En la ciudad de Santiago falleció el 6 de septiembre de 1886,
Vicente Pérez Rosales a la edad de 79 años. Si bien, la
primera etapa de su vida estuvo llena de incidentes a veces
terribles y otros cómicos, luego, como impulsor de la
colonización extranjera, lo colocó entre los hombres
beneméritos que ha tenido el país.

Pérez Rosales fue nombrado Agente de Colonización en
Valdivia, a los 42 años de edad, en 1849, por el Ministro
Antonio Varas de la Barra para radicar a los alemanes que
Bernardo Philippi Krumwide había comenzado a traer a Chile.

El alemán Philippi llegó a Chile en 1833 y organizó la
primera inmigración alemana a principios de la década de los
cuarenta, pero murió asesinado en enero de 1852, a raíz del
Motín de Cambiaso, cuando viajaba en la goleta Ancud al mando
del Comandante inglés Juan Willians, cuya misión era la
posesión del Estrecho de Magallanes.

Con el objetivo señalado anteriormente, fue designado en su
cargo Pérez Rosales, quien se instaló en la ciudad de
Valdivia en 1850 y efectuó exploraciones y trazó planos para
ubicar los terrenos para las colonias y la apertura de
puertos. Viajó al sur y llegó a la bahía de Melipulli o
Cuatro Colinas, que contaba con un bosque de hermosos e
inmensos alerces, a orillas del canal Chacao.

Entonces, Melipulli fue el lugar elegido para instalar a los
inmigrantes, que posteriormente, el 12 de febrero de 1853, se
fundó con el nombre de Puerto Montt, en homenaje al
presidente de la República de esa época, Manuel Montt Torres.
Estas actividades dieron origen a su obra: «Memoria sobre la
Colonización de Valdivia», que publicó en Valparaíso en 1852.

También en esa época, entre 1850 y 1855 fue designado
Intendente de los territorios de colonización. Luego, en
marzo de 1858 viajó a la ciudad de Hamburgo, Alemania, como
Agente de Inmigración y Cónsul de Chile. Desde su llegada y
al siguiente año se dedicó a difundir las bondades de nuestro
país, como un buen lugar para la colonización de
profesionales alemanes.

Uno de los medios que utilizó fue la publicación de su libro
«Ensayo sobre Chile», dirigido al público europeo y germano,
donde se refería a las ventajas que el colono encontraría en
nuestro territorio sur y lo distribuyó a cuantos quisieran
saber algo de estas tierras.

Esta obra está considerada como la primera escrita por un
chileno que describió al país; geográfica, cultural y
ecológicamente, presentando a Chile ante el mundo. Su
objetivo era detener el efecto de las noticias falsas que se
tenían sobre nuestro país en el viejo continente. Escribió
también «El Manual del Ganadero Chileno», donde describía
para los chilenos, los últimos adelantos tecnológicos en la
dirección y producción de los predios agrícolas.

Pero en Magdeburgo contrajo el cólera que lo llevó al borde
de la muerte, y luego fue llamado a Chile, debido a que la
Guerra Civil de 1859, contra el gobierno de Montt, lo que
significó el debilitamiento de la administración en los
territorios a colonizar. Entonces, en diciembre de ese año,
de regreso en Chile, el gobierno lo nombró Intendente de
Concepción. Como tal, apaciguó los ánimos indígenas y apoyó
el inicio de la ocupación de La Araucanía.

Luego, fue elegido Diputado por Chillán para el período de
1861 a 1864, representando al Partido Nacional, pero su
pensamiento económico era liberal debido a su formación en
Francia. Ese mismo año, 1861, se enfermó de reumatismo y su
dolencia se agravó, ausentándose de su cargo por un tiempo
para tratarse en las Termas de Chillán. Logró publicar en
1870 «La Colonia de Llanquihue, su Origen, Estado Actual y
Medios para Impulsar su Progreso».

