El Gobernador y Capitán General del Reino de Chile, Agustín
de Jáuregui y Aldecoa por medio de un bando fechado el 4 de
febrero de 1779, estableció una lotería con “suertes de pesos
de oro”, para incrementar los dineros de la Corona española.
La primera jugada se realizó el 7 de marzo de ese año a la
salida de la misa.

Sin embargo, esta nueva entretención para los santiaguinos,
“la lotería”, sólo duró 17 semanas, porque su sucesor, el
Gobernador interino Tomás Álvarez de Acevedo Ordaz, consideró
incorrecto que el rey Carlos III, patrocinara juegos de azar,
con el objeto de incrementar los dineros de su Majestad, para
los gastos de este reino.

Cabe consignar que, la decisión de Jáuregui probablemente se
derivó de los resultados de la reforma tributaria que debió
enfrentar al tomar el cargo en junio de 1773, porque el año
anterior a su llegada, la Corona había instruido que los
impuestos fueran cobrados directamente por ésta.

Así, el fin al arriendo de la exacción de ellos, trajo
consigo un gran descontento en la población encargada de
éstos, pues sus intereses se vieron perjudicados. A pesar de
los reclamos, finalmente en 1774 el contador mayor interino,
Gregorio González Blanco, empezó a aplicar las nuevas
disposiciones.

Esta medida trajo como consecuencia que las quejas
continuaran con más fuerza, llegando casi a un levantamiento
armado. Sin embargo, el movimiento de resistencia fue
logrando algunas de sus peticiones y la tranquilidad volvió a
reinar, trayendo como resultado la merma en la recaudación
esperada para la Corona.

Cabe resaltar también que, durante el gobierno Jáuregui se
aplicaron dos importantes reformas decretadas por Carlos III:
la ordenanza del comercio libre en 1778, la que autorizó el
tráfico entre varios puertos españoles y americanos, entre
ellos, los chilenos de Valparaíso y Concepción. Esta decisión
permitió la utilización de la ruta del Cabo de Hornos, lo que
significó un importante beneficio para el territorio.

Además, cambió la fisonomía del país y de su gente, por la
incorporación de la provincia de Cuyo al recién creado
virreinato de Buenos Aires. Hasta entonces dependían de
Chile, las ciudades de Mendoza, San Juan y San Luis.

Otro aspecto importante del gobierno de Jáuregui fue el
censo que ordenó efectuar en 1778, el que dio como resultado
un total de 295 mil 646 habitantes.

También y al igual que la mayoría de los gobernantes del
siglo XVIII, al poco tiempo de iniciar su mandato, Jáuregui
celebró el parlamento de Tapihue con los indígenas. Uno de
los acuerdos fue el restablecimiento del Colegio de Naturales
de Chillán, donde los indígenas aprendieron sin dificultad.

Una de las reformas dignas de mención impulsadas por
Jáuregui, sugerida por Ambrosio O’Higgins, fue la creación de
dos regimientos de caballería, que ocuparon un total de mil
400 plazas militares. Paralelamente propuso una nueva escala
de remuneraciones, la que fue aprobada por la Corona,
permitiendo mejorar la vida de los soldados.

Durante su administración inauguró la nueva Catedral y creó
el Colegio Carolino. Sin embargo, el último año de gobierno
tuvo que enfrentar grandes calamidades como la inundación
provocada por la salida del río Mapocho y una epidemia
general infecciosa. Además en esa época se declaró la guerra
con Inglaterra.

Finalmente, Agustín de Jáuregui dejó la gobernación de Chile
en 1780, cuando fue nombrado Virrey del Perú, cargo que
desempeñó por cuatro años hasta su muerte, en abril de 1784,
cuando tenía 73 años de edad.

Como Virrey, Jáuregui debió enfrentar el movimiento rebelde
encabezado por José Gabriel Condorcanqui, más conocido como
Tupac Amaru, que pretendió establecer reivindicaciones para
los indígenas peruanos.

Por somosfutrono

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