ASESINATO DE IMAGEN

La farándula judicial izquierdista nos ha traído otro “caso”
de DD.HH., con el sometimiento a proceso del ex¬- Comandante
en Jefe del Ejército, General Emilio Cheyre, por su supuesta
participación en la muerte de personas detenidas por la
maliciosamente llamada “caravana de la muerte”, siendo en ese
tiempo teniente ayudante del Comandante del Regimiento
“ARICA”, con asiento en “La Serena”.

Inmediatamente, la mayoría de los medios comenzaron a
juzgarlo y “condenarlo”, sin que hubiese comenzado el juicio
siguiendo las pautas de sus rojos o Cobardes Patrones. No
conozco al Gral. Cheyre y no me corresponde emitir opiniones
sobre su desempeño como Comandante en Jefe, eso lo harán sus
pares y los miembros de su Institución, pero lo que queda muy
claro es que se trata de enlodar el prestigio de un GENERAL y
de paso al Ejército.

Seguramente tuvo aciertos y errores, como es natural en todos
los mortales, pero hay uno que a mi juicio no debió cometer
de acuerdo al conocimiento profesional y político, que debe
tener un Oficial General, la responsabilidad frente a su
pueblo en situaciones graves para el país y su accionar en
esos momentos. El “Nunca más” que pronunció seguramente con
buena intención, indica que no conoce a los adversarios que
desean menguar a las FF.AA, y una de las primeras reglas que
debe saber y aplicar un comandante es conocer, a su
adversario, enemigo oponente o como quieran llamarlo para
actuar en consecuencia.

Este inicuo juzgamiento, es una respuesta a sus buenas
intenciones -con el agravante que- a los militares se les
considera culpables y deben demostrar su inocencia,
contraviniendo un principio jurídico universal que considera
a las personas inocentes a menos que se demuestre lo
contrario.

Hoy día, tal como están las cosas en Chile, es muy fácil
acusar a un militar. Basta con reunir testigos falsos,
debidamente -remunerados- y se procede con un proceso
judicial, que no se aplica al resto del país que y
sólo se emplea para juzgar a los militares -otro absurdo de
los tantos que tenemos en Chile-.

Personalmente, se me hace muy difícil creer que un oficial
subalterno haya cometido un delito como el que se le acusa,
más aun siendo ayudante del Comandante de una Unidad
Operativa y por su cuenta y riesgo. En general los ayudantes
de órdenes no se designan a “dedo” sino que de acuerdo a lo
que solicite su futuro comandante pero siempre se nombran con
criterios de discreción, ser capaz de coordinar las
actividades de su mando, conocimientos profesionales, actitud
militar y social y otros.

Ya veremos el resultado de este juicio y aunque resultara
absuelto, se le habrá desprestigiado, obligado a gastar en su
defensa, molestado y todo lo que se pueda concebir en materia
de hostigamiento,y se habrá cumplido con el asesinato de
imagen.

Fernando Navajas I.
Vicealmirante

Por somosfutrono

Somos un medio de comunicación que difunde el respeto al medio ambiente y los pueblos originarios; NOTICIAS , ACTUALIDAD, COMPROMETIDOS CON LA VERDAD.