Catalina de los Ríos y Lisperguer, conocida por la historia
con los apodos de “La Quintrala” y “La Catrala”, dispuso su
testamento un día 10 de mayo de 1662, legando gran parte de
su inmensa fortuna en beneficio de su propia alma, de manera
de ser rescatada del purgatorio. Esta forma de testar se
originó como consecuencia del gran terremoto ocurrido en
Santiago y la investigación que estaba realizando la Real
Audiencia sobre sus actos.

Cabe recordar que, la época de la Colonia se identifica
normalmente como un período carente de pasiones, pero tras
esa calma aparente, en la zona central del Reino de Chile,
vivía la familia Lisperguer, una de las más influyentes de
esos años, y que a principios del siglo XVII procreó a la
enigmática Quintrala.

La impetuosa y sorprendente personalidad de Catalina, entró a
la historia, cuando tenía alrededor de 20 años de edad,
acusada de haber asesinado a su propio padre, con un pollo
envenenado que le ofreció en su lecho de enfermo, hacia 1622.
A este hecho se le asocian una serie de otros delitos
cometidos durante su vida, entre ellos la muerte de un
caballero de la Orden de Malta, a quien invitó a su lecho,
donde lo asesinó.

Pero uno de los actos que ha quedado en la memoria y en la
historia de nuestro país, es el hecho de que habría arrojado
desde su casa a un Cristo tallado en madera, que según ella,
la miraba con lástima mientras azotaba cruelmente a algún
esclavo y ella no quería ver hombres que le pusieran mala
cara.

Los padres agustinos, que tenían su iglesia al lado de la
casa de la “Quintrala”, lo recogieron y lo pusieron en el
altar donde permanece hasta hoy. El escultor de este Cristo
fue el fraile Pedro de Figueroa que vivió en Chile de 1604 a
1620, quien talló varias imágenes, bautizando a ésta como “El
Señor de la Agonía”, de admirable majestad.

Luego, la zona central fue azotada por un gran terremoto el
13 de mayo de 1647, cuando sucedió algo realmente extraño: la
corona de espinas que el Cristo tenía sobre su cabeza, cayó
hasta su cuello, hecho que lo bautizó como el “Cristo de
Mayo”, porque según cuenta la leyenda, la corona de espinas
descendió hasta los hombros del Divino Crucificado, en forma
tal que fue imposible alzársela de nuevo hasta las sienes.

El terremoto aceleró la contrición espiritual de la
Quintrala, quien ante tantas contrariedades y signos
fatídicos, ordenó proceder a la redacción de su testamento.
Adicionalmente, en sus últimos años, la “Quintrala”, fue
acusada ante la Real Audiencia de Lima, donde le comprobaron
ser la autora de más de 40 muertes. Así, en cuanto supo que
el tribunal del Santo Oficio estaba por decretar su auto de
fe en Lima, la Quintrala hizo finiquitar su testamento a la
brevedad posible.

Pese a tener parientes lejanos, la “Catrala” asignó el grueso
de su fortuna a la orden de los agustinos. Estableció que se
dijeran 20 mil misas, para lo que dispuso 20 mil pesos. En
los días siguientes a su entierro, debían oficiarse otras mil
misas, y también mandó se dijeran 500 misas más, esta vez por
las almas de los indígenas y esclavos que habían fallecido,
debido a sus malos tratos.

Las misas quedaron puntualizadas hasta en el menor de los
detalles y la suma dejada por esta sola razón dejó atónita a
la sociedad santiaguina. Tan inmensa y elevada fue, que
transcurridos más de doscientos años, se le seguían cantando
misas en la iglesia de la orden de los agustinos, hasta
mediados del siglo XIX.

Mediante otras disposiciones, favoreció a algunos parientes y
amigos cercanos. Por último, legó seis mil pesos al Señor de
la Agonía o Cristo de Mayo, para seguir realizando la
procesión expiatoria de los días 13 de mayo, cuando se
recordaba el terremoto acaecido en esa fecha.

Catalina de los Ríos y Lisperguer falleció tres años más
tarde, el 16 de enero de 1665, a los 61 años de edad; y
cumpliendo con el testamento, sus funerales fueron realizados
con una ostentosa pompa, que incluyó mil cirios para la
iglesia. Se le vistió con el hábito de San Agustín, siendo
sepultada en el templo de esa orden, bajo el altar del Cristo
ultrajado.

Por somosfutrono

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