Cerca de Provenza, Francia, nació el naturalista Claudio Gay
Mouret el 18 de marzo de 1800. Su mayor obra fue la “Historia
Física y Política de Chile”, que le llevaron 12 años de
trabajo, entre estudios y viajes por en nuestro país, a los
que se agregaron 28 años más, hasta completar su publicación.
Esta obra monumental consta de 30 volúmenes y dos atlas.
Los primeros 8 tomos tratan de la Historia Política
(1844-1854); otros 2 contienen documentos históricos reunidos
en diversos archivos nacionales y extranjeros (1870-1871); 8
tomos son sobre Botánica (1845-1852); 8 tomos de Zoología
(1847-1854); 2 tomos constituyen un atlas con dibujos de las
especies naturales, mapas de diversas regiones, grabados de
paisajes, tipos humanos y costumbres chilenas (1844-1855); y,
finalmente, 2 tomos detallan un estudio sobre el estado de la
agricultura chilena (1862-1865).
Cabe consignar que, Gay llegó a Chile a fines de 1828, con
28 años de edad, contratado por el Colegio Santiago,
establecimiento dirigido por Andrés Bello López. En éste se
hizo cargo de la cátedra de Física y Química, encontrando
pocos alumnos interesados, terminó dando un curso optativo de
geografía regional.
Entonces, como disponía de tiempo comenzó a investigar en
los alrededores de Santiago, lo que lo hizo conocido entre
algunas autoridades de gobierno, que desde hacía años tenían
la idea de realizar un estudio científico del país. Así fue
que el Ministro Diego Portales Palazuelos advirtió en él una
gran superioridad intelectual.
Luego de las conversaciones preliminares, el Gobierno y Gay
celebraron un contrato el 14 de septiembre de 1830, donde el
naturalista se comprometió a realizar un viaje por todo el
territorio nacional en tres años y medio, para investigar su
historia natural, su geografía y estadística, su industria,
comercio y administración.
En reciprocidad, el gobierno se obligó a pagarle, durante
cuatro años, la suma de 125 pesos mensuales, a prestarle los
instrumentos necesarios y concederle un premio de tres mil
pesos en caso de cumplir satisfactoriamente su compromiso.
Así, el primer destino de Claudio Gay fue la provincia de
Colchagua y el segundo el Desierto de Atacama, pero estas
expediciones le hicieron darse cuenta que su trabajo requería
más tiempo, mejores instrumentos científicos y colaboradores
para las observaciones y mediciones. De hecho, su viaje al
Desierto de Atacama en 1831 fue un fracaso por la sequía que
imperó ese año. Este debió ser aplazado para 1840, cuando el
desierto floreció con todo su esplendor.
Por lo señalado anteriormente, Gay llegó a un acuerdo con el
gobierno y en 1832 se dirigió a Francia para comprar los
elementos que le faltaban. Pero mientras se encontraba en el
puerto de Valparaíso esperando su barco, se le presentó la
oportunidad de visitar las Islas Juan Fernández, donde la
vegetación lo dejó maravillado.
A su regreso, después de permanecer dos años en su patria,
pasó por Perú donde visitó a Bernardo O’Higgins Riquelme,
quien le proporcionó valiosos datos para sus estudios
históricos. De vuelta en Chile en 1834, se trasladó a
Valdivia a fines de ese mismo año, siendo uno de los primeros
europeos que tras casi 200 años, se atrevió a entrar en ese
hostil territorio indígena.
Estas expediciones incluyeron intérpretes para tratar con
los caciques; de este modo, Claudio Gay supo de sus
costumbres, que fueron ampliamente conocidas gracias a los
dibujos y bocetos que él realizó. Después de un año en la
boscosa zona de Valdivia, viajó a Chiloé, donde estuvo
algunos meses.
En su Atlas Historia Física y Política de Chile, relata una
de sus experiencias así: “Los promaucaes y los araucanos
preparaban la chicha más frecuentemente con los frutos de
ciertos árboles o arbustos, tales como el huingun, molle,
maqui, diferentes especies de mirto y sobre todo con el mirto
uñi o murtilla”.
“Pero, a causa de la introducción de las viñas en Chile, el
vino se generalizó, y hasta los mismos indios, que no
cultivaban la uva, reemplazaron sus chichas con una verdadera
sidra que los bosques de manzanos les proporcionaban en gran
abundancia”.
Luego, continuó con su viaje, explorando Talca, Concepción y
Coquimbo. Posteriormente, en 1835 el gobierno de Joaquín
Prieto Vial, le entregó un edificio para que organizara y
clasificara en los estantes sus muestras, dando origen al
Museo de Historia Natural.
Recolectó 5 cuadrúpedos, 213 pájaros, 21 reptiles, 47 peces,
2.557 invertebrados y 1.320 especies vegetales. Además, trajo
numerosos volúmenes con anotaciones y dos volúmenes con 1.437
dibujos de objetos naturales, mapas e informaciones
geográficas.
Luego de permanecer doce años en Chile, Gay decidió regresar
a Francia en 1842. Entonces, el gobierno de Manuel Bulnes
Prieto, en reconocimiento de la labor efectuada, le concedió
por gracia la nacionalidad chilena y un premio de 6 mil
pesos.
En octubre de 1842, en la Sociedad Geográfica de París, el
científico leyó una memoria de sus exploraciones en Chile, lo
que le valió ser elegido miembro de número de aquella
institución. Dos años más tarde, en 1844, concluyó el primer
volumen de la Historia Física y Política de Chile, siendo su
última publicación en 1870.
Gay escribió más de 14 estudios de sus investigaciones en
revistas extranjeras, en los Anales de la Universidad de
Chile, y en los periódicos El Araucano y en El Agricultor.
Al crearse la Universidad de Chile en 1843, Gay fue
designado miembro de esta institución. En 1856 fue declarado
miembro de la Academia de Ciencias de París, así como del
Instituto de Francia, el más alto lugar para los
intelectuales franceses.
A los 63 años, en 1863, Gay decidió volver a Chile y le
escribió a Diego Barros Arana: «Antes de morir he querido ver
una vez más este hermoso país y los excelentes amigos que
aquí poseo y que me serán siempre tan queridos».
Fue recibido con honores por el gobierno y el Congreso
aprobó para él una renta vitalicia de 2 mil pesos anuales.
Dejó Chile a fines de ese mismo año, falleciendo en su país
10 años más tarde, el 29 de noviembre de 1873, a la edad de
73 años.
Posteriormente, Correos de Chile en 1944, al celebrarse el
centenario de la primera edición de la Obra de Gay, editó una
serie conmemorativa con aves del país, pertenecientes al
trabajo realizado por este científico en nuestro país.