Al finalizar la Patria Vieja, se firmó el “Tratado de Lircay”
el 3 de mayo de 1814, entre las fuerzas realistas
representadas por Gabino Gaínza, y las fuerzas patriotas
comandadas por Bernardo O’Higgins Riquelme; quienes tuvieron
como mediador al inglés Comodoro James Hillyar, en
representación del Virrey del Perú, Fernando Abascal.

Cabe recordar que, en esa época el país se encontraba
gobernado por el Director Supremo Francisco de la Lastra de
la Sotta, quien le solicitó al patriota irlandés Brigadier
Juan Mackenna O’Reilly, la información militar completa sobre
la situación de ambos ejércitos contendientes.

Luego de la Batalla de Quechereguas, desarrollada en abril de
ese año, la situación era poco favorable para los realistas,
pero a su vez los independentistas se encontraban
aproblemados por las continuas disputas entre los líderes
políticos y los caudillos militares.

Esto llevó a De la Lastra a negociar una tregua honrosa,
iniciando conversaciones con Hillyar, para conocer su
proposición, pero esta fue rechazada por el Gobierno de
Chile. Entonces el inglés se reunió en el Congreso Nacional
el 19 de abril, donde se modificó el tratado, acordando las
bases que se le presentaron a Gaínza.

Este acuerdo contaba de 16 artículos, en los que en términos
generales estipulaban lo siguiente: los patriotas reconocían
su dependencia de España, pero conservaban el derecho de
autogobernarse, mientras que los realistas consentían en
dejar subsistiendo el gobierno establecido en Chile y evacuar
sus tropas del territorio en el lapso de un mes.
Adicionalmente, se aprobó la sustitución de la bandera
chilena por la antigua bandera española, acordando además,
que los prisioneros de guerra de ambos bandos serían
liberados.

Entonces, se le encargó a O’Higgins para que verbalmente le
informara al Jefe realista Gaínza, mientras que éste era
presionado por Hillyar. Así, O’Higgins se dirigió con 2 mil
300 soldados a las cercanías de Talca. Luego, ambos jefes se
juntaron a conversar el 1 de mayo en un fundo a orillas del
río Lircay, junto con Hillyar, acordando una nueva reunión
para el día 3.

Finalmente, se reunió toda la comitiva el día señalado,
comenzando la discusión a las 10 de la mañana y firmando el
acuerdo a las 11 de la noche del día 3 de mayo de 1814,
conocido como el “Tratado de Lircay”, por haberse efectuado
esta convención a orillas del río que lleva su nombre.

Este tratado significó el triunfo de la tendencia moderada ya
que, a cambio de la desocupación del territorio y del cese de
las hostilidades, los chilenos reconocían la Regencia del rey
Fernando VII y se comprometían a enviar diputados ante las
Cortes españolas, para sancionar la Constitución de 1812.

Luego del tratado, Gaínza se retiró a Chillán, pero en vez de
evacuar el país en el plazo fijado, permaneció en aquella
ciudad en espera de refuerzos. En el caso de los prisioneros
de guerra, si bien, se dejaron en libertad, esto no se aplicó
con los hermanos Carrera, prisioneros de los realistas, por
considerar en ambos bandos, que su presencia en Santiago
podría acarrear inestabilidad política.

Pero los Carrera lograron fugarse de su reclusión en Chillán,
contando seguramente, con la complicidad de sus custodios.
Entonces, José Miguel, considerando que los acuerdos del
Tratado de Lircay eran inaceptables para Chile, dio un tercer
Golpe de Estado el 23 de julio de 1814, derrocando a De la
Lastra y asumió el poder.

Esta actitud provocó una nueva fisura entre los patriotas,
pues O’Higgins rechazó su proceder y avanzó con sus tropas
desde Talca hacia Santiago, enfrentándose ambos bandos en el
Combate de las Tres Acequias en agosto de 1814. La
superioridad de los carreristas convirtió esta batalla en una
derrota para O’Higgins.

Al día siguiente, ambos jefes fueron informados que el virrey
del Perú también había rechazado el tratado, por lo que envió
una nueva fuerza militar comandada por el General Mariano
Osorio, la que desembarcó en Talcahuano con instrucciones de
someter por completo a Chile. Con este nuevo panorama,
O’Higgins renunció a la lucha contra Carrera y reconoció el
nuevo gobierno.

Pero el ejército español se reorganizó y venció a los
patriotas en la Batalla de Rancagua desarrollada en octubre
de ese año, dando término a la Patria Vieja y el comienzo de
la Reconquista. De la Lastra fue relegado a presidio a la
isla de Juan Fernández, mientras que los patriotas
sobrevivientes emigraron a Mendoza, y los Carrera continuaron
a Buenos Aires.

Ningún bando creyó en el Tratado de Lircay, sólo fue firmado
para rearmarse y reiniciar las acciones de lucha.

Por somosfutrono

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