La Real y Pontificia Universidad de San Felipe fue inaugurada
el 11 de marzo de 1747 por el Gobernador Domingo Ortíz de
Rosas, quien nombró como Rector al abogado Tomás de Azúa e
Iturgoyen. De esta manera, la universidad se convirtió en el
segundo establecimiento de educación superior del Reino de
Chile.

Sin embargo, fue el primero en iniciar la enseñanza jurídica
sistemática del país, estructurada de la misma forma que en
todo el sistema jurídico occidental de la época, es decir,
centrada exclusivamente en el Derecho Romano, representado
por el Corpus Iuris Civilis, y el Derecho Canónico,
representado por el Corpus Iuris Canonici.

Adicionalmente, la universidad contó con las facultades de
teología, medicina y matemáticas donde se enseñaba y
cultivaba desinteresadamente la disciplina respectiva. Su
enseñanza tenía sólo algunas relaciones indirectas con las
principales profesiones de la época.

Así por ejemplo, para ser abogado era necesario ser
bachiller en leyes; para desempeñar algunas dignidades
eclesiásticas se requería del doctorado en teología o leyes,
y para ser médico, los estudios universitarios constituían
antecedentes de valor.

Cabe señalar que, la idea de contar con una nueva
universidad surgió al reunirse el Cabildo de Santiago 34 años
antes, en 1713, cuando el Alcalde Francisco Ruiz de Berecedo,
propuso la creación de una casa de estudios superiores. Esta
iniciativa contó con el apoyo del Gobernador Juan Andrés de
Ustáriz Vertizberea y de otras autoridades de la época.

Si bien el país contaba con la Universidad de Santo Tomás de
Aquino fundada por la congregación de los Dominicos en agosto
de 1622, autorizados con la bula del Papa Paulo V, de marzo
de 1619; el Cabildo consideró que una nueva universidad, le
reportaría al país innumerables beneficios, considerándola un
poderoso instrumento de progreso.

Pero las comunicaciones en esa época eran lentas, lo que
sumado con las tramitaciones y la falta de recursos
económicos, no habían permitido concretar el proyecto.
Entonces en 1727 Azúa fue nombrado Diputado de Santiago
frente la Corte de España, para que materializara esta
iniciativa ante el rey.

Su gestión logró que el rey Felipe V dictara la Real Cédula
en 1738, que permitió la creación de la universidad. En ella
se estableció que el nuevo establecimiento debía ser
financiado con las erogaciones que voluntariamente entregaran
los santiaguinos, cantidad a la que se le sumó una parte de
los impuestos que se cobraban por la exportación de frutos
chilenos al Perú.

Luego de esta autorización comenzó el proceso de recolectar
los fondos y ubicar un terreno para el nuevo establecimiento.
Finalmente, la universidad se instaló donde actualmente se
encuentra el Teatro Municipal de Santiago, y fue nombrado
como su primer rector, Azúa, tanto por su gestión como por
pertenecer a una de las familias más importantes de la
ciudad.

Además, estaba considerado como uno de los hombres más
letrados de su época, ya que había realizado su enseñanza en
el Colegio Real de San Martín, en Lima, y luego en la
Universidad Mayor de San Marcos, donde obtuvo su doctorado en
Cánones y Leyes y en 1727, fue recibido como abogado por la
Real Audiencia de Santiago.

De hecho, sus conocimientos de Derecho hicieron que en 1750
el rey le encomendara la redacción de los Comentarios de las
Leyes de Indias.

Y así la Universidad de San Felipe, nombre dado en honor al
rey que permitió su apertura, quedó habilitada para impartir
en Santiago los mismos cursos que se daban en Lima, México y
Salamanca. Cabe destacar que en ella estudiaron gran parte de
nuestros próceres de la Independencia.

Así, al instaurarse la República, la Universidad suprimió en
los diplomas de grado el apelativo de «real» y se añadió la
frase «del Estado de Chile» y más tarde «de la República de
Chile». Luego, en 1842 sobre la base de esta universidad y la
de Santo Tomás de Aquino, se crearon los estatutos de la
primera universidad pública, con el nombre de Universidad de
Chile, teniendo como su primer Rector a Andrés Bello López,
cargo que desempeñó hasta su muerte en octubre de 1865.

Por somosfutrono

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