su tipo en la Hispanoamérica, justo al mes de
asumir su cargo, porque estaba consiente que sin un Ejército
aguerrido, disciplinado, y que contara con un cuerpo de
oficiales bien formados en las disciplinas militares y
humanas, no se alcanzaría una independencia definitiva en el
país.

El día de la inauguración O’Higgins se dirigió a los cadetes
y de su discurso se pueden mencionar las siguiente frases:
“Mis intereses personales son lo que menos he cuidado en toda
mi vida, principalmente cuando mi Patria está de por medio”.
A lo que agrego: “Para ser Oficial no se exigen más pruebas
de nobleza que las verdaderas que forman el mérito, la virtud
y el patriotismo”.

En poco tiempo obtuvieron el título de Cadete 90 jóvenes, y,
además una sección de 120 hombres que se graduaron de
Sargentos y Cabos, los que debieron llevar a la práctica sus
conocimientos adquiridos en esta nueva Academia, en la
Batalla de Maipú, librada en abril de 1818, victoria que
logró nuestra independencia definitiva.

Pero en 1919 la Academia fue cerrada por razones económicas
y por la designación hecha por el General José de San Martín
Matorras, al destinar a Marcos al sur y a Beauchef al
ejército. Los sucesores nombrados en reemplazo, no fueron
capaces de mantener el esfuerzo.

Luego, en noviembre de 1823 y bajo la administración del
General Ramón Freire Serrano, se dispuso nuevamente el
funcionamiento de la Academia Militar, e incluso se nombró
como Director al español Sargento Mayor de Ingenieros
Santiago Ballarna. Pero la incierta situación política de la
época anárquica, impidió su funcionamiento.

Posteriormente, durante el gobierno de Joaquín Prieto Vial,
su Ministro de Guerra Diego Portales Palazuelos, inició
personalmente las reformas de la Escuela en 1831, designando
como Director al Coronel Luis Pereira, el cual desempeñó en
forma brillante la tarea de implantar el plan de reforma de
Portales. Pero nuevamente debió cerrarse a principios de
1838, por problemas económicos.

El establecimiento fue reabierto en octubre de 1842 durante
la administración de Manuel Bulnes Prieto y al año siguiente,
en septiembre de 1843, recibió el nombre de Escuela Militar,
ubicándose físicamente en la actual calle Portugal. En este
lugar se formaron los oficiales de ejército y marina, que
combatieron en la guerra contra España y la Guerra del
Pacífico.

En esa fecha el uniforme y la preparación militar, se basó
en la formación francesa, pero luego de la Guerra del
Pacífico, el gobierno de Presidente Domingo Santa María
González consideró necesario mejorar nuestra instrucción y
contrató al alemán Capitán Emilio Kröner, para que dirigiera
los estudios de la Escuela Militar.

Así, Kröner inició la instrucción en julio de 1887, durante
la administración de José Manuel Balmaceda Fenández, con el
grado de Teniente Coronel. Adicionalmente, fundó la Academia
de Guerra, destinada a completar la preparación de los
oficiales para los diversos servicios del estado mayor y el
comando superior.

La influencia alemana se masificó a partir de 1896, con la
llegada de un numeroso grupo de instructores, dos de los
cuales, el Mayor Gunther von Bellow y el de igual grado
Hermann Rogalla von Biberstein, asumieron como Director y
Subdirector de la Escuela ese año, para modelarla de acuerdo
al modelo prusiano. A partir de 1905 la Escuela adoptó el
uniforme de modelo alemán, si bien ya desde 1899 usaba el
casco prusiano con punta.

En sus 187 años de vida la Escuela Militar ha sido cobijada
por diferentes edificios. En sus primeros años funcionó en
lugares que normalmente eran antiguos conventos o incluso una
ex-maestranza, entre otros, hasta acceder a un recinto
construido especialmente para ella, el histórico cuartel de
Blanco Encalada.

Pero la Escuela Militar necesitó un cuartel más amplio y
funcional, con modernos laboratorios, salas de clases
adecuadas, espaciosos patios, instalaciones deportivas
modernas, picadero, polígono de tiro, entre otros
requerimientos. Es así como en el año 1943 se dio inicio a lo
que posteriormente pasó a ser su residencia actual en la
comuna de Las Condes. Así desde 1958, en este lugar es donde
recibe en sus aulas a todos aquellos jóvenes que se siente
inclinados por la vocación militar.

Recién en 1995 ingresaron a la Escuela Militar las primeras
alumnas cadetes, impartiéndose desde entonces la formación
militar femenina, en este mismo recinto, que hasta la fecha
se realizaba en una escuela especial.

En el mes de julio del año 2002, el Comandante en Jefe del
Ejército, General Juan Emilio Cheyre informó que las mujeres
podrán optar a las «armas de apoyo de combate», es decir,
Telecomunicaciones, Ingeniería y Artillería. Ello les
permitirá ingresar a la Academia de Guerra, luego al Estado
Mayor y, eventualmente, alcanzar el generalato.
El recién asumido Director Supremo Bernardo O’Higgins
Riquelme junto a su Ministro de Guerra Ignacio Zenteno,
firmaron el 16 de marzo de 1817, el decreto supremo que dio
vida a la actual Alma Mater del Ejército de Chile, la que
recibió el nombre de “Academia Militar”.

En esa fecha se designó como su primer Director, al Sargento
Mayor de Ingenieros Antonio Marcos, español que estuvo al
servicio de la independencia, y como Ayudante Mayor al
Teniente de Caballería el francés Jorge Beauchef, oficial del
ejército de Napoleón I, quien le dio un gran impulso al nuevo
establecimiento.

