El transporte Angamos de la Armada Nacional naufragó la noche
del 6 de julio de 1928, cuando navegaba desde Magallanes
hacia el norte de Chile, durante un fuerte temporal cerca de
Punta Morguilla, en Lebu, debido a una avería en el mecanismo
del timón.

En el transporte viajaban 262 personas; 162 tripulantes y 100
pasajeros, entre ellos mujeres y niños. De esta tragedia
solamente pudieron salvarse siete personas y rescatarse
ochenta y tres cadáveres.

Cabe consignar que, el Angamos fue construido por los
astilleros C. S. Swan & Hunter, Wallsend, Newcastle en
Inglaterra y adquirido por Chile en 1891 por el gobierno del
Presidente José Manuel Balmaceda Fernández, durante la Guerra
Civil de ese año, pero arribó al puerto de Valparaíso al año
siguiente, en 1892.

Cuatro años más tarde, en agosto de 1896 zarpó de Valparaíso
con parte del personal que tripularía los cruceros y
destructores en construcción en Inglaterra, comandado por el
Capitán de Fragata José María Villarreal. En ese mismo viaje,
también se embarcaron en instrucción el Curso de
Guardiamarinas egresados en julio de ese año.

El Angamos regresó al año siguiente, zarpando de Inglaterra
en marzo de 1897, acompañando a la Escuadra de cruceros y
destructores recién construidos en ese país; los buques
“Esmeralda”, “Ministro Zenteno” y “Muñoz Gamero”, al mando
del Contraalmirante Luis Alberto Goñi Simpsom, arribando a
Valparaíso el 23 de junio del mismo año.

En 1908 fue destinado a pontón carbonero hasta 1916, fecha en
que se reacondicionó como transporte. En 1917, junto al
crucero «Chacabuco», viajó a los Estados Unidos, para
regresar al país en convoy con 6 submarinos tipo Holland,
recién adquiridos. En este mismo viaje transportó cien
vagones para el ferrocarril de Arica a La Paz.

Cabe señalar que, estos submarinos fueron bautizados con el
nombre de 6 valientes mujeres araucanas: Guacolda, Tegualda,
Rucumilla, Quidora, Fresia y Guale. El día en que fueron
entregados y se izó bandera chilena en los sumergibles, 4 de
julio de 1917, la superioridad de la Armada fijó esta fecha
como el día de la “Especialidad Submarina”.

En 1920 llevó a Inglaterra a las tripulaciones de las
embarcaciones encargadas a ese país: El Acorazado «Almirante
Latorre», los Cazatorpederos «Riveros», «Williams» y «Uribe»
y el Remolcador de Altamar » Sibbald «.

La nueva Escuadra estuvo al mando del almirante Luis Gómez
Carreño, quien estando en el puerto de Plymouth, momentos
antes del zarpe, las autoridades del puerto le indicaron que
por razones de mal tiempo, todo movimiento marítimo estaba
suspendido.

A esta instrucción Gómez Carreño contestó: «He avisado a mi
gobierno que zarpo hoy y no enmendaré mi rumbo», fue la
resuelta respuesta del Almirante, zarpando luego rumbo a la
patria, vía Canal de Panamá.

Después de cruzar las esclusas de dicho canal y antes de
salir al Océano Pacífico, las autoridades del canal
notificaron al Almirante que exigían la cancelación en dinero
efectivo, rechazando el pago con un cheque en dólares girado
por el Gobierno de Chile.

Luego de tensas negociaciones sin resultados, el Almirante
Gómez Carreño comunicó a las autoridades del canal el
siguiente mensaje: «O reciben mi cheque y me dejan zarpar, o
los cañones del “Almirante Latorre” volarán sus oficinas». Y
al mismo tiempo ordenó zafarrancho de combate.

Ante esta decidida demostración de fuerza, las autoridades
del canal resolvieron aceptar el cheque de pago y autorizaron
el zarpe de la escuadra chilena. De esta manera y haciendo
uso del lema de nuestro escudo patrio, es decir, usando la
fuerza sólo para hacer imperar la razón cuando otros la
quieren desconocer, arribó al puerto de Valparaíso el 20 de
febrero de 1921.

Así, el transporte Angamos, luego de prestar múltiples
servicios durante 36 años, naufragó en una noche de temporal
al sur del país, provocando una gran tragedia nacional.

Al año siguiente, en 1929, la familia Pérez Rodríguez donó en
memoria de su hijo Alberto, un joven marino que murió en este
desastre, una escuela primaria en Maipú, la cual lleva el
nombre de “Escuela Alberto Pérez”.

Ocho años más tarde, en 1937, esta escuela fue puesta en
manos de la Institución Teresiana para que con clara
identificación cristiana y eclesial siga el estilo y líneas
pedagógicas del fundador de esta congregación, el padre Pedro
Poveda.

Por somosfutrono

Somos un medio de comunicación que difunde el respeto al medio ambiente y los pueblos originarios; NOTICIAS , ACTUALIDAD, COMPROMETIDOS CON LA VERDAD.