El rey Felipe IV por real cédula del 30 de marzo de 1638,
nombró como Gobernador del Reino de Chile al Marqués de
Baides Francisco López de Zúñiga, Sin embargo, el nuevo
gobernador asumió su cargo en mayo del año siguiente, a sus
38 años de edad, en la ciudad de Concepción.
Recién en septiembre tomó posesión del gobierno en Santiago,
lugar donde ratificó la carencia de recursos económicos y
humanos en que se encontraba el país, derivados
principalmente de la Guerra de Arauco. Una vez analizada la
situación estableció el impuesto de “alcabala”, gravando las
transacciones de bienes raíces, ventas de mercaderías y toda
operación mercantil.
Pero la ciudadanía estuvo en desacuerdo con el Gobernador,
por lo que llamó a un Cabildo abierto en octubre de ese año,
donde le expusieron, que dada la miseria del territorio, les
era imposible aceptar este nuevo impuesto. Finalmente,
decidieron notificar al Virrey del Perú, incluso al Rey.
Lo anterior hizo pensar a López de Zúñiga que todo
enfrentamiento militar con los indígenas era inútil y
aconsejado por algunos sacerdotes jesuitas y en vista de la
realidad del avance indígena, se propuso entonces preparar la
paz con los mapuches, evitando cualquier tipo de hostilidad.
Así fue que en enero de 1640 partió hacia el sur con mil 600
soldados, convocando a un parlamento entre españoles e
indígenas, para establecer negociaciones de paz. Ambos bandos
se juntaron justo al año, en enero de 1641, en el Parlamento
de Quillén.
En este encuentro, después de largas conversaciones, se dio
término a la guerra, acordando que los indígenas conservaban
su independencia y el derecho a no ser hechos esclavos, y a
su vez los conquistadores se comprometieron a despoblar las
villas y ciudades españolas al sur del Bio Bio.
Este se convirtió en el primer parlamento desde la llegada
de los conquistadores al territorio, pero la paz no fue
duradera y en enero de 1643 los enfrentamientos se
reanudaron. Cabe consignar que, recién en abril de ese año,
1643, dada la lentitud en las comunicaciones en ese período,
Felipe IV aprobó, en Madrid, todo lo obrado por el Gobernador
a la fecha.
Pero López de Zúñiga, además del problema con los indígenas
debió enfrentar el ataque holandés a Valdivia en mayo de
1643, como consecuencia de la guerra que enfrentaba España
contra Holanda desde 1641.
Los holandeses habían decidido establecerse en las costas
americanas del Pacífico, por lo tanto, y de acuerdo con sus
planes, atacaron Castro, en la isla de Chiloé, y luego la
ciudad de Valdivia, de la cual se apoderaron por un tiempo
hasta que la abandonaron.
Mientras tanto, el Gobernador solicitó licencia para
regresar a España en 1642, pero su sucesor el Maestre de
Campo Martín de Mujica y Buitrón, llegó en mayo de 1646. Esos
4 años el marqués de Baides los pasó tratando de mantener la
paz en la Región de la Araucanía.
A su regreso a Perú, tuvo que esperar otros 8 años, para
embarcarse rumbo a España, lo que consiguió a fines de 1654.
Pero frente a las costas de Cádiz, el 19 de septiembre de
1655, debió enfrentarse con la escuadra inglesa, fecha en que
falleció, a los 56 años de edad.