Durante el gobierno de Manuel Bulnes Prieto y por ley
promulgada el 6 de octubre de 1842, se reconoció al
Libertador General José de San Martín Matorras «como en
servicio activo» del Ejército de Chile, gracias a las
gestiones realizadas por el Ministro de Guerra y Marina José
Santiago Aldunate Toro.

Esta ley permitió abonarle el sueldo íntegro correspondiente
a su clase, aun cuando San Martín tuviera residencia fuera de
la República, pues de hecho vivía en Francia, donde falleció
ocho años más tarde, a los 73 años de edad.

Aldunate, nieto del Presidente de la Primera Junta Nacional,
el Conde de la Conquista y Brigadier de Milicias, Mateo de
Toro y Zambrano, ferviente defensor de la vida republicana,
con este gesto quedó representado como el hombre de gran
calidad humana que lo distinguió durante toda su vida.

El patriota Aldunate, se incorporó al ejército a los 14 años
de edad, en octubre de 1810, y tres años más tarde, ascendido
al grado de Teniente, participó en el Combate de San Carlos
el 15 de mayo de 1813, bajo las órdenes del Brigadier José
Miguel Carrera Verdugo, donde el ataque improvisado y
prematuro de los patriotas fracasó rotundamente, frente a una
tenaz resistencia realista. Posteriormente, tomó parte en el
infructuoso sitio de Chillán.

Al año siguiente, estando al mando de los patriotas el nuevo
General en Jefe del Ejército, Bernardo O’Higgins Riquelme,
intervino en las victoriosas acciones de El Quilo, Paso del
Maule, Tres Montes y Quechereguas. Premiado por su valor, fue
ascendido a Capitán del Batallón de Graneros.

Luego del Desastre de Rancagua, batalla desarrollada en
octubre de 1814, en la que no combatió, permaneció
clandestinamente en las cercanías de Santiago como «agente
secreto», al servicio del General en Jefe del Ejército de Los
Andes, José de San Martín.

En este período, entre 1814 y 1817, conocido como el Período
de la Reconquista española, consiguió valiosa información de
los realistas, la cual enviaba a Mendoza por intermedio del
“guerrillero” Manuel Rodríguez Erdoiza. Fue así como el
Capitán Aldunate se desempeñó además, como un combatiente
silencioso en la llamada «Guerra de Zapa».

Luego de la Batalla de Chacabuco, ocurrida en febrero de
1817, Aldunate volvió a servir regularmente en el Ejército,
encontrándose en el combate de Sorpresa de Cancha y Rayada en
marzo del año siguiente. Al poco tiempo, en julio de 1818 se
retiró voluntariamente del servicio, para reincorporarse en
mayo de 1820, integrándose al Ejército Libertador del Perú,
como Comandante del Batallón N º 2 de Infantería.

Su división al mando del General Las Heras tomó la plaza de
Pisco al día siguiente de desembarcar. Luego hizo la campaña
de la Sierra del Perú, bajo las órdenes del General José
Antonio de Arenales, participando en la ocupación de las
provincias de Ica, Huamanga y Tacna, como también en la
acción de Cerro Pasco el 6 de diciembre de 1820.

Ocupada Lima por los patriotas, se proclamó la independencia
del Perú, el 28 de julio de 1821. A raíz de este
acontecimiento, el Comandante Aldunate recibió el Escudo de
los Libertadores, nombrándosele consejero y fundador de la
Orden del Sol, instituida por el General San Martín. Además,
se le ascendió al grado de Coronel graduado.

Posteriormente, en la Batalla de Macacona el 7 de abril de
1822, fue herido y hecho prisionero. Seis meses más tarde,
fue canjeado por el General Pedro de Zaula, Marqués de Valle
Umbroso. En marzo de 1823, regresó a Chile con licencia para
su restablecimiento.

Dado de alta, volvió al Perú en septiembre del mismo año,
donde le correspondió actuar en algunas acciones contra
unidades de patriotas sublevadas, retornando definitivamente
a Chile, en mayo de 1824.

A fines de 1825, el Coronel Aldunate participó en la
Expedición Libertadora de Chiloé, comandada por el General
Ramón Freire Serrano, quien venció finalmente al Brigadier
realista Antonio de Quintanilla, tenaz defensor del
archipiélago. En 1827 se le concedió el grado de General de
Brigada.

Diez años más tarde participó, en su calidad de experto en el
teatro de operaciones, como Jefe del Estado Mayor del
Ejército Restaurador del Perú, durante la guerra contra la
Confederación Perú-boliviana, bajo las órdenes del
Vicealmirante Manuel Blanco Encalada. Luego del Tratado de
Paucarpata, Arequipa, el 17 de noviembre de 1837, retornó al
país.

Dos años más tarde, en 1839, con 43 años de edad, se retiró
de las filas activas del Ejército, pero siguió prestando
servicios a la patria como Ministro de Guerra y Marina en
1842. Al año siguiente, fue elegido Senador por el período de
1843 a 1852.

Adicionalmente, en 1845 se desempeñó como Intendente de
Valparaíso y en 1847 se le nombró Director de la Escuela
Militar. Luego, fue elegido Senador subrogante de 1858 a
1867. Cabe consignar que, en ese período, en 1861 ocupó
nuevamente el cargo de Intendente de Valparaíso.

Tres años más tarde, el 21 de junio de 1864, el General de
Brigada Aldunate, a los 68 años de edad, falleció en la
ciudad de Santiago.

«Tenemos el dolor de anunciar» – decía la prensa – «la muerte
del benemérito General Aldunate, acaecida hoy a las 12 del
día, cuando él rayaba en los setenta años de edad». En la
hora señalada, el General Aldunate partía en su postrera
marcha… Atrás sólo dejaba amigos, ningún impugnador».

Por somosfutrono

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