Volvió al parlamento en 1876, como Senador por Llanquihue, y
fue reelegido en 1879 por otros tres años. Entonces, cambió
su residencia a Santiago, siendo elegido presidente de la
Sociedad de Fomento Fabril en 1880. Cinco años más tarde, en
junio de 1885 falleció su esposa y él sufrió un derrame
cerebral que lo dejó semiparalizado, entonces renunció a sus
cargos públicos y se recluyó en su casa, donde falleció.

Pérez Rosales nació el 5 de abril de 1807, en el seno de una
familia que apoyaba decididamente la causa de los patriotas.
Con el triunfo del realista Mariano Osorio, su abuelo,
Enrique Rosales, vocal de la Primera Junta de Gobierno
en1810, fue deportado a Juan Fernández junto con una tía de
Vicente, mientras que su madre, fue tomada presa por el
Capitán San Bruno.

Luego de la Batalla de Chacabuco, en febrero de 1817, la
familia volvió a reunirse, y su casa se constituyó en lugar
de reunión y de festejos, a los que concurrieron Bernardo
O’Higgins Riquelme, José de San Martín Matorras y todo el
estado mayor de los patriotas.

Sin embargo, después del Desastre de Cancha y Rayada en marzo
de 1818, la familia se exilió en Mendoza. Durante este
exilio, a Vicente le tocó presenciar el fusilamiento de Luis
y Juan José Carrera Verdugo, cuando tenía solo 11 años de
edad y junto con otros escolares de su edad formaron una
valla al público.

En 1821, la familia regresó a Santiago y Vicente fue
embarcado, en forma no enteramente voluntaria, en la fragata
inglesa Ower-Glendower, a cargo de Lord Spencer, para que
siguiera la carrera del mar. No obstante, éste, lo abandonó
en Río de Janeiro. Recién en 1823, y por mediación de la
inglesa María Graham, pudo volver a Chile y reunirse con su
familia.

Luego, a los 19 años de edad en 1826, Vicente fue enviado
junto a unos primos a estudiar a Francia. Cuatro años más
tarde, volvió a Chile, pero su barco naufragó y tuvo que
pasar una temporada en las islas Malvinas. De regreso en su
patria, el panorama no se presentó muy optimista, pues la
reciente guerra civil tenía a su familia en la ruina. A raíz
de esto, realizó muchos trabajos: fue productor de
aguardiente, médico yerbatero, tendero, minero, ganadero,
dibujante, pintor y actor de teatro.

Con la llegada de «la fiebre del oro», en diciembre de 1848
se dirigió a San Francisco, California con tres de sus
hermanos, un cuñado y dos sirvientes. Desilusionado porque no
les fue como esperaban, abrió una tienda en la ciudad, pero
como se declaró una peste, Pérez Rosales abandonó su tienda y
se fue a servir al hospital como enfermero.

Al año siguiente en 1849, volvió al mundo de los negocios en
San Francisco, donde levantó un edificio y abrió un
restaurante, que al poco tiempo de inaugurado fue destruido
por un incendio. Ante este nuevo fracaso, volvió a Chile,
momento en que el Ministro Varas le ofreció el cargo de
Agente de Colonización en Valdivia, cargo que consistía en
ubicar a los alemanes que estaban por llegar a Chile.

El libro más conocido de Pérez Rosales es “Recuerdos del
Pasado”, en el cual transcribe páginas de otra publicación
suya “El Diccionario del Entrometido”. Esta obra contiene
notables cuadros de las costumbres de Santiago del siglo XIX
y le dan un colorido y un interés costumbrista, que ningún
santiaguino puede ignorar. Este libro sigue vivo y ameno,
como si se hubiese escrito hoy.

Por somosfutrono

Somos un medio de comunicación que difunde el respeto al medio ambiente y los pueblos originarios; NOTICIAS , ACTUALIDAD, COMPROMETIDOS CON LA VERDAD.