El senador por Concepción Domingo Santa María González,
resultó electo como Presidente de la República el 5 de julio
de 1881, con un 83,61 por ciento de la votación. La razón de
esta alta mayoría se debió a que no tuvo opositor, pues su
contendor, el General Manuel Baquedano González se había
retirado.

Santa María asumió el cargo el 18 de septiembre de ese año, a
los 56 años de edad. La vida política durante su gobierno se
caracterizó por un alto grado de apasionamiento y violencia,
acrecentados con las cuestiones religiosas, la intervención
electoral y los fraudes.

Pero lo señalado anteriormente, fue compensado por el término
de la Guerra del Pacífico, lo que le permitió a Chile contar
con una serie de nuevas e importantes riquezas minerales, las
que actuaron como estímulo para un nuevo impulso del
desarrollo industrial. En los años posteriores a la guerra,
el país vivió uno de los períodos de mayor riqueza de su
historia.

Así fue que durante el primer tiempo del gobierno de Santa
María, tuvo que abordar la última fase del conflicto, para
luego establecer los acuerdos de paz y buscar las formas de
convivencia futura con los países vecinos. Esto se
materializó en octubre de 1883 cuando se firmó el Tratado de
Ancón, que puso término a la guerra con Perú, y en 1884 fecha
en que se llegó a una tregua con Bolivia.

Pero al finalizar la Guerra del Pacífico, que permitió
incorporar al territorio nacional dos regiones con abundantes
recursos minerales, se reactivaron los problemas por la unión
de la Iglesia y el Estado, dividiéndose el país entre el
sector laico de los liberales y radicales y el sector
conservador de los clérigos.

El conflicto comenzó con el deceso del Arzobispo Rafael
Valentín Valdivieso, en junio de 1878; fecha en que el
Gobierno de Aníbal Pinto Garmendia propuso a la Santa Sede el
nombramiento del canónigo Francisco de Paula Taforó Zamora
para Arzobispo de Santiago, por considerarlo el clérigo que
lograba mayor armonía entre la Iglesia y el Estado.

Pero la Nunciatura de Santiago y el Partido Conservador,
partidarios de Monseñor Joaquín Larraín Gandarillas,
presentaron una fuerte oposición a este nombramiento, por
considerar a Taforó demasiado liberal para la época y por su
condición de ser hijo ilegítimo, por lo que le rogaron al
Gobierno prescindir de él para ese puesto, logrando que el
Sumo Pontífice paralizara el nombramiento.

Pero una vez en el poder, Santa María solicitó del Vaticano
resolver, y enviar prontamente la resolución. Sin embargo,
Monseñor Celestino del Frate, delegado apostólico en Chile,
informó a Su Santidad su opinión de rechazar la propuesta
hacia Taforó, produciéndose una de las más serias
dificultades entre el Gobierno y la Iglesia.

Las relaciones del Gobierno con el delegado se tornaron
difíciles, a tal punto, que éste recibió su pasaporte para
dejar el país, no sin antes señalar su no reconocimiento al
derecho de patronato del Gobierno de Chile en1883. Todo ello
llevó a un quiebre con la Santa Sede, razón por la cual,
Santa María envió al Congreso e hizo aprobar las siguientes
leyes:

Ley de Cementerios Laicos en1883: esta ley permitió que en
los cementerios bajo la administración del Estado, se
enterrara a personas de cualquier credo religioso.

Ley de Matrimonio Civil en1884: esta disposición, aprobada
por la mayoría liberal-radical del Congreso, eliminó la
facultad que tenía la Iglesia de ser la encargada de
consagrar legalmente la institución del matrimonio. Esta
función pasó desde ese momento, y hasta el día de hoy, a ser
desempeñada por el Estado.

Ley de Registro Civil en 1884: esta ley vino a complementar
la de cementerios y matrimonios. La nueva institución, el
Registro Civil, fue la encargada de llevar el registro de los
nacimientos, matrimonios y defunciones, con total
independencia de los registros parroquiales.

El clero y los sectores más conservadores rechazaron
abiertamente estas leyes, calificándolas de sacrílegas.
Entonces, Santa María dictó un decreto prohibiendo la
sepultura en los cementerios particulares e, incluso, para
llevar los cadáveres a las iglesias para las honras fúnebres,
lo cual dio origen a las situaciones más inverosímiles y
macabras, en que se llegó hasta el ocultamiento de cadáveres.

Al término del periodo de Santa María en 1886, la Santa Sede
designó a Monseñor Mariano Casanova Casanova como Arzobispo
de Santiago, dando inicio al principio de solución de los
problemas que se habían suscitado, entre la Iglesia y el
Estado.

