En el puerto de Talcahuano desembarcó el 13 de agosto de
1814, el nuevo jefe de las fuerzas realistas Mariano Osorio,
junto a 5 mil soldados bien armados y entrenados, para
reemplazar al Brigadier español Gabino Gainza y a su vez,
detener el movimiento independentista de los patriotas.

El motivo de la llegada de Osorio, se debió al acuerdo
conocido como el “Tratado de Lircay” firmado en mayo de ese
año, entre las fuerzas realistas representadas por Gainza y
los patriotas comandados por Bernardo O’Higgins Riquelme. En
él, los españoles se comprometían a desocupar el territorio y
terminar las hostilidades, mientras que los chilenos
reconocían la Regencia del rey Fernando VII y acordaban
enviar diputados ante las Cortes españolas, para sancionar la
Constitución de 1812.

El Virrey del Perú Fernando de Abascal desconoció este
tratado, razón por la cual, designó a Osorio, Gobernador y
Capitán General de Chile, de manera que éste escarmentara a
los revolucionarios y derrocara al Director Supremo de los
patriotas Francisco de la Lastra de la Sotta.

Mientras tanto, en Chile, tampoco se reconoció el tratado y
José Miguel Carrera Verdugo dio un tercer golpe de estado el
23 de julio, derrocando a De la Lastra, y asumió el poder.
Esta actitud provocó una nueva fisura entre los patriotas,
pues O’Higgins rechazó su proceder.

Así, O’Higgins avanzó con sus fuerzas desde Talca hacia
Santiago, enfrentándose ambos bandos en el Combate de las
Tres Acequias, el 26 de agosto de ese año, donde la
superioridad de los carreristas convirtió esta batalla en una
derrota para los o’higginistas.

Al día siguiente, ambos jefes fueron informados de la llegada
de Osorio. Con este nuevo panorama, O’Higgins renunció a la
lucha contra Carrera y reconoció el nuevo gobierno,
poniéndose bajo sus órdenes.

Por esta razón, O’Higgins marchó con sus tropas a Rancagua,
de manera de contener la marcha del enemigo, pero el ejército
de Osorio que era superior en número, armamento y
preparación, atravesó el Cachapoal y se dirigió a la ciudad,
donde fueron batidas las fuerzas patriotas el 1 y 2 de
octubre.

Luego del Desastre de Rancagua, Osorio asumió como Gobernador
de Chile el 9 de octubre de 1814, reinstaurando la Monarquía
en Chile. Adoptó una serie de medidas cuya finalidad era
restablecer el normal funcionamiento de las instituciones
políticas monárquicas y enjuiciar a los culpables de alterar
el orden político.

Enseguida, rehabilitó el presidio en la isla de Juan
Fernández y confinó en él a los más implicados en el proceso
revolucionario que aún estaban en Chile, y una vez que se
restableció la Real Audiencia, ordenó que se iniciaran los
correspondientes procesos judiciales, respecto de los cuales,
siempre trató que fuesen justos e imparciales.

Asimismo, tomó una serie de medidas militares que tendían a
establecer la seguridad del territorio ante un posible ataque
por parte de las fuerzas revolucionarias transandinas. Entre
otras determinaciones, ordenó la clausura del Instituto y la
Biblioteca Nacional y autorizó la circulación de un nuevo
periódico llamado “Viva el Rey”, cuyo editor fue fray José
María de la Torre.

A pesar de las divisiones que la guerra generó y el posible
peligro de su reactivación, Osorio solicitó, a través de
diputados que partieron a España, el indulto real para los
detenidos. Esto finalmente se logró en 1816, pero fue
aplicado por su sucesor Francisco Casimiro Marcó del Pont
Ángel Díaz y Mendez, solo de manera parcial.

Lo peor del gobierno de Osorio fue la falta de recursos con
que contaba y la represión política, sobre todo en la ciudad
de Concepción, pero a pesar de las condiciones en las que
tomó el mando, no dejó odios contra él cuando entregó el
poder el 26 de diciembre de 1815 a Marcó del Pont.

Regresó a Perú en junio del siguiente año, donde se le nombró
Comandante General de Artillería y de Maestranza de ese país.
En 1817 se le dio el mando del Ejército Expedicionario a
Chile y desembarcó nuevamente en Talcahuano el 4 de enero de
1818.

En esa ocasión, fue derrotado en la Batalla de Maipú el 5 de
abril del mismo año. Entonces, huyó hacia el sur y en
septiembre se embarcó hacia el Perú, donde se le hicieron
cargos por su derrota, pero salió absuelto. Luego, abandonó
el Perú con destino a España, pero contrajo una fiebre
infecciosa que lo llevó al sepulcro en la ciudad de la
Habana, a la edad de 58 años.

Por somosfutrono

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