Una vez juzgados y condenados por el delito de conspiración
en contra del Gobierno de Chile, los hermanos Juan José y
Luis Carrera Verdugo fueron fusilados por orden del
Gobernador de Mendoza Toribio Luzuriaga, el 8 de abril de
1818, fecha en que Juan José y Luis tenían 36 y 27 años de
edad respectivamente.
Anteriormente, ambos participaron activamente junto con su
hermano José Miguel por nuestra Independencia, en el período
de la Patria Vieja que abarcó de 1810 a 1814, detentando gran
poder político y militar. De hecho, Juan José ostentaba el
grado de Sargento Mayor del Batallón de Granaderos de Chile,
cuando su hermano llegó de España en 1811.
Luego, en 1813 Juan José fue designado Presidente de la
Junta Representativa de la soberanía. Ese año y junto a Luis
con sus tropas de artillería, se enfrentaron en el Combate de
Yerbas Buenas y Sitio de Chillán. Juan José también combatió
en San Carlos y Luis, por su parte, estuvo en la defensa de
Talca.
Ese mismo año la Junta de Gobierno designó como General en
Jefe del Ejército a Bernardo O’Higgins Riquelme, alarmada por
el giro que estaban tomando los acontecimientos y convencida
que los fracasos se debían a la impericia de los hermanos
Carrera, por lo que decidió separar a todos ellos de sus
cargos. Esta medida trajo como consecuencia el “odio” de los
Carrera hacia O’Higgins.
En mayo de 1814 los realistas y patriotas llegaron a un
entendimiento por medio del Tratado de Lircay. Pero José
Miguel no estuvo de acuerdo y dio un nuevo Golpe de Estado, y
derribó al Director Supremo Francisco de la Lastra y Sotta,
lo que a su vez indignó a O’Higgins, por estimar que ponía en
grave peligro la causa de la Patria.
Entonces O’Higgins se dirigió a Santiago para desconocer el
Gobierno, y se enfrentó con las fuerzas de los Carrera en el
Combate de las Tres Acequias, cerca de Nos el 26 de agosto de
ese año. La lucha duró una hora, convirtiéndose esta batalla
en una derrota para O’Higgins.
Cuando se preparaba a proseguir el enfrentamiento, al día
siguiente, O’Higgins recibió la noticia del desembarco de
nuevas tropas realistas al mando de Mariano Osorio que venía
con instrucciones de no aceptar el Tratado. Frente a este
hecho cambió de parecer, reconociendo el nuevo gobierno y se
puso bajo las órdenes de Carrera.
Sólo pidió que se le diera el comando de la vanguardia del
Ejército, dirigiéndose luego con sus tropas a Rancagua para
contener las fuerzas de Osorio y tras él Juan José con su
división. El 1 y 2 de octubre de 1814 se desarrolló la
Batalla de Rancagua, donde O’Higgins concentró sus fuerzas en
la plaza, esperando en vano el auxilio de Carrera, que se
encontraba en las inmediaciones.
Los realistas triunfaron en la contienda provocando grandes
pérdidas en las fuerzas patriotas, dando término al periodo
llamado de la Patria Vieja. Entonces comenzó la emigración de
los chilenos a Mendoza. El Gobernador Intendente de Cuyo era
el General José de San Martín Matorras, quien a su vez estaba
preparando un ejército para lograr la independencia en
Sudamérica.
En esta ciudad comenzó la rivalidad entre los carreristas y
los o’higginistas, debiendo intervenir San Martín para
apaciguar los ánimos. Finalmente el Gobernador solicitó a los
Carrera que abandonaran Mendoza. Entonces los hermanos se
dirigieron a principios de noviembre a Buenos Aires.
En esta ciudad los Carrera pasaron años difíciles y de
carencias económicas, pero siempre buscando el apoyo, para
liberar a su Patria. José Miguel fue por ayuda a los Estados
Unidos, mientras que Juan José, Luis y Javiera trabajaron en
Buenos Aires.
Pero los hermanos Carrera tuvieron grandes problemas en la
Capital, por los conflictos que causaban. Luis llegó a
batirse a duelo con uno de los personajes más cercanos a
O’Higgins, el irlandés Juan Mackenna, hombre que luchó a
favor de nuestra independencia durante la Patria Vieja, quien
resultó muerto en el lance. Luis Carrera fue encarcelado y
acusado de homicidio, pero nada se pudo comprobar en su
contra.
También en la casa de Javiera; Juan José y Luis planificaron
la forma de desplazar a O’Higgins y a San Martín, mientras
José Miguel se encontraba en Estados Unidos. Estos
preparativos se finiquitaron cuando llegó el hermano ausente,
conocidos como “La Conspiración de 1817”.
El ambicioso plan consistía en deponer al gobierno chileno y
al mismo tiempo tomar preso a San Martín. En tanto, en Buenos
Aires se armarían dos grupos de poder, uno al mando de Juan
José y el otro de Luis. Una vez realizado el objetivo, los
hermanos Carreras tendrían nuevamente el poder político. Pero
la llegada de José Miguel a Buenos Aires coincidió con el
triunfo del Ejército Libertador en Chacabuco, el 14 de
febrero de 1817, y el posterior nombramiento de Director
Supremo a O’Higgins.
El intento falló y los hermanos Carrera fueron arrestados.
El 5 de agosto de 1817 apresaron a Luis y Juan José cayó
quince días más tarde en la Posta de Barranquita, San Luis.
Ambos fueron conducidos a Mendoza junto a otros comprometidos
con la aventura, donde fueron sometidos a juicio y finalmente
condenados a fusilamiento.
Javiera, desde Buenos Aires, usó todas sus influencias para
salvarlos, incluso urdió un plan para liberarlos, en el cual
comprometió a la esposa de Juan José, Ana María Cotapos. En
una carta, le escribió las indicaciones:
«Pide permiso para visitar a tu marido en Mendoza, vente
trayendo cuatro mil pesos para comprar por el precio que
puedas un oficial de los guardias, que los porteños se
compran como carneros, y hazlo jugar. Trae agua fuerte y
sierras para cortar las chavetas de los grillos… Hazte, en
este caso, más digna y más amable que lo eres. Imita a madame
Lavalette…», pero Ana María fue descubierta y no logró una
gestión favorable.
Desde Chile, O’Higgins y San Martín pidieron el
sobreseimiento de los dos hermanos y la opinión pública miró
estas gestiones con simpatía. Podría haber significado el
término de las viejas disensiones partidistas, sin embargo,
el 14 de abril la noticia funesta llegó a la ciudad de
Santiago: Juan José y Luis Carrera habían sido ajusticiados
en Mendoza.