Las tropas patriotas al mando del Coronel irlandés Juan
Mackenna O’Reilly se enfrentaron el 20 de marzo de 1814 al
ejército realista comandado por el Coronel Gabino Gaínza, en
el fundo El Membrillar, ubicado a las orillas del río Itata,
a unos 50 kilómetros de Chillán, obteniendo el triunfo del
combate.

Ambos ejércitos a la fecha habían tenido cambio de mando,
pues a fines de 1813 la Junta de Gobierno decidió separar de
todos los cargos a José Miguel Carrera Verdugo y sus
hermanos, convencida de que los fracasos se debían a la
impericia militar de estos, designando General en Jefe del
Ejército a Bernardo O’Higgins Riquelme, quien hasta el último
momento rehusó aceptar por considerarse sin dotes militares e
incapacitado para el cargo.

Sin embargo, a principios de 1814 O’Higgins finalmente
aceptó, y se reunió con Mackenna, amigo de su padre y enemigo
de los Carrera, quien lo asesoró en la forma de enfrentar a
los realistas. A su vez, los españoles recibieron refuerzos a
fines de enero de ese año. Las tropas eran comandadas por
Gaínza, en reemplazo de Antonio Pareja, quien había
fallecido.

Entonces el ejército español comenzó a avanzar hacia el
norte y a éste se le unió Vicente Benavides Llanos, militar
que había luchado por la independencia junto a los Carrera.
Así llegaron hasta las cercanías del fundo El Membrillar,
donde una orden mal interpretada por los realistas, enredó en
escaramuzas a los contrincantes.

El combate que comenzó y se desarrolló en forma
absolutamente imprevista, hizo que ambos ejércitos llegaran
peleando hasta el mismo fuerte. En el más completo desorden
los soldados realistas se precipitaron sobre las trincheras
patriotas. El ejército atacante rodeó por todas partes el
campo de El Membrillar, pero a sólo una distancia de tiro de
revólver de sus contrincantes.

Al caer la noche, la lluvia, la oscuridad y las bajas
tenidas provocaron la dispersión del ejército realista. Pero
Mackenna no se dio cuenta de su triunfo y, lejos de aniquilar
los restos enemigos, se dedicó a reparar los desperfectos en
sus fortificaciones, lo que permitió al ejército realista
tener la oportunidad de reorganizarse.

En esta batalla las fuerzas chilenas lograron rechazar al
enemigo, pero no destruirlo. La prolongación de la guerra
llevó a los jefes militares a firmar el Tratado de Lircay en
mayo de ese año, ya que ambos ejércitos se encontraban
debilitados. Pero éste no satisfizo a ninguna de las partes,
sólo sirvió como tregua para reorganizarse.

Cabe consignar que entre los prisioneros capturado por los
patriotas en El Membrillar, se encontraba Benavides, quien
logró huir, para reunirse nuevamente con el ejército
realista. Cuatro años más tarde cayó otra vez preso, luego de
la Batalla de Maipú y a pesar que se ordenó su ejecución,
logró escabullirse y replegarse al sur, convirtiéndose en el
líder de la denominada “Guerra a Muerte”, que combatió a los
patriotas, luego del triunfo de éstos en Maipú.

Por somosfutrono

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