En la ciudad de Santiago, nació el 17 de mayo de 1846, Pedro
Lira Rencoret, considerado uno de los cuatro maestros de la
pintura chilena. En sus obras se puede percibir un cierto
grado de libertad, frente a la rigurosa enseñanza de la
Academia de la época, notándose tres tendencias sucesivas:
“La escuela romántica francesa”, “el realismo” y “el
impresionismo”.

Lira realizó su educación escolar en el Instituto Nacional,
ingresando luego a estudiar leyes en la Universidad de Chile,
recibiéndose de abogado a los 24 años de edad, en 1869. Pero
desde temprana edad se sintió inclinado por el arte y a los
16 años de edad se inscribió en la Academia de Pintura
dirigida por Alejandro Cicarelli.

Lira a pesar de haberse recibido de abogado, jamás ejerció su
profesión y se dedicó por completo a la pintura y también a
la poesía. En un comienzo en la Academia y bajo la
supervisión de Antonio Smith, se dedicó a la copia de obras
clásicas y más tarde se enfrentó directamente con la
naturaleza,

A pesar de esta rigurosidad, desde sus inicios se proyectó
como líder entre sus pares, atrayéndolos al conocimiento y a
la instrucción, al estudio de la estética y de la historia
del arte, incluso organizó clases especiales de anatomía con
un médico.

Su primer reconocimiento nacional lo obtuvo en 1872, al ganar
con la tercera medalla en pintura en el salón realizado con
motivo de la inauguración del Mercado Central de Santiago. Al
año siguiente, con el objetivo de ampliar sus conocimientos y
convencido de su vocación artística viajó a Europa
estableciéndose en París.

Permaneció en Francia por doce años, hasta 1884, estudiando a
los viejos maestros representantes de la pintura oficial y la
corriente romántica que dirigía Delacroix, por quien sintió
gran admiración. Regresó a Chile con una ya depurada técnica
académica e inició el período más fecundo de su carrera como
pintor, crítico y maestro.

La temática de su obra fue diversa: asuntos históricos como:
«Felipe II» y «El Inquisidor», en 1880; mitológicos:
«Ptrometeo Encadenado», en 1883; bíblicos: «Caín», en 1882;
ilustrativos y anecdóticos: «La Mala Nueva», en 1882 y
«Después de la Serenata», en 1875; costumbristas: «El
Golondrinero»; retratos femeninos y masculinos: «Retrato de
Pablo Burchard»; motivos humanos: «Los Canteros» y el
paisaje: «Paisaje de Primavera».

Cabe consignar que, su pasión en cuanto a la elección de
retratos femeninos lo llevó a ocuparse, por igual, tanto de
damas de la alta sociedad como de la simple mujer del pueblo
y del campo. Ellas fueron retratadas por Lira con una fineza
digna de mención. En su interminable producción de retratos
de la mujer chilena destacan: “La Carta”, “La Primavera”,
“Damas de los Alfileres”, “Lelas”, “Sortilege”, “Pintando en
el Jardín” y “Junto a la Baranda”.

Una vez establecido en Chile fundó junto al escultor José
Miguel Blanco la «Unión Artística», en 1884. Adicionalmente,
organizó exposiciones y salones permanentes como
reconocimiento público a la existencia de una escuela chilena
de pintura.

Dos años más tarde, en 1886 se creó también por su iniciativa
El Museo Nacional de Bellas Artes en la Quinta Normal, cuyo
propósito fue la enseñanza artística y la realización de
exposiciones anuales. En Chile, Lira se transformó en una
autoridad indiscutible en cuanto a la reflexión y a la
crítica, escribiendo numerosos artículos publicados en
diarios y revistas, entre ellos, «Los Anales de la
Universidad», en la «Revista de Santiago» y en el «Correo
Literario».

En 1889 su pintura alcanzó la consagración internacional en
la exposición Universal de París, al ganar la segunda medalla
con su monumental lienzo «La Fundación de Santiago». Con
anterioridad fue galardonado en 1882 con una mención Honrosa
en París, y luego en 1884, obtuvo la Primera Medalla Pintura
Chilena en el Extranjero.

En 1892, cuando Lira tenía 46 años de edad, se le nombró
Director de la Escuela de Bellas Artes, cargo que desempeñó
hasta 1907 y desde el cual influenció a toda una generación
de pintores. Como crítico, publicó en 1902 su “Diccionario
Biográfico de Pintores”, obra que marcó la culminación de su
labor teórica. Hizo y publicó una traducción de la Filosofía
del Arte de Taine.

Pedro Lira uno de los más genuinos representantes de la
pintura chilena, de prolifera producción, pues sus obras son
más de 500, aunque algunos sugieren que fueron cerca de 800,
falleció en la ciudad de Santiago el 20 de abril de 1912, a
un mes de cumplir 66 años de edad.

Por somosfutrono

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