Durante el gobierno del Presidente José Manuel Balmaceda
Fernández, se fundó el Instituto Pedagógico el 19 de abril de
1889, primero de este tipo en Sudamérica. El propósito de
este nuevo establecimiento fue el de aplicar los últimos
avances en la pedagogía, traídos desde Alemania, con
profesores que formaran a los pedagogos chilenos, y de esta
forma reestructurar la enseñanza secundaria.
La fundación del Instituto Pedagógico estuvo en el contexto
de mejorar el sistema nacional de educación, durante la
segunda mitad del siglo XIX. En esa época se reformaron los
estudios superiores, especialmente los de medicina.
Adicionalmente, se fundaron nuevos liceos de hombres y los
primeros liceos fiscales de niñas. También la educación
primaria fue reglamentada de nuevo, uniformada y extendida
con la fundación de centenares de escuelas.
La Iglesia Católica fue aumentando su participación en la
tarea educacional, y bajo el patrocinio del Arzobispo Mariano
Casanova Casanova, se fundó la Universidad Católica de Chile
en 1888, que posteriormente fue erigida por la Santa Sede
como «Pontificia Universidad Católica». En adición, fundó
varios establecimientos religiosos, tanto para la educación
básica como media.
Las enormes entradas con que contó Chile, provenientes de las
exportaciones del salitre, luego de la Guerra del Pacífico,
le permitieron, especialmente al Mandatario Balmaceda,
iniciar un amplio plan de mejoramiento de la educación y la
apertura del Instituto Pedagógico formó parte de él.
El objetivo de este nuevo establecimiento era el de formar
profesores para las distintas especialidades, que se
impartirían en los liceos, colegios y escuelas del país. Para
lograr este plan el Presidente Balmaceda, encargó a su
Embajador en Berlín, Alemania, Domingo Gana, contratar
profesores de esa nacionalidad, para ponerlo en marcha.
Luego de un arduo trabajo, Gana logró interesar a los
alemanes en este gran proyecto, contratando a Federico Johow,
especialista en Ciencias Naturales, Federico Hanssen, en
Filología, Hans Steffen, en Geografía, Alfredo Beutell, en
Ciencias Físicas, Augusto Tafelmacher, en Matemáticas,
Rodolfo Lenz, en Lingüística, Jorge Enrique Schneider, en
Pedagogía y Filosofía, y Wilhelm Mann, en Filosofía.
Posteriormente se incorporaron algunos profesores chilenos.
Entre ellos se encontraba Enrique Nercassseau, especialista
en Literatura Española, Domingo Amunátegui, en Derecho
Constitucional, Julio Montebruno, en Historia Americana, y
Francisco Servat, en Química. Juntos completaron una
generación de maestros que sentó las bases para el desarrollo
educacional del siglo XX.
Se designó como el primer Director del Instituto Pedagógico a
Johow, quien ejerció ese cargo durante tres años, en los que
se preocupó de dotar al nuevo establecimiento de mobiliario,
instrumentos, laboratorios y biblioteca. En la época fue
criticado por el alto nivel de gastos en que incurrió en esta
implementación.
El recinto comenzó a funcionar el 1 de agosto de ese año, con
30 alumnos, los que recibieron conocimientos de castellano,
latín, inglés y ciencias naturales. De estos, sólo
continuaron estudiando, los que obtuvieron becas para
quedarse como internos.
El Instituto Pedagógico, creado para formar profesores
secundarios, se integró posteriormente a la Universidad de
Chile, como base de su Facultad de Filosofía y Educación.
Actualmente, es conocido como la Universidad Metropolitana.