En la sesión de la Cámara de Diputados del 24 de septiembre
de 1865, se aprobó un proyecto de ley que autorizaba al
Presidente de la República José Joaquín Pérez Mascayano, para
declarar la guerra al Gobierno de España, la que fue se
materializó oficialmente al día siguiente.

Los orígenes de esta guerra fueron ajenos a Chile. Sólo por
un espíritu americanista, nos vimos envueltos en un conflicto
con la Madre Patria en apoyo al Perú, a raíz de un roce
diplomático con España. Esta última se apoderó de las
guaneras ubicadas en las islas Chincha, lo cual significó un
gran daño económico para Perú.

España había ocupado e izado bandera en las islas Chincha en
abril de 1864, como medio para presionar al Perú a ciertos
pagos que debía hacerle, entre ellos los gastos incurridos
por la Corona durante la época de la Independencia.

Cabe consignar que la importancia de las islas para Perú se
debía a que en ellas se encontraban los depósitos de
fertilizante de guano, que entonces era la principal
exportación peruana, representando cerca del 60 por ciento de
los gastos del gobierno peruano.

La ocupación de las islas Chincha por España se interpretó en
Chile como una ofensa y agresión a la soberanía de los
estados americanos. Mientras que a los demás países que
fueron consultados al respecto, Argentina, Brasil, Bolivia,
Ecuador y cuatro repúblicas centroamericanas, respondieron
diciendo que:

“Condenaban o deploraban la ocupación de las islas Chincha, y
aprobaban la conducta de Chile, pero que ninguno de ellos
rompería una lanza en aras de la solidaridad continental”.

Todos los países respondieron en el mismo tenor. Mientras
tanto, los incidentes entre los gobiernos chileno y español
se fueron recrudeciendo, llegando al extremo que cuando la
corbeta española “Vencedora” se detuvo en puerto chileno para
aprovisionarse de carbón, éste se consideró provisión de
guerra, por lo tanto, no debía ser entregado a una nación
beligerante.

Sin embargo, desde el punto de vista español tal actitud no
podía considerarse como prueba de la neutralidad chilena,
pues poco antes dos vapores peruanos habían partido de
Valparaíso cargados de armamento y algunos voluntarios
chilenos que deseaban luchar por el Perú.

Frente a esta actitud España le encargó a su Almirante al
mando de la Escuadra Española en Perú, Juan Manuel Pareja, un
ex Ministro de Marina que coincidentemente había nacido en el
Perú y cuyo padre, oficial del ejército realista, había
fallecido en las guerras de la independencia, que exigiera
explicaciones a Chile por haber ofendido gravemente a esa
Nación.

Inmediatamente Pareja, al frente de cuatro fragatas se vino a
Chile, mientras que la “Numancia” y la “Covadonga”
permanecieron bloqueando el primer puerto peruano, El Callao.

El 17 de setiembre de 1865, el Almirante Pareja, a bordo de
su buque insignia, el “Villa de Madrid”, ancló en Valparaíso,
negoció con las autoridades chilenas y para alcanzar un
acuerdo satisfactorio, entre otras cosas solicitó que el
pabellón español fuera saludado con 21 cañonazos, con fecha
“18 de septiembre de 1865”.

La respuesta de Chile fue la declaración de guerra a la
semana siguiente; la que comenzó con el bloqueo de las costas
chilenas por la Escuadra Española y terminó prácticamente con
el bombardeo de Valparaíso el 31 de marzo de 1866.

El primer enfrentamiento entre las fuerzas chilenas y
españolas se dio en el Combate de Papudo el 26 de noviembre
de 1865, en el cual la goleta española “Virgen de Covadonga”
fue capturada por la corbeta chilena “Esmeralda”, esta última
comandada por Juan Williams Rebolledo.

Pareja se daba cuenta que no lograba concretar avances
significativos en la guerra con Chile, su bloqueo se
deterioraba y la tripulación de las naves se encontraba
desmoralizada. A esto, se agregó la pérdida de la
“Covadonga”, segundo barco que España perdía luego del
incendio de la fragata de hélice “Triunfo”, exactamente un
año atrás.

Todo esto fue demasiado para él. Al día siguiente de conocer
la noticia, se vistió con su mejor uniforme, se acostó en su
camarote de la nave “Villa de Madrid” y se pegó un tiro en la
cabeza.

Este revés español llevó a que el 5 de diciembre de 1865,
Chile y Perú formalmente suscribieran una alianza para
enfrentar a los españoles donde el artículo segundo del
referido tratado, ratificado el 12 de enero de 1866, indicaba
que:

«Por ahora y por el presente tratado, las repúblicas del Perú
y Chile se obligan a unir las fuerzas navales que tienen
disponibles o pueden tener en adelante, para batir con ellas
a las fuerzas marítimas españolas que se encuentren o
pudieran encontrarse en las aguas del Pacífico, ya sea
bloqueando, como actualmente sucede, los puertos de una de
las repúblicas mencionadas, o de ambas, como puede acontecer,
ya sea hostilizando de cualquier otra manera al Perú o a
Chile»

Las acciones de guerra más destacadas de esta contienda,
eminentemente marítima, en 1866 fueron el “Combate de Abtao”
el 7 de febrero, la acción naval de Huito el 2 de marzo, y el
“Bombardeo de Valparaíso” el 31 de marzo.

Finalmente, en 1871 se firmó en Washington, Estados Unidos un
convenio entre España, Chile, Perú, Bolivia y Ecuador, de
armisticio por un tiempo indefinido. La paz definitiva se
firmó en Lima, Perú, en 1883.

Por somosfutrono

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