En la ciudad de Talca nació el 27 de septiembre de 1907, el
segundo Cardenal chileno Raúl Silva Henríquez, conocido como
“el cardenal de los pobres” y como “el cardenal rojo”, quien
ejerció ese cargo por 21 años, desde 1962 a 1983, período de
grandes cambios políticos y sociales en nuestro país.

Su enseñanza escolar la realizó en el Colegio Alemán de
Santiago y luego ingresó a la Universidad Católica a estudiar
Derecho, obteniendo su título de abogado a los 22 años de
edad, en 1929. Ese mismo año, dejándose llevar por el camino
que Dios le señalaba, ingresó al Seminario de Santiago.

Posteriormente, se fue al Viejo Continente, y en la ciudad de
Turín obtuvo su doctorado en Teología. Así, a los 31 años de
edad, en 1938, fue ordenado sacerdote en esa ciudad. De
regreso en Chile, su congregación lo designó como profesor de
Derecho Canónico y Teología Moral. En 1950 se hizo cargo de
la dirección del estudiantado salesiano.

Fue fundador y presidente de la Federación de Colegios
Particulares Secundarios (FIDE). También participó en la
creación del Instituto Católico Chileno de Migraciones y
Caritas Chile, llegando a ser Presidente Mundial de Caritas
Internacional, a los 55 años de edad, en 1962.

A los 52 años de edad, en 1959 fue nombrado Obispo de
Valparaíso y dos años más tarde, en 1961, fue designado como
Arzobispo de Santiago. Al año siguiente el Papa Juan XXIII lo
nombró Cardenal. Envestido como Cardenal, formó parte de los
“colegios cardenalicios”, que eligieron al Papa Juan Pablo I
y Juan Pablo II, en 1978.

Durante toda su vida dedicada a la Iglesia Católica, tuvo
como objetivo acercar a las personas a Dios, por lo que desde
su cargo de Cardenal realizó muchas innovaciones, motivado
por ese loable interés, y para ello creó las vicarías
zonales, las vicarías de los decanatos y las vicarías
especializadas.

Silva, recién investido de Cardenal, le tocó vivir la década
de 1960 a 1970, cuando Chile vivió un gran cambio político y
social, que llevó a la sociedad a enfrentamientos y huelgas.
En medio de estas convulsiones el Cardenal Silva jugó un rol
activo por los más necesitados y el lograr el respeto por la
persona humana, todo esto le valió ser considerado como “el
cardenal del pueblo o de los pobres”.

Una vez aprobada la Reforma Agraria, bajo la administración
del Presidente Jorge Alessandri Rodríguez, solicitó a la
Santa Sede permiso para donar terrenos de la Iglesia a los
campesinos. Entonces, durante el Gobierno de Eduardo Frei
Montalva, cuando obtuvo la autorización del Papa, cumplió con
su promesa.

Un hecho conocido fue cuando en 1970, asumió la presidencia
el socialista Salvador Allende Gossens, reconocido miembro de
la Masonería, entonces el Cardenal Silva le obsequió una
Biblia, la que el Mandatario recibió diciendo: «¡Cómo no la
voy a aceptar!, si aquí está la historia del primer
revolucionario del mundo».

Durante esta administración, se presentó la posibilidad de
una reforma al sistema educacional, denominado “Proyecto de
Escuela Nacional Unificada” (ENU), que para muchos sectores
representaba la concientización política de los estudiantes,
nuevamente intervino el Cardenal Silva, logrando detener
momentáneamente esa reforma.

Producido el Pronunciamiento Militar del 11 de septiembre de
1973, a los dos días el Cardenal se reunió con los Obispos,
para que los chilenos encontraran la paz, quienes emitieron
un comunicado que parte de cuyo texto decía:

«Consta al país que los obispos hicimos cuanto estuvo de
nuestra parte para que Chile se mantuviera dentro de la
Constitución y la ley, y se evitara cualquier desenlace
violento como el que ha tenido nuestra crisis institucional»,
a lo que agregaron: «Pedimos que no haya innecesarias
represalias contra los vencidos».

Posteriormente el Cardenal Silva se entrevistó en distintas
oportunidades con las máximas autoridades del Gobierno de la
Junta Militar, de manera de mediar por los derechos humanos
de los vencidos, recibiendo entonces el apodo de “obispo
rojo”.

Por lo señalado anteriormente y por iniciativa del Cardenal
se creó en 1974 el “Comité Pro Paz”, cuyo objetivo era lograr
el respeto por los derechos humanos. Dos años más tarde, en
1976 se transformó en la “Vicaría de la Solidaridad”.

También tuvo una activa participación en el litigio
fronterizo por el Canal Beagle entre Chile y Argentina,
cuando este último país desconoció el fallo arbitral
pronunciado en 1977 y los dos países comenzaron sus
preparativos bélicos. Entonces el Cardenal Silva mantuvo
contacto permanente con el Vaticano, de manera de evitar un
enfrentamiento entre las dos naciones, realizando grandes
esfuerzos para establecer condiciones de diálogo. Finalmente,
se llegó a la Mediación Papal, evitando así cualquier
posibilidad de guerra.

A los 76 años de edad, en 1983, el Cardenal Silva se retiró
por motivos de salud, pero continuó su labor sacerdotal hasta
su muerte, el 9 de abril de 1999.

El hombre que tanto amó a Dios a su país y a su pueblo, ha
sido reconocido en distintas formas y maneras: una de ellas
es la moneda de quinientos pesos que en una de sus caras
muestra la figura del Cardenal Raúl Silva Henríquez, situada
al centro del núcleo y coronada con la frase: “República de
Chile”.

Por somosfutrono

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