Durante la administración del Presidente José Manuel
Balmaceda Fernández, se le concedió el título de ciudad a
Vichuquén el día 30 de enero de 1890, terminando así el
período como departamento. Sin embargo, la municipalidad se
constituyó con anterioridad, el 5 de mayo de 1867, siendo su
primer Alcalde José Ruiz Tagle.
Se debe destacar que esta ciudad conserva los trazados
originales de una calle larga de comercio estructurada por el
pueblo indígena que la pobló y que posteriormente fue
cuadriculado por los conquistadores en 1771, fecha que
recibió el nombre de San Antonio de Vichuquén. Por esta razón
y luego de un siglo en 1990, Vichuquén fue declarada zona
típica.
Remontándonos en la historia, Vuchuquén fue ocupada
inicialmente por los mapuches, y luego invadida alrededor de
1460 por los incas bajo el mando de Huaina Capac, atraídos
por los yacimientos de oro, además de la abundante caza y
pesca del lugar. En esa época el lugar era llamado “Lora”.
Allí, los incas extrajeron cantidades apreciables de
minerales que afloraban en las quebradas de los cerros, los
que fueron enviados al centro del imperio, en la ciudad del
Cuzco. También impusieron en la población originaria su
ordenado sistema de vida, por ejemplo en la conformación de
«mitimaes» o colonias de industriales y de agricultores.
La influencia del Inca quedó grabada con caracteres
endelebles en sus apellidos, en su sangre, sus nombres
geográficos y en su vida en general. Así los habitantes de
Lora fueron gobernados por varios Caciques entre ellos
Guenumaque, Antivilu, Catrileo, Calquín y el último fue
Bacilio Vilo, muerto por los españoles en Llico a su retirada
al sur, después de la Batalla de Maipú, en abril de 1818. Sin
embargo, el ocaso del imperio inca comenzó con la llegada de
los Conquistadores.
Como se mencionó anteriormente, Vichuquén aún mantiene la
estructura que le dieron los incas: una calle larga dedicada
al comercio. Las restantes son senderos angulosos y en
desnivel, veredas con corredores, casas voluminosas con
paredes de adobes y techos con tejas. Uno de sus atractivos
es el lago del mismo nombre, que se encuentra a cinco
kilómetros al norponiente de la localidad, cuya forma ha dado
origen a mitos y leyendas relacionadas con brujas.
Esto se remonta a la época en que la zona era dominada por
la dinastía de los caciques «Antivilu», palabra que tiene su
origen en «Antihuillac», que significa «Profeta» o «Adivino
de los Andes», famosos por los conocimientos que poseían de
medicina y por los rituales paganos con que exteriorizaban su
culto a los dioses.
De esta manera, los incas introdujeron el gusto por las
ceremonias paganas que luego fueron adaptadas a los ritos
cristianos, como el culto a la Virgen de Vichuquén, con sus
danzas y rituales.
El nombre de Vichuquén tiene distintas traducciones: una de
ellas dice que su nombre proviene de la voz mapuche
«Huichu-Ken», que significa «Lugar aislado». Otros aseguran
que significa “Culebra Larga”.