El propósito de esta nueva institución fue el de: “formar en
cursos de seis meses, oficiales, sargentos y cabos con los
conocimientos tácticos necesarios para las maniobras de
batallón y de escuadrones, e igualmente instruidos en todo el
mecanismo del servicio para que pudieran desempeñar
debidamente los cargos y empleos a que fuesen destinados en
lo sucesivo”.

De esta manera, O’Higgins le dio vida a la Academia, la
primera de su tipo en la Hispanoamérica, justo al mes de
asumir su cargo, porque estaba consiente que sin un Ejército
aguerrido, disciplinado, y que contara con un cuerpo de
oficiales bien formados en las disciplinas militares y
humanas, no se alcanzaría una independencia definitiva en el
país.

El día de la inauguración O’Higgins se dirigió a los cadetes
y de su discurso se pueden mencionar las siguiente frases:
“Mis intereses personales son lo que menos he cuidado en toda
mi vida, principalmente cuando mi Patria está de por medio”.
A lo que agrego: “Para ser Oficial no se exigen más pruebas
de nobleza que las verdaderas que forman el mérito, la virtud
y el patriotismo”.

En poco tiempo obtuvieron el título de Cadete 90 jóvenes, y,
además una sección de 120 hombres que se graduaron de
Sargentos y Cabos, los que debieron llevar a la práctica sus
conocimientos adquiridos en esta nueva Academia, en la
Batalla de Maipú, librada en abril de 1818, victoria que
logró nuestra independencia definitiva.

Pero en 1919 la Academia fue cerrada por razones económicas
y por la designación hecha por el General José de San Martín
Matorras, al destinar a Marcos al sur y a Beauchef al
ejército. Los sucesores nombrados en reemplazo, no fueron
capaces de mantener el esfuerzo.

Luego, en noviembre de 1823 y bajo la administración del
General Ramón Freire Serrano, se dispuso nuevamente el
funcionamiento de la Academia Militar, e incluso se nombró
como Director al español Sargento Mayor de Ingenieros
Santiago Ballarna. Pero la incierta situación política de la
época anárquica, impidió su funcionamiento.

Posteriormente, durante el gobierno de Joaquín Prieto Vial,
su Ministro de Guerra Diego Portales Palazuelos, inició
personalmente las reformas de la Escuela en 1831, designando
como Director al Coronel Luis Pereira, el cual desempeñó en
forma brillante la tarea de implantar el plan de reforma de
Portales. Pero nuevamente debió cerrarse a principios de
1838, por problemas económicos.

El establecimiento fue reabierto en octubre de 1842 durante
la administración de Manuel Bulnes Prieto y al año siguiente,
en septiembre de 1843, recibió el nombre de Escuela Militar,
ubicándose físicamente en la actual calle Portugal. En este
lugar se formaron los oficiales de ejército y marina, que
combatieron en la guerra contra España y la Guerra del
Pacífico.

En esa fecha el uniforme y la preparación militar, se basó
en la formación francesa, pero luego de la Guerra del
Pacífico, el gobierno de Presidente Domingo Santa María
González consideró necesario mejorar nuestra instrucción y
contrató al alemán Capitán Emilio Kröner, para que dirigiera
los estudios de la Escuela Militar.

Así, Kröner inició la instrucción en julio de 1887, durante
la administración de José Manuel Balmaceda Fenández, con el
grado de Teniente Coronel. Adicionalmente, fundó la Academia
de Guerra, destinada a completar la preparación de los
oficiales para los diversos servicios del estado mayor y el
comando superior.

La influencia alemana se masificó a partir de 1896, con la
llegada de un numeroso grupo de instructores, dos de los
cuales, el Mayor Gunther von Bellow y el de igual grado
Hermann Rogalla von Biberstein, asumieron como Director y
Subdirector de la Escuela ese año, para modelarla de acuerdo
al modelo prusiano. A partir de 1905 la Escuela adoptó el
uniforme de modelo alemán, si bien ya desde 1899 usaba el
casco prusiano con punta.

En sus 187 años de vida la Escuela Militar ha sido cobijada
por diferentes edificios. En sus primeros años funcionó en
lugares que normalmente eran antiguos conventos o incluso una
ex-maestranza, entre otros, hasta acceder a un recinto
construido especialmente para ella, el histórico cuartel de
Blanco Encalada.

Pero la Escuela Militar necesitó un cuartel más amplio y
funcional, con modernos laboratorios, salas de clases
adecuadas, espaciosos patios, instalaciones deportivas
modernas, picadero, polígono de tiro, entre otros
requerimientos. Es así como en el año 1943 se dio inicio a lo
que posteriormente pasó a ser su residencia actual en la
comuna de Las Condes. Así desde 1958, en este lugar es donde
recibe en sus aulas a todos aquellos jóvenes que se siente
inclinados por la vocación militar.

Recién en 1995 ingresaron a la Escuela Militar las primeras
alumnas cadetes, impartiéndose desde entonces la formación
militar femenina, en este mismo recinto, que hasta la fecha
se realizaba en una escuela especial.

En el mes de julio del año 2002, el Comandante en Jefe del
Ejército, General Juan Emilio Cheyre informó que las mujeres
podrán optar a las «armas de apoyo de combate», es decir,
Telecomunicaciones, Ingeniería y Artillería. Ello les
permitirá ingresar a la Academia de Guerra, luego al Estado
Mayor y, eventualmente, alcanzar el generalato.

Por somosfutrono

Somos un medio de comunicación que difunde el respeto al medio ambiente y los pueblos originarios; NOTICIAS , ACTUALIDAD, COMPROMETIDOS CON LA VERDAD.