En la ciudad de Santiago falleció el 22 abril de 1926
Federico Gana Gana, a los 59 años de edad; quien está
considerado, junto a Baldomero Lillo Figueroa, como uno de
los mejores cuentistas chilenos. Sus cuentos, la mayoría de
ellos de ambiente campesino, revelan un delicado y poético
amor a la vida rural, notándose en ellos los valores propios
de la cultura de su tiempo.

Gana nació en enero de 1867, en el seno de una distinguida
familia de escritores, diplomáticos, profesionales, políticos
y militares. Los estudios los realizó, como todo hijo de
familia acomodada de la época, en el Instituto Nacional, los
que continuó en la Universidad de Chile, obteniendo el título
de abogado.

Posteriormente, como diplomático del Gobierno de José Manuel
Balmaceda Fernández recorrió Francia, Holanda y Bélgica,
teniendo su residencia en Londres. Con el derrocamiento del
Mandatario regresó a Chile en 1892, a los 25 años de edad,
donde adoptó una manera de vivir incierta y vagamente
expectante.

En un primer momento ejerció fugazmente su profesión de
abogado, dedicando el resto de su tiempo a la familia, a la
creación artística y a sus amigos. Pero de a poco se fue
deslizando hacia una existencia bohemia y a un
desmejoramiento de su situación socioeconómica.

De su creación literaria se puede decir que se divide en dos
campos: en “Cuentos” en los que por primera vez tematiza,
evoca e interpreta, la vida campesina de Chile, y el período
de su decadencia social con sus “Poemas en Prosa”, reflejando
los estados de ánimo del hombre que se declara vencido y que
nada espera ya de la vida.

Con relación a sus cuentos, es notable la importancia que en
su narrativa adquirió la mujer, cuya sicología comprendió y
valoró. Así pueden citarse entre estas obras, “Pobre Vieja”,
su primera publicación en 1890, “La Señora” en 1899,
“Paulina” en 1906, siendo esta última la más leída por los
escolares. El año de la muerte de Gana, en 1926, se
publicaron muchos de sus mejores cuentos con el título “Días
de Campo”, en el cual se incluyeron los ya mencionados.

Entre 1914 y 1924 publicó cerca de un centenar de poemas en
prosa. El primero apareció el 16 mayo de 1914 en el Semanario
Zig-Zag de Santiago, pero también dispersos en otras
publicaciones como Chile Magazine, Juventud, Las Últimas
Noticias, Para Todos, Rodó, Selva Lírica y en la revista
Atenea de la Universidad de Concepción.

En su primera publicación las manchas «Sombra» y «Luz», llama
la atención que en ambos textos se viva el presente en
función del recuerdo, sea del pasado – la ilusión perdida, el
dolor superado -, sea del futuro – la certeza de la muerte,
el anhelo de felicidad. La intensa dicha que vislumbra el
poeta en «Luz», aparece asociada a las desvanecidas, «Sombras
de mi Destino», como afirmó.

Al final de sus días, Gana les dijo a sus amigos: «todo lo
que me ha pasado, fue por ser escritor». Luego de ocho años
de su muerte, la Editorial Nacimiento publicó en 1934, los
apuntes líricos en el libro titulado “Manchas de Color” y
“Nuevos Cuentos”. Esta publicación póstuma, fue recibida
elogiosamente por la crítica literaria de la época.

Por somosfutrono

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