Cabe consignar que, las denominadas “leyes laicas”, señaladas
anteriormente, fueron aprobadas rápidamente en el Congreso,
como consecuencia de los fraudes electorales ocurridos
durante el gobierno de Santa María.

Así fue que, en las primeras elecciones parlamentarias que
enfrentó Santa María en 1882, el Presidente, sobrepasando
todos los precedentes en materia de intervención electoral,
hizo triunfar las listas de gobierno, sin que fuera posible a
los opositores, especialmente a los conservadores, elegir un
solo parlamentario.

En 1885 se celebraron nuevamente elecciones parlamentarias
que esta vez superaron a las de 1882, en materia de
intervención electoral y fraudes. Para citar un solo ejemplo,
se recuerda que en Vichuquén el candidato conservador obtuvo
seis veces más votos que el gobiernista y, sin embargo, se
dio por elegido a éste último.

No obstante la agitación política que reinó durante su
gobierno, Santa María logró un buen número de realizaciones
en materia de organización administrativa del país, de
Hacienda Pública y de régimen interior, gracias a la riqueza
que se obtuvo al término de la Guerra del Pacífico.

En materia de beneficencia y salubridad, se terminó la Casa
de Huérfanos de Providencia, el hospital de San Agustín de
Valparaíso y se proveyeron los fondos para construir los
hospitales de Combarbalá, Rancagua, Lontué, Cauquenes, San
Carlos, Cañete y Osorno.

En materias viales, se lograron adelantos y ampliaciones en
los ferrocarriles y en los servicios de correos. Se
construyeron numerosos puentes, entre los que destaca el del
Maule, anexo al nuevo puente de fierro que se construyó para
el ferrocarril.

Otro avance importante, fue el incremento en la marina
mercante y la instalación de los primeros teléfonos y líneas
de larga distancia. Durante su administración se celebró, en
1884, una exposición de los productos industriales chilenos
y, en 1885, se realizó un censo general de la población que
dio un total de 2 millones 525 mil habitantes.

Santa María hizo grandes esfuerzos en materia educacional,
obteniendo varios logros. Al igual que el presidente Manuel
Montt Torres, hizo de la instrucción primaria el objetivo de
su atención preferente.

El 4 de febrero de 1884, un decreto comisionó al educador
José Abelardo Nuñez a dirigirse a Europa a contratar
profesores para las escuelas normales, comprar material para
la enseñanza primaria y colocar en establecimientos
especiales a los profesores y alumnos normalistas que irían a
perfeccionar sus estudios.

En 1885, la escuela Normal de Preceptoras de Chillán se
trasladó a Santiago, luego que por falta de local no había
podido funcionar. En abril de 1886, se dictó el decreto que
reguló el funcionamiento de escuelas talleres. En Tacna,
Rengo, Ovalle e Iquique se crearon liceos de enseñanza
secundaria. También se reorganizó la Escuela de Artes y
Oficios que había pasado por largos períodos de abandono.

Un aporte para los estudios de la historia del país fue la
dictación de un decreto, en septiembre de 1884, que nombró a
José Toribio Medina como secretario de la delegación de Chile
en España, a fin de reunir la colección de copias de
documentos para la historia de Chile, que luego puso a
disposición de Crescente Errázuriz y de otros historiadores.

Finalmente, se produjo el sometimiento definitivo de los
araucanos, en lo que se llamó la pacificación de la
Araucanía. Tras la Guerra del Pacífico, las primeras tropas
que regresaron a cargo del Coronel Gregorio Urrutia
sometieron en dos años las fronteras de Curacautín y del alto
Bío-Bío.

Nuevas poblaciones, como Temuco, Carahue y Nueva Imperial,
nacieron de las operaciones militares, y nuevos asentamientos
de extranjeros y de nacionales ocuparon los territorios
incorporados a la República. Luego de esta acción, la
Araucanía quedó incorporada a la vida civilizada, después de
una lucha que, con raros intervalos, se había prolongado por
tres siglos y medio.

Finalmente, en materia de relaciones exteriores, se celebró
el tratado de paz con España, el 12 de junio de 1883, en la
ciudad de Lima, zanjando de esta manera los problemas que se
habían originado con la Guerra contra ese país entre 1865 y
1866.

Santa María al dejar su mandato como Presidente en 1886,
continuó en la vida política. Falleció en la ciudad de
Santiago el 18 de julio de 1889, sin haber cumplido los 64
años de edad y ejerciendo el cargo de Senador por Ñuble.

Por somosfutrono

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