En el puerto de Valparaíso falleció el 9 de junio de 1884,
quien fuera Presidente de la República durante la Guerra del
Pacífico, Aníbal Pinto Garmendia a la a la edad de 59 años.
Son pocos los que ejerciendo éste cargo, han demostrado mayor
entereza moral y abnegación cívica.

Cuando, a pesar de todos sus esfuerzos por evitarla estalló
la guerra, la enfrentó con valor y se entregó a la tarea de
ganarla con su infatigable laboriosidad, su sensatez y su
prudencia. Incluso puso a disposición de los intereses de la
Nación, su fortuna personal.

Dejó el cargo de Presidente siendo muy pobre, después de
haber sido un hombre de fortuna, debiendo vender en esa
fecha, sus derechos en las minas Puchoco, para pagar las
deudas que la guerra le había generado. Luego, acepto el
puesto de traductor en el periódico “El Ferrocarril”, para
subsistir.

Lo señalado anteriormente difiere de su gobierno, porque
cuando asumió como presidente, el 18 de septiembre de 1876 de
su antecesor Federico Errázuriz Zañartu, el país se
encontraba empobrecido y amenazado por todos los vecinos. Al
cabo de cinco años, cuando debió entregar el cargo a su
sucesor Domingo Santa María González, Chile era un país rico,
poderoso y respetado por todas las naciones.

Pinto nació en Santiago el 15 de marzo de 1825. Su padre
Francisco Antonio Pinto Díaz, había sido Presidente de la
República entre 1827 y 1829, y su madre Luisa Garmendia
Aldunate, descendía de familia argentina.

Realizó sus primeros estudios en el Colegio Argentino en
Santiago; luego a los 14 años de edad, ingresó a estudiar las
Humanidades en el Instituto Nacional, donde fue alumno de
Andrés Bello López, y allí finalizó el bachillerato. Sin
embargo, no se tituló de abogado.

Antes de cumplir los 20 años, en enero de 1845, se dirigió a
Europa como oficial de secretaría de la delegación de Chile
en Roma, específicamente a la Santa Sede, con el objetivo de
que se reconociera el patronato del Estado sobre la Iglesia
en Chile. Regresó al país en 1851, después de una residencia
de más de cinco años en el extranjero, que influyó en su
formación intelectual y política.

Se dedicó a las actividades agrícolas y a escribir en
periódicos como «El Ferrocarril», desde donde se opuso al
gobierno de Manuel Montt Torres. Al año siguiente, fue
incorporado a la Facultad de Filosofía y Humanidades de la
Universidad de Chile con un discurso sobre la Filosofía
Cartesiana.

También se dedicó a la política siendo elegido Diputado por
Ovalle por el período 1852 a 1855; por Parral de 1855 a 1858;
por Chillán entre 1864 y 1876; por Nacimiento de 1867 a 1870.
En 1862 fue nombrado Intendente de Concepción, cargo que
desempeñó hasta 1871. En 1870 fue elegido Senador suplente
por Concepción. En 1871 participó en el primer gabinete del
Presidente Errázuriz, como Ministro de Guerra y Marina.
Finalmente, en 1876 fue elegido Presidente de la República.

Durante su gobierno, solo respondió a los ataques a su
persona en sus memorias y cartas íntimas, en las que es
posible conocer su pensamiento acerca de la política de la
época. Mientras públicamente trataba de llegar a acuerdos con
el Congreso, al cual necesitaba para aprobar el cobro de las
contribuciones cada 18 meses y la Ley de Presupuesto cada
año, en su Diario anotaba:

«Imposible imaginar un cuerpo más destituido de patriotismo,
de miras elevadas, de espíritu práctico que la actual Cámara
de Diputados».

«Con un contingente considerable de charlatanes y vanidosos,
para que un cuerpo legislativo pueda hacer algo de provecho,
la actual Cámara de Diputados concluirá su período dejando
los más pobres recuerdos y esto en circunstancias en que el
país habría necesitado de un cuerpo legislativo inteligente y
patriota que le ayudara a salir de la difícil situación en
que se encuentra».

Pinto debió enfrentar una doble crisis al inicio de su
mandato. Una de ellas, originada como consecuencia de la
depresión económica mundial que había comenzado en 1873, pero
que repercutió en Chile recién en 1876. Esta se tradujo en
escasez del circulante, a causa de la baja del precio del
cobre y del trigo, y de la fuerte exportación de la moneda de
oro y plata, que los empresarios se vieron obligados a hacer
para pagar sus compromisos en Europa.

La otra crisis fue interna, ya que el país sufrió un inicio
de año lluvioso en 1877, con inundaciones que destruyeron las
cosechas, cortaron los caminos y las vías férreas. Además, en
mayo se produjo un terremoto frente a las costas peruanas,
que afectó también a los puertos chilenos del norte.

Adicionalmente, las relaciones con los vecinos estaban
tensas, diversas noticias acerca de que Argentina pretendía
hacer efectiva su soberanía sobre la Patagonia, región sobre
la cual Chile creía tener derechos, generaron movilizaciones
estudiantiles en Santiago. Los alumnos incluso se enfrentaron
a la policía, en un intento de que Pinto se diera cuenta de
la situación.

Estas se solucionaron por medio de negociaciones diplomáticas
que impidieron un conflicto armado y mediante el Tratado
Fierro-Sarratea de 1878, con el cual, Chile cedió los
derechos a la Patagonia. Entonces en el país se generó una
corriente de opinión de rechazo al tratado, pero las noticias
de problemas en el norte hicieron olvidar este compromiso por
algunos años.

La situación del norte no se solucionó y finalmente Chile le
declaró la guerra a Bolivia y Perú el 5 de abril de 1879. Uno
de los primeros enfrentamientos armados se desarrolló el 21
de mayo de ese año, en el puerto peruano de Iquique, donde
Chile perdió la “Esmeralda” y Perú la “Independencia”.

Pero las noticias del sacrificio de los chilenos de la
Esmeralda provocaron el despertar de un sentimiento
patriótico en Chile y los jóvenes se enlistaron
voluntariamente en el Ejército y así fue que principios de
1881 se logró ocupar la capital de Perú, la ciudad de Lima.

Ese mismo año, Pinto debió enfrentar los problemas que
comenzaron en el sur del país, ya que enero de 1881 los
Caciques mapuches aprovecharon la retirada de contingente
militar en La Araucanía, destinado a la guerra en el norte,
para recuperar su territorio. Era un nuevo frente armado que
fue dominado por las fuerzas del Coronel Gregorio Urrutia.

En materia de realizaciones y desarrollo del país, el
gobierno de Pinto tiene escasos rubros que mostrar. El más
importante fue el triunfo femenino, conquistando el derecho a
proseguir estudios universitarios en 1877. La medida,
impulsada por el Ministro Miguel Luis Amunátegui Aldunate,
permitió que unos años más tarde Eloísa Díaz y Ernestina
Pérez recibieran el título de médico cirujano, siendo las
primeras en Chile e Hispanoamérica.

Finalmente, en septiembre de 1881, Pinto entregó la banda
presidencial a su sucesor Domingo Santa María González, quien
había sido su último Ministro del Interior, encontrándose el
país con una holgura económica sin precedentes.

Por somosfutrono

Somos un medio de comunicación que difunde el respeto al medio ambiente y los pueblos originarios; NOTICIAS , ACTUALIDAD, COMPROMETIDOS CON LA VERDAD.