En la madrugada del día 7 de julio de 1927, se produjo un
violento choque a la altura de Alpatacal, cerca de Mendoza,
entre el tren que transportaba a una delegación de la Escuela
Militar, invitada a la celebración del centenario del
nacimiento de Bartolomé Mitre, con un tren que venía desde
Buenos Aires.

La colisión ocurrió a las 4 horas 45 minutos de ese día,
cuando ambos trenes corrían a gran velocidad, de manera que
quedaron destrozadas las dos locomotoras y nueve carros,
incendiándose alguno de ellos. En medio de maderas y fierros
retorcidos junto al incendio, el Director de la Escuela,
Coronel José María Barceló Lira, herido de gravedad, exclamó:
«Salven primero a mis Cadetes, después yo”.

Entonces, el Alférez Valladares tomó el mando y dio el grito
de alarma: “Salgan los Cadetes porque se incendia el tren”. A
esta voz atropelladamente comenzó la evacuación del tren por
las ventanas y techos destruidos, pero el Cadete Guillermo
Perry falleció atrapado en el chasis del carro.

Cabe consignar que, al producirse la tragedia murieron
instantáneamente tres Cadetes, dos Sargentos y dos Soldados,
quedando gravemente heridas un gran número de personas entre
Cadetes, oficiales y tropas. Barceló sufrió una gravísima
conmoción cerebral.

La conducta de todos los efectivos de la Escuela fue ejemplar
en su labor de rescatar los cadáveres y auxiliar a los
heridos. Pero el saldo final fue trágico, el descarrilamiento
dejó 21 muertos y 50 heridos. Esto provocó una honda
tristeza, pero no derrota, porque la Escuela supo salir
fortalecida, reviviendo la lección del sacrificio,
compañerismo y la nobleza del alma, la misma de la batalla de
Maipú.

En Chile y en toda América la noticia causó profunda
conmoción. El 8 de julio, las imágenes de la tragedia
ferroviaria de Alpatacal fueron más elocuentes que la
descripción del accidente que cobró la vida de muchos cadetes
invitados por el gobierno argentino, para celebrar las
«Fiestas Julias» y rendirle un grandioso homenaje a Bartolomé
Mitre.

Mientras tanto, y una vez conocida la noticia en Santiago, el
gobierno del Presidente Carlos Ibáñez del Campo junto con el
Consejo de Ministros, decidieron que la Escuela debía
continuar su viaje a Buenos Aires, de manera de cumplir con
las festividades programadas.

Es así como el día 9 de julio de 1927, día del desfile, la
marcha de los Cadetes por las calles de Buenos Aires,
heridos, con sus guerreras manchadas de sangre y en sus filas
mostrando el vacío de los muertos en la “Tragedia de
Alpatacal”, fue recibida bajo una lluvia de flores y
ensordecedores aplausos, demostrando esta delegación, toda su
disciplina, arrojo y gallardía de los cuales somos todos
herederos.

Por somosfutrono

Somos un medio de comunicación que difunde el respeto al medio ambiente y los pueblos originarios; NOTICIAS , ACTUALIDAD, COMPROMETIDOS CON LA VERDAD.