El mismo día y justo al año de la victoria de los patriotas
sobre los realistas en la batalla de Chacabuco, el 12 de
febrero de 1818, se proclamó y juró formalmente la
Independencia de Chile, en la ciudad de Santiago. En la
ocasión, se presentó el nuevo y actual pabellón patrio, donde
se le rindió por primera vez homenaje a la bandera
nacional.

El Director Supremo Bernardo O’Higgins Riquelme que había
sido elegido en el cargo por un cabildo abierto el 16 de
febrero de 1817, consideró que a pesar del tiempo
transcurrido desde la formación de la Primera Junta de
Gobierno el 18 de septiembre de 1810, faltaba la declaración
de la Independencia.

Por esta razón, ordenó que se abrieran en los cuarteles de
cada ciudad, registros donde pudieran firmar los partidarios
de la declaración de la Independencia, o los contrarios a
ella. La casi unanimidad de la ciudadanía se manifestó por la
Independencia inmediata.

Cabe consignar que el acta fue redactada por el Ministro
Miguel José de Zañartu Santa María, Juan Egaña Risco, Manuel
de Salas Corbalán y Bernardo de Vera y Pintado. Luego,
O’Higgins le introdujo algunas modificaciones antes de
firmarla, en su cuartel en la ciudad de Talca.

Así, el documento pretendía demostrar la oposición del
pueblo chileno a la monarquía española, de la cual quedaba
separado para siempre «con plena aptitud de adoptar la forma
de gobierno que más convenga a sus intereses».

La proclamación se efectuó siendo Gobernador interino de
Chile, Luis de la Cruz Goyeneche, porque en esos momentos
O’Higgins se encontraba en los campos de batalla, ante la
inminente invasión de los realistas, al mando del General
Mariano Osorio.

El día fue elegido por el significado que tuvo el triunfo
del Ejército Libertador de Los Andes sobre el Ejército
español en la Batalla de Chacabuco desarrollada el 12 de
febrero de 1817. Con ella comenzó la emancipación chilena
frente al dominio español.

Esta victoria facilitó el camino hacia la independencia
definitiva, lo que permitía formar el nuevo Ejército
Nacional, para afianzar permanentemente la libertad y a su
vez crear una escuadra que dominara el Pacífico Sur y que
llevara a la independencia del Virreinato de Perú.

La proclamación de la Independencia fue un acto simbólico,
que en realidad constituyó más bien a un desafío a las
fuerzas realistas, pues hasta ese momento no existía ninguna
seguridad respecto del triunfo de las fuerzas patriotas.

De hecho, lo anterior quedó demostrado en el enfrentamiento
de ambas fuerzas, conocido como la Sorpresa de Cancha Rayada,
batalla corta y sangrienta desarrollada el 19 de marzo de
1818, donde los realistas triunfaron sobre los patriotas. Si
bien, este resultado fue revertido por los chilenos al mes
siguiente en la batalla de Maipú ocurrida el 5 de abril; cabe
consignar que, las fuerzas realista se reunieron en el sur
del territorio continuando con la llamada “Guerra a Muerte”.



Por somosfutrono

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