El Congreso Constituyente nombró el 18 de agosto de 1823,
oficialmente Director Supremo de Chile a Ramón Freire
Serrano, ya que hasta esa fecha ejercía el mando
provisoriamente. Cabe consignar que, su llegada al poder se
originó como consecuencia de la abdicación de Bernardo
O’Higgins Riquelme al cargo, en enero de ese año.
Anteriormente, el 25 de enero de 1819, en reconocimiento a la
activa y patriótica actuación en el desarrollo de la
Independencia de Chile, O’Higgins designó a Freire como
Intendente de la provincia de Concepción. En tal condición
debió enfrentar a las fuerzas irregulares que había
organizado el Comandante realista Vicente Benavides, a quien
dio una guerra sin cuartel.
En una nota que dirigió al Director Supremo, Freire comentó:
«Bandidos van quedando pocos, porque ya se han fusilado más
de trescientos». Finalmente derrotó al enemigo en la batalla
de “Las Vegas de Talcahuano”, en noviembre de 1820.
Freire como Intendente, mostró sus condiciones
administrativas, desarrollando una serie de actividades en
favor del progreso regional. Pero desde 1822, la situación de
O’Higgins era bastante difícil, siendo constantemente
criticado por sus detractores que ambicionaban el poder.
Esto repercutió en el país y particularmente en la provincia
de Concepción, la cual además de no recibir recursos del
gobierno, fue azotada por fuertes temporales, perdiendo todas
las siembras, lo que llevó al extremo de convocar un Congreso
Provincial, que se declaró independiente del Gobierno de
Santiago.
Entonces, Freire reconoció dicho Congreso, abriendo, en
consecuencia, las hostilidades en contra de la autoridad, que
terminaron con la abdicación de O’Higgins. Dado los
acontecimientos en Concepción O’Higgins le escribió a Freire
en enero de 1923: «… quiera el cielo que Ud. no sufra igual
pago de los que han sorprendido su buena fe; el que hace
valer las armas y las injurias contra otros debe esperar que
las hagan valer contra sí».
Se debe recordar que en el Desastre de Rancagua ocurrido en
octubre de 1814, cuando el ejército chileno debió retirarse
del campo de batalla por la fuerza del ataque realista, el
Capitán Freire protegió con su cuerpo y el de unos “dragones”
escogidos, la persona de O’Higgins. Este noble gesto fue
agradecido por O’Higgins, que se sintió orgulloso de mandar
hombres del temple de Freire.
Volviendo a 1923, y después de la abdicación de O’Higgins,
Freire rechazó el cargo de Director Supremo, pero luego
aceptando las invocaciones que se adujeron, asumió el mando
de la Nación, el 1 de septiembre de ese año. Pero su gobierno
fue interrumpido varias veces por las campañas guerreras a
Chiloé, y aún por las inquietudes internas de la nueva
nación, de tal suerte que dejó el mando en múltiples
oportunidades entre 1823 y 1827.
Al asumir el mando, Freire autorizó a O’Higgins para salir
del país. En cuanto a su administración, ésta prestó al país
destacados servicios: participó activamente en la Ley de
«Abolición de la Esclavitud». Por decreto dio al país el
nombre de “Chile”, sustituyendo la expresión «Patria», conque
se le identificaba en los documentos oficiales. Restableció
la libertad de imprenta. Su obra cumbre geopolítica, fue la
conquista de Chiloé, consolidando así nuestra unidad
geográfica.
Uno de sus primeros actos fue derogar la Constitución de 1822
y convocar a un Congreso Constituyente, el cual se compuso de
un representante por cada 15 mil habitantes. Dada la
población de Chile en aquella época, el Congreso contó con 53
Diputados. También aprobó un nuevo texto constitucional.
Pero los trastornos políticos que se sucedían desde los
primeros pasos de la República no estuvieron ausentes en la
administración Freire y finalmente renunció. Entonces, el
Congreso, en un acto de reconocimiento, le otorgó el grado de
«Capitán General», honor que antes sólo había recibido
O’Higgins.
Así, en mayo de 1827, se alejó de la vida política, y se fue
a vivir a la hacienda de Cuchacucha. Pero dos años más tarde,
volvió a la arena política, comandando las tropas que debían
sofocar el levantamiento de Concepción, el cual, dio origen a
la guerra civil de 1829 a 1830 que terminó en la batalla de
Lircay, donde se enfrentó Freire con José Joaquín Prieto
Vial, el 17 de abril de 1830, cayendo derrotado Freire,
siendo exiliado al Perú.