En la ciudad de Santiago, falleció el jesuita Diego de
Rosales, el 3 de junio de 1677, a los 75 años de edad, quien
está considerado como uno de los primeros cronistas y
escritores del Reino de Chile, conocido principalmente por su
obra «Historia General del Reino de Chile», que él la llamó
«Flandes Indiano».

El padre de Rosales nació en 1602, en la ciudad de Madrid,
donde realizó sus estudios primarios y posteriormente ingresó
a la Compañía de Jesús. A los 27 años de edad, en 1629, se
vino a Chile sin haber tomado los votos, siendo destinado
como misionero a la región de la Araucanía.

Se desempeñó como Capellán del Ejército durante el gobierno
de Francisco Laso de la Vega y Alvarado, quien gobernó entre
1629 y 1639. En esa época realizó muchas incursiones en
terreno indígena, que lo llevó a interesarse por las
costumbres y la lengua mapudungú.

Permaneció en el sur del país por 10 años, época en que
regresó a Santiago, siendo ordenado sacerdote en 1640, a los
38 años de edad. Posteriormente, acompañó a los gobernadores
que sucedieron a Laso de la Vega, en los parlamentos que
celebraron con los indígenas en 1641 y 1647. Tanto a
Francisco López de Zúñiga, gobernador entre los años 1639 a
1646 y a Martín de Mujica Buitrón, quien estuvo a cargo del
Reino por el período 1646 a 1649.

En 1650, el Gobernador Antonio Acuña y Cabrera le encargó
realizar un reconocimiento de las tribus pehuenches hasta
Villarrica y en otro viaje llegó hasta Nahuelhuapi. Durante
el levantamiento general de 1655 permaneció en Boroa, reducto
español que fue largamente sitiado por los mapuches, hasta
enero de 1656, cuando se decidió despoblarlo.

Por esta razón, el padre Diego fue trasladado a Concepción y
nombrado rector del colegio jesuita de la ciudad, donde
permaneció por seis años, hasta 1662, fecha en que fue
designado superior de la provincia jesuita de Chile, a los 60
años de edad.

Entonces se tuvo que trasladar a Santiago, para ejercer su
nuevo cargo, donde permaneció hasta 1666, cuando asumió la
rectoría del Colegio Máximo de su orden en la capital. Retomó
la dirección de los jesuitas entre 1670 y 1672.

El padre de Rosales tuvo una destacada participación en la
evangelización indígena, tarea que resultaba muy difícil en
esa época en la región de la Araucanía, por el complicado
idioma de sus habitantes, el odio generado hacia el español y
el apego a la poligamia.

Toda esta experiencia le permitió al jesuita escribir su gran
obra «Historia General del Reino de Chile», conocida también
como «Flandes Indiano», en donde en la primera parte del
libro describe la geografía, la fauna, la flora, y la vida y
costumbres de los indígenas.

Mientras que en la segunda parte, se refiere a la historia
del Reino de Chile, desde la llegada de Diego de Almagro en
1536, hasta el levantamiento de 1655. En ella utilizó los
materiales reunidos por el gobernador del período 1625 a
1629, Luis Fernández de Córdoba Arce para escribir sus
impresiones sobre nuestra tierra.

Algunos autores han señalado que el documento carece de la
rigurosidad requerida para una obra histórica, pues al
momento de consignar los hechos deja de lado fechas y
acontecimientos dignos de ser destacados. A ello se agrega
que las descripciones de los protagonistas son una suma de
elogios.

El texto fue publicado recién en 1877 en Valparaíso, 200 años
después de la muerte de su autor, gracias a las gestiones de
Benjamín Vicuña Mackenna, quien lo adquirió en 1870 en
Londres, aunque otros historiadores aseguran que Mackenna lo
encontró en poder del librero Salvá, de Barcelona.

Sin importar donde se encontró el libro e independiente de la
crítica que éste ha recibido, se puede asegurar que el
jesuita padre Diego de Rosales, ocupa un lugar importante
entre los primeros cronistas y escritores de Chile.

Por somosfutrono

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