En la ciudad peruana de Chorrillos, falleció el 19 de mayo de
1873 el industrial del carbón y filántropo Luis Cousiño
Squella, a la edad de 38 años. Su inmensa fortuna la obtuvo
principalmente de la explotación de este mineral, que
convirtió a la mina en la industria básica más poderosa del
país.

Cousiño nació en 1835, en el hogar compuesto por el
matrimonio de Matías Cousiño Jorquera con Loreto Squella
Lopetegui. En esa época su padre trabajaba en la Oficina de
Correos de Valparaíso, pues la familia había perdido su
fortuna en la Guerra de la Independencia. Quedó huérfano de
madre, el día de su nacimiento.

Posteriormente, su padre se volvió a casar en 1841, con Luz
Gallo Zavala viuda de Ramón Ignacio Goyenechea, quien había
quedado con dos hijos. A finales de la década de los 40, la
familia Cousiño Gallo, expandió sus negocios al rubro de los
molinos en la región triguera de Concepción. Organizó una
Asociación de Molineros, que exportó harina y trigo para
surtir las costas del Pacífico.

A fines de 1852, Matías Cousiño, asociado con Tomás Blard
Garland, José Antonio y Juan Alemparte Vial iniciaron la
explotación carbonífera a gran escala. Pero, cuatro años más
tarde, en 1856 los socios vendieron sus derechos de la
Compañía Carbonífera de Lota a Cousiño, debido a las
constantes pérdidas iniciales del negocio.

Mientras tanto, Luis Cousiño estudió en el Instituto Nacional
y luego en Europa donde admiró los grandes parques como el
Bois de Boulogne, Vincennes, Hyde Park y algunos italianos. A
su regreso a Chile, padre e hijo se asociaron y formaron la
Compañía Minera Cousiño e Hijo, adoptando la empresa el
carácter familiar.

A la muerte de su padre en 1862, Luis Cousiño con solo 27
años de edad, se convirtió en el único dueño y obtuvo las
ganancias de la mina, las que no pudo percibir su progenitor.
También fue heredero de intereses en la minería del cobre, de
la flota naviera y de la famosa viña Macul.

En esa época, la ciudad de Lota, que en mapudungú significa
“pequeño caserío insignificante”, pasó a ser un importante
complejo industrial, lleno de colegios, hospitales, iglesias,
mercados y un teatro.

Cousiño, siendo hombre de negocios, también incursionó en la
política, siendo diputado por la ciudad de Lautaro entre 1864
y 1867. Luego fue elegido diputado por Santiago entre 1870 y
1873.

Se casó con Isidora Goyenechea Gallo, hija de su madrastra, a
quien le hizo construir en Santiago el Palacio Cousiño, obra
que estuvo a cargo del arquitecto francés Paul Lathoud. Esta
construcción deslumbró a la sociedad santiaguina de la época
por su fastuosidad y lujo, y por la introducción de adelantos
técnicos como el primer ascensor que hubo en Chile. Los
principales materiales del edificio como los revestimientos,
las rejas de fierro, las baldosas y azulejos y todo el
mobiliario, fueron traídos desde Francia.

Además, Cousiño hizo construir un parque, de una superficie
original de 91,7 hectáreas, el que llevó su nombre y que
actualmente se conoce como “Parque O’Higgins”. Para ello
contrató al inglés Warthon Peers Jones y los servicios de un
prestigioso urbanista español Manuel Arana Borica y,
posteriormente, al paisajista Gustavo Renner.

Cousiño dirigió personalmente los trabajos, que
correspondieron: una red de caminos de más de ocho
kilómetros, un lago artificial de más de 30 mil metros
cuadrados, con sus islas y tres puentes, dos casas para
jardineros y dos viveros, de una cuadra cada uno.

Además, se plantaron 60 mil árboles entre los cuales se
contaban olmos, acacias y fresnos, y plantas de numerosas
especies, más 40 mil que se conservaban en barbecho. Por
último, costeó los uniformes, que se encargaron a Francia,
para 25 guardabosques, y cuatro carretones con todas sus
herramientas.

El parque que comenzó a construirse en 1870, fue regalado por
Cousiño a la ciudad de Santiago el 2 de enero de 1873, siendo
recibido por el Intendente Benjamín Vicuña Mackenna, quien le
dio el nombre de su creador, en sesión municipal del 13 de
mayo de ese mismo año.

Pero, Cousiño Squella no alcanzó a ver su obra terminada,
pues falleció cerca de Lima, seis días después de la sesión
municipal, el 19 de mayo de 1873. La construcción del parque
continuó hasta 1878. Nueve años más tarde, en 1887, como
agradecimiento a su donación a la ciudad de Santiago, la
Municipalidad acordó erigir una estatua en su memoria en el
mismo parque.

Cousiño dejó huella en al país, porque además fomentó la
industria del cobre y la fabricación de seda, la inmigración
de Europa, la agricultura y la ornamentación de los paseos
públicos de algunas ciudades de Chile, como es el maravilloso
parque de Lota.

Su fortuna y actividad jamás estuvieron ociosas; siempre
estimulaban el trabajo, el talento y las fuentes de riqueza
pública nacional. Con mano pródiga ayudó a los pobres, a los
artistas y a los hombres de trabajo.

Cabe destacar que, al estallar la Guerra del Pacífico en
1879, Isidora Goyenechea, viuda de Cousiño, puso a
disposición del gobierno del Presidente Aníbal Pinto
Garmendia, su buque a vapor que llevaba el nombre de su
padrastro y suegro “Matías Cousiño”, y también colaboró con
su fortuna a combatir la epidemia del cólera.

Por somosfutrono

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