El hombre que llegó a ser el quinto Arzobispo de Santiago,
Monseñor Crescente Errázuriz Valdivieso, recibió el
sacerdocio el 18 de diciembre de 1863, a los 24 años de edad.
Está considerado como el primer historiador eclesiástico y el
gestor de la separación de la Iglesia del Estado
pacíficamente.

Se debe destacar que como Arzobispo desarrolló una labor de
importancia histórica extraordinaria, ya que, gracias a su
profunda capacidad de interpretar la realidad histórica, hizo
posible la separación de la Iglesia con el Estado, sin que se
provocaran situaciones violentas para ninguna de las partes.

Si bien, la reforma venía propiciándose por más de cuarenta
años por los grupos liberales, y especialmente por el Partido
Radical, ésta era fuertemente combatida por los conservadores
y gran parte del clero. Pero finalmente, la separación quedó
consagrada en la Constitución de 1925, como fruto de un
acuerdo entre el Presidente Arturo Alessandri Palma y el
Arzobispo Errázuriz.

Cabe consignar que, Errázuriz nació en el seno de una
aristocrática familia santiaguina, el 28 de noviembre de
1839. A los 11 años de edad, en 1851, el Arzobispo Rafael
Valentín Valdivieso, su tío, lo inscribió en el Seminario,
donde terminó las Humanidades. Luego siguió Leyes.

Pero antes de finalizar la carrera, se dedicó a trabajar en
las minas de su hermano Maximiano Errázuriz Valdivieso, en el
sector de Guayacán, La Serena. En esa época, se hizo presente
su vocación sacerdotal y se reintegró al Seminario, a
estudiar Teología.

Una vez que recibió el sacerdocio, se hizo cargo de “La
Revista Católica”. Después publicó su obra “Los Orígenes de
la iglesia Católica” en 1873, y al año siguiente fundó “El
Estandarte Católico”, para defender los intereses de la
religión y atacar a liberales y masones.

Complementó estas labores ejerciendo la docencia a partir de
1873, dictando la clase de Derecho Canónico en la Universidad
de Chile. Fue autor del Compendio de Derecho Canónico. Pero
en 1884 dejó su cátedra universitaria, para enclaustrarse en
la Recoleta Domínica. Al año siguiente, realizó sus votos
solemnes, adoptando el nombre de Raimundo. Poco tiempo
después fue nombrado bibliotecario de ese recinto e hizo de
la biblioteca la primera de Chile entre las particulares.

Por su labor intelectual fue incorporado a la Real Academia
Española de la Lengua de Chile. Además recibió la medalla de
oro de la Sociedad de Historia y Geografía de Chile en 1912 y
fue presidente de la Academia Chilena de la Historia en 1914.

En 1916 se reincorporó a la Facultad de Teología de la
Universidad y el mismo año la Santa Sede lo designó proto
notario apostólico.

Luego, en 1918 el gobierno de Juan Luis Sanfuentes
Andonaegui lo presentó como candidato a arzobispo de
Santiago, en medio de la convulsa situación política que
preparaba la crucial elección de 1920. Entonces, el Papa
Benedicto XV lo preconizó como tal el 30 de diciembre de 1918
y fue consagrado en la Catedral el 30 de enero de 1919.

Desde su nuevo cargo Errázuriz aportó serenidad y equilibrio
al momento, reconciliando con su actitud, las posiciones
extremas, logrando pacíficamente la separación de la Iglesia
del Estado.

Escribió sus memorias tituladas, “Algo de lo que he visto”,
constituyendo un valioso aporte a la historia de Chile.
Monseñor Errázuriz falleció el 5 de junio de 1931, a los 91
años de edad.

Por somosfutrono

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