El último marino que falleció en la Guerra del Pacífico,
Avelino Rodríguez González, ingresó a la Escuela Naval el 9
de enero de 1867, cuando aún no cumplía los 15 años de edad.
Luego de 3 años de estudio en dicha institución, en marzo de
1870 fue trasladado a la Escuela Militar, conforme a un plan
de escuelas unidas.

Seis años más tarde, en 1876, fue designado al blindado
«Almirante Cochrane» y, bajo el mando del Capitán de Navío
Enrique Simpson Searle, partió a Europa a completar la
construcción de la embarcación, pues había llegado a Chile
sin su forro de cobre en el casco.

En el Viejo Continente, cuando se encontraba en el astillero
de Hull, el Ministro de Chile en Francia, Alberto Blest Gana,
le informó que por invitación del gobierno francés, sería
embarcado en naves de esa nacionalidad, haciéndolo
sucesivamente, en los acorazados de primera línea
«Magnanime», «Trident» y «Richelieu», este último, buque
insignia de la escuadra del Mediterráneo.

Sin embargo, tres años más tarde debió regresar, producto de
la delicada situación política que atravesaba nuestro país
con sus vecinos Perú y Bolivia, y que finalmente terminó con
la Guerra del Pacífico. Por esta razón, Rodríguez arribó al
puerto de Valparaíso en abril de 1879, cuando tenía 26 años
de edad.

Inmediatamente fue embarcado en la corbeta «O’Higgins»,
comandada por Juan José Latorre Benavente. En esos momentos
uno de los mayores problemas que enfrentaban nuestras fuerzas
era el monitor peruano “El Huascar”, razón por la cual el
Gobierno chileno puso como primer objetivo su destrucción
para poder continuar con las maniobras militares.

De esta manera, Rodríguez participó en el Combate Naval de
Angamos desarrollado el 8 de octubre de 1879, frente a
Mejillones, persiguiendo a la corbeta peruana “Unión”, la que
finalmente huyó sin ser alcanzada, pero se logró el objetivo
con la captura del “El Huascar”.

Cabe destacar que este triunfo le permitió a Chile adueñarse
del mar y continuar la guerra por tierra. Luego de cumplir
grandes hazañas, actualmente “El Huascar”, se conserva a
flote en el Apostadero Naval de Talcahuano, como una reliquia
por lo que significó su captura y porque en su cubierta
también encontró la muerte el Capitán Arturo Prat Chacón el
21 de mayo de ese año, en el Combate Naval de Iquique.

A pesar que este fue prácticamente el último enfrentamiento
naval, la Armada continuó apoyando al ejército en los
distintos enfrentamientos que se dieron en esta Guerra. Por
esta razón, Rodríguez con el grado de teniente y a bordo del
blindado “Blanco”, participó en la Batalla de Miraflores
desarrollada el 15 de enero de 1881.

Sin embargo, al darse la orden de cesar el fuego, el cañón
que cubría Rodríguez y sus hombres, quedó con un proyectil en
su recámara. Entonces, Rodríguez pidió permiso para disparar
el cañón, pero el Comandante Luis Castillo, se negó,
ordenando, en cambio, que se extrajese el proyectil.

Al hacerlo lamentablemente explotó, hiriendo de muerte al
joven oficial y dos hombres más, convirtiéndose en los
últimos marineros muertos en esta guerra. Los restos del
joven Teniente de tan solo 28 años de edad fueron trasladados
a Santiago, donde su familia le dio una cristiana sepultura.

Por somosfutrono

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