En la ciudad de Madrid falleció el 3 de octubre de 1864 el
literato español José Joaquín de Mora a los 81 años de edad,
a quien le correspondió redactar la Constitución de 1828.
Ésta, de principios liberales, se convirtió en la más
completa a la fecha de su promulgación y superior a todas las
anteriores, la cual, fue reemplazada en 1833.

En esa época la nueva República aún no se organizaba
gubernativamente y el Director Supremo Ramón Freire Serrano
había renunciado al cargo, siendo reemplazado por el
vicepresidente Francisco Antonio Pinto Díaz designado por el
Congreso como Presidente Interino en mayo de 1827.

Al asumir Pinto, el Congreso sé autodisolvió, hasta la
constitución de un nuevo Congreso en febrero de 1828, cuya
primera prioridad fue dictar una nueva Constitución, para lo
cual, designó una Comisión para la redacción de ésta, la que
estuvo formada por Melchor de Santiago Concha Cerda y José
Joaquín de Mora.

El trabajo de redactarla fue delegado a Mora, quien utilizó
para este propósito la Constitución española de 1812 y el
proyecto federalista de José Miguel Infante. Se considera que
fue superior a las anteriores, pero como ellas, totalmente
desconectada de la realidad social y política chilena.

En términos generales quedó establecido que:

El Presidente y el Vicepresidente serían elegidos por cinco
años por votación indirecta, por mayoría absoluta de votos y
sin reelección. El Vicepresidente reemplazaría al Presidente
cuando éste no pudiera ejercer el cargo.

El Poder Legislativo residiría en dos cámaras: Senado y
Cámara de Diputados. Los primeros se renovarían cada cuatro
años, mientras que los segundos cada dos años. Las facultades
legislativas no tenían otra traba que la opinión pública.

El Poder Judicial estaría representado por la Corte de
Apelaciones y la Corte Suprema. El Congreso tenía la misión
de nombrar los ministros de la Suprema Corte de Justicia.

Se establecía la Religión Católica excluyendo el ejercicio
público de cualquier otra. Finalmente, se abolían los
mayorazgos.

La discusión de la nueva Carta duró pocas semanas y Pinto la
promulgó el 8 de agosto de ese mismo año, comenzando a regir
a contar de esa fecha la Constitución de 1828.

Entre los meses de mayo y junio del siguiente año, se
llevaron a efecto las elecciones de Regidores, de
Parlamentarios y de electores de Presidente y Vicepresidente
de la República, que había dispuesto la nueva Constitución.
Mora de nacionalidad española, solo permaneció en Chile por
tres años, pero en ese corto período, producto de su
entusiasmo por la ilustración y por las ramas del saber
humano, y su admirable flexibilidad mental, estimularon el
desarrollo del pensamiento chileno.

En 1829 fundó el Liceo Chile, institución particular de
enseñanza media. El gobierno liberal, también llamado el de
los pipiolos en la época, lo ayudó con el local y becas. El
colegio de Mora solo duro un año, hasta 1830, en que una
comisión investigadora informó a las autoridades sobre sus
deficiencias pedagógicas, morales y disciplinarias.

El gobierno de José Tomás Ovalle Bezanilla ordenó pasar las
becas al Instituto Nacional. Paralelamente esta
administración había nombrado Ministro del Interior a Diego
Portales Palazuelos, correspondiéndole al nuevo ministro
expulsar del país a Mora.

El literato irritado con lo sucedido, llamó a Chile “la
Beocia de América”. Más tarde, todo un caballero, se retractó
al contemplar desde afuera el progreso del país.

Por somosfutrono

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