En la ciudad de Santiago se realizó el 6 de mayo de 1811 la
primera elección de diputados del país, convocada como
resultado de la orden emanada de la Junta de Gobierno
instalada el 18 de septiembre de 1810, para elegir un
Congreso Nacional. El objetivo de esta nueva Institución era
el de reunir una representación nacional y promulgar la
Constitución, de manera de darle a Chile una completa
independencia respecto de España.

Cabe recordar que, la convocatoria a elecciones se
desencadenó apresuradamente, luego del fallecimiento en
febrero de ese año, del Conde de la Conquista Mateo de Toro y
Zambrano, primer presidente de la Junta de Gobierno, quien
fue reemplazado a la fecha de su deceso por Juan Martínez de
Rozas Correa, el que llamó rápidamente a elecciones.

Ésta se realizó en el país por intermedio de los Cabildos,
que citaron a los vecinos más ilustres a votar en su sala de
sesiones. Por esta forma de elección, se creyó que el
Congreso sería de naturaleza homogénea, al poder participar
únicamente la clase socio-económicas alta.

Sin embargo, se marcaron claramente tres tendencias, que
posteriormente fueron más definidas: la realista, la moderada
y la exaltada. Así fue que la campaña se dio en un ambiente
lleno de agitación y propaganda política, en el que
destacaban distintos escritos que propiciaban abiertamente
una completa independencia de España, mientras que otros eran
más conservadores.

Entre los impresos que entonces produjeron más impresión,
figuró la proclama de Quirino Lemáchez, redactada por el
sacerdote y periodista Camilo Henríquez González. El escrito
decía: «La naturaleza nos hizo iguales, y solamente en fuerza
de un pacto libre, espontáneo y voluntariamente celebrado,
puede otro hombre ejercer sobre nosotros una autoridad justa,
legítima y razonable».

A su vez, Bernardo O’Higgins Riquelme, de tendencia también
independentista, alzaba su candidatura por la ciudad de Los
Ángeles, diciendo en parte de la convocatoria al pueblo:
«Estáis hartos de gloria y triunfos, ahora necesitáis
instituciones y leyes…».

Todo ello provocó una violenta reacción de los grupos
realistas. De hecho, el 1 de abril, fecha en que debía
realizarse la elección para el Congreso, se sublevó el
militar español Teniente Coronel Tomás de Figueroa Caravaca,
quién junto con las tropas a su mando, intentó restaurar el
régimen real en Chile, conocido este movimiento como el
«Motín de Figueroa».

Aun, cuando este movimiento fue rápidamente sofocado y su
cabecilla fue apresado y juzgado inmediatamente, siendo
fusilado al día siguiente en la Cárcel Pública, el hecho
llenó de temor a la capital, pues señalaba que la posibilidad
de una contrarrevolución aún estaba vigente.

Finalmente, se realizaron las elecciones, cinco días más
tarde de la fecha estipulada y el Congreso Nacional abrió su
primera sesión en el edificio de la Real Audiencia el 4 de
julio de 1811, día en que los diputados juraron fidelidad al
rey Fernando VII. Si bien, el Congreso inicialmente estaba
considerado para 36 diputados, el número se incrementó en
seis, debido a que el Cabildo de Santiago reclamó el derecho
a tener 12, en atención al mayor número de habitantes que el
resto de las circunscripciones.

El resultado de las elecciones mostró que las posiciones
políticas moderadas aún mantenían una gran presencia, ya que
las fuerzas que se oponían a cambios muy radicales triunfaron
ampliamente. Según muchas opiniones, la dureza con que actuó
Martínez de Rozas, como resultado del «Motín de Figueroa», al
redactar él mismo la sentencia de muerte del Coronel, hizo
que los electores de Santiago votaran preferentemente por
candidatos a diputado de tendencia realista o conservadora.

Este hecho queda reflejado en un apunte de O’Higgins, el que
señala que de los 12 electos por la capital, 5 de ellos eran
realistas y 4 indiferentes a la causa revolucionaria. Ello
llevó que desde un comienzo el accionar del Congreso fuera
confuso, debido tanto a la falta de experiencia política,
como a la división que se observó en su interior, entre la
mayoría conservadora y la minoría independentista, compuesta
por 12 diputados, entre los que destacaban O’Higgins y Manuel
de Salas Corbalán.

Entonces, los más exaltados consideraron que el Congreso no
estaba cumpliendo con los objetivos de su creación y
recurrieron a los oficiales más dispuestos a la causa, entre
los que destacaban Juan José y Luis Carrera Verdugo. Ellos
presentaron a su hermano José Miguel que en el mes de julio
había llegado a Chile procedente de España y convencido que
había llegada la hora de la independencia.

Interviniendo por primera vez en la vida pública chilena, el
4 de septiembre de 1811, José Miguel dio un golpe militar, y
derribó a la mayoría conservadora del Congreso, sin mediar
resistencia armada alguna. Así, el Congreso quedó bajo el
control de quienes aspiraban a la independencia y se
constituyó una nueva Junta de Gobierno, afín a estas ideas.

Por somosfutrono

Somos un medio de comunicación que difunde el respeto al medio ambiente y los pueblos originarios; NOTICIAS , ACTUALIDAD, COMPROMETIDOS CON LA VERDAD.