A principios de la Guerra del Pacífico, el puerto de
Antofagasta fue bombardeado el 26 de mayo de 1879 por el
blindado Huáscar, dejándolo en muy malas condiciones. Sin
embargo, no sufrieron perjuicios ni la población, ni la
embarcación, la que se retiró a las 18 horas, como
consecuencia de la oscuridad.

El Huáscar, comandado por Miguel Grau Serrano, había permanecido                                en la rada de Iquique, desde el 21 de mayo, fecha
en que se desarrolló el Combate Naval de Iquique, en el cual
Chile perdió la goleta Esmeralda, pero de este hecho, nació
el patriotismo que permitió la victoria final de la guerra.

El día 24, Grau se dirigió hacia Antofagasta, llegando el día
26 al puerto. Allí se encontró con las embarcaciones
chilenas: “Itata”, al mando del Comandante José Rondizzoni
Cánepa; al “Rimac”, comandado por Emilio Gana Castro y “La
Covadonga” al mando de Carlos Condell de la Haza.

Cabe recordar que esta última nave también se encontraba en
la rada de Iquique el día 21, fecha en que se enfrentó con el
blindado peruano Independencia en Punta Gruesa, logrando que
éste encallara; gran triunfo para Chile por la pérdida de la
poderosa nave del enemigo.

Mientras tanto, el Huáscar al entrar al puerto de Antofagasta
disparó su primer cañonazo sobre los regimientos apostados en
ese puerto. En esos momentos la Covadonga se encontraba en
reparaciones en la poza, y protegida entre los buques
neutrales extranjeros que se encontraban atracados.

Entonces, el Itata tomó rumbo sur, siendo perseguido por el
Huáscar, pero éste al no tener resultados positivos, se
dirigió al norte en busca del Rimac, pero tampoco pudo
alcanzarlo. Luego de una hora de perseguir las embarcaciones
chilenas, Grau decidió regresar a la bahía.

Lentamente se acercó al puerto en busca de la Covadonga, pero
no pudo dispararle, previniendo dañar algún buque neutral.
Tampoco encontró aliados entre los mercantes, quienes se
oponían a la idea de Grau, de bombardear los condensadores de
agua.

La ciudad de Antofagasta estaba a cargo del General Justo
Arteaga Cuevas, quien no había tomado medidas para
defenderla, así como tampoco a la máquina destiladora de
agua, que estaba ubicada en la playa. Si bien, la plaza
estaba protegida por dos fuertes con tres cañones, los que se
desmontaron a los primeros disparos del Huáscar.

El primer disparo hecho por el blindado peruano cayó cerca de
los depósitos de salitre, luego los siguientes destruyeron
algunos cañones y parte de la aduana y la condensadora. El
Huáscar disparó 16 tiros de 300 milímetros y ocho con sus
piezas de menor calibre, los que fueron contestados desde
tierra, sin causarle perjuicios a la nave, la que luego se
retiró rumbo norte.

La labor de Grau durante la primera parte de la Guerra del
Pacífico, hasta su muerte, fue de vital importancia para su
patria. Por casi 5 meses entorpeció los transportes de tropas
chilenas, protegió el acarreo de su país, capturó barcos con
refuerzos chilenos, bombardeó los puertos del norte y mantuvo
en jaque a una escuadra más poderosa que la suya.

Por somosfutrono

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