El dibujante penquista René Ríos Boettiger, conocido como
“Pepo”, falleció el 14 de julio del año 2000, a los 89 años
de edad, como consecuencia de un cáncer estomacal. Uno de sus
principales méritos fue la creación del comic “Condorito”, un
símbolo que reivindicó a la historieta chilena.

Pepo nació en Concepción en 1911, en el seno de una familia
muy numerosa. De muy chico comenzó a dibujar y luego de las
pestes típicas de niño, creó la serie «Fernando hace la
Cimarra», que su padre la llevó al Diario El Sur, periódico
que publicó la historieta, cuando su autor tenía 10 años de
edad. A esa edad también expuso en una confitería, su
colección de caricaturas de personas famosas de su ciudad.

De joven ingresó a la Universidad de Concepción a estudiar
medicina, pero a los 21 años de edad, en 1932, creyó que lo
mejor era dedicarse por completo a su vocación de dibujante,
dejó su carrera y se matriculó en la Escuela de Bellas Artes,
trabajando para varios diarios y colaborando en las revistas
«Los Tiempos» y el «Sur».

Un día que estaba apurado de plata, mandó un dibujo a una
revista, y por extraño accidente, el personaje salió
publicado en las páginas centrales. Fue el comienzo de la
carrera de Pepo. Su «primera vida» en el mundo de la
caricatura política. Mientras que su seudónimo derivó de
“Pipón”, como le decían desde chico por lo “gordito”, pues
parecía un “barrilito”, sobrenombre que lo llevó a firmar
como “Pepo”.

Entre los personajes realizados por Pepo, se encuentran: “La
Viborita”, de la revista “El Pingüino”, “Don Rodrigo” de
“Pobre Diablo” Y “Don Gabito”, una sátira al Presidente
Gabriel González Videla, publicadas en la revista “Topaze”,
medio en el cual trabajó por más de 20 años.

El Mandatario, un día se refirió simpáticamente a la tira:
«Me capta tan bien, que logra mostrar mis más reservados
propósitos. Muchas veces he deseado deslizarme por la baranda
de la escalera del Palacio Presidencial, o colgarme de una
lámpara».

Pero Pepo, saltó a la fama en 1843, cuando creó su personaje
“Condorito”, como consecuencia de la decepción que sintió por
la película de Walt Disney, «Saludo Amigos», donde sus
personajes rendían tributo a Latinoamérica. Tribilín aparecía
vestido de gaucho, el colorido José Carioca sacaba la cara
por Brasil y un Pancho Pistolas hacía lo suyo por México,
mientras que los chilenos éramos simbolizados por un
minúsculo avión.

Pedrito, nombre dado al avión, intentaba a duras penas cruzar
la Cordillera de Los Andes, que según la leyenda representaba
al Presidente Pedro Aguirre Cerda, incapaz de sobrevolar la
cordillera. Esto llevó a Pepo a crear un personaje que
mostrara la identidad chilena.

Entonces, inspirado en el Escudo Nacional de Chile, creó un
personaje mezcla de hombre y de cóndor, pícaro y con sentido
del humor, que vestía grandes ojotas, pantalón de color negro
eternamente remendado y la camiseta roja, igual que la
selección nacional de fútbol. Lo ubicó en el pueblo de
Pelotillehue, una imaginaria localidad rural del sur del
país.

Luego de un intenso trabajo, en agosto de 1949, debutó
Condorito “El Aventurero”, en el primer número de la revista
«Okey», una publicación semanal de historietas. En esa época
tenía rasgos menos redondeados que los de ahora, pero que ya
era la encarnación del chileno de pueblo. El bueno “pa’la
talla”, amigo de sus amigos, donde su espíritu mezclaba la
astucia con la ingenuidad.

Pepo comentó que los orígenes de los amigos de Condorito,
fueron naciendo de sus propias experiencias: «Comegato”, era
un pescador de Caldera, que se alimentaba de esos animales.
Huevoduro, un funcionario blanco como la leche de la embajada
de Canadá. Yuyito una sobrina muy querida suya. Don Chuma, su
compadre y Yayita, era el sobrenombre de su cuñada».

La imaginación de Pepo también aportó lo suyo con doña
Tremebunda, Coné, Don Cuasimodo, Garganta de Lata, Che
Copete, Pepe Cortisona, Fonola y su fiel perro Washington.

Pero, el misterio más grande que encerraba Condorito, era el
personaje el “Roto Quezada”, famoso en todo Chile. Recién en
1972, Pepo reveló la verdadera historia del enigmático
personaje:

«¡Ah, esa es una historia conocida y bastante desagradable!
El Roto Quezada era un funcionario del Casino del Club
Militar. Un día fuimos a comer allí con mi mujer y este
hombre la insultó. Hubo un incidente muy bochornoso, y desde
ese momento decidí vengarme de él. «Muera el Roto Quezada»
fue el lema que persiguió al funcionario hasta el día de
hoy.”

“Luego por un amigo supe que lo habían trasladado al Hospital
Militar a cargo de la alimentación de los enfermos. Coincidió
esto con la época en que desapareció la carne en el hospital.
Entonces reinicié mi descarga contra el «Roto», titulando con
grandes letras en «El Hocicón, diario pobre pero honrado»,
que el «Roto» se había comido toda la carne de los enfermos».

Durante cinco años consecutivos el comic de Condorito se
publicó en la revista “Okey”, pero a la gente le gustó tanto
que Pepo debió independizarse y en 1955 sacó la primera
revista Condorito. En 1962 tuvo que hacer dos, en 1968 tres,
en 1975 cuatro y en 1983 empezó a publicarla cada 15 días.

Al cumplir medio siglo de vida, en 1999, la revista que se
había editado en forma ininterrumpida desde 1955 y
transformado en una institución dentro de la cultura
nacional, Correos de Chile decidió homenajear a su personaje
principal Condorito, con un sello postal, para despedir el
milenio.

Actualmente, la editorial mexicana Televisa, es dueña de los
derechos del personaje Condorito, quien es admirado por 80
millones de lectores en Chile, Argentina, Bolivia, Perú,
Paraguay, Uruguay, Colombia, México, Centroamérica y los
Estados Unidos.

Condorito conmueve y entretiene a millones de personas en el
continente, por manejar un humor blanco, sin mencionar
racismo ni cuestiones políticas. Y es justo ahí donde radica
su éxito, en un contenido simple, de fácil adaptación a las
diferentes situaciones y en una comunicación abierta con la
gente de cualquier edad estrato social o nacionalidad.

Uno de los principales méritos de Pepo, al crear este
personaje, fue el de dejar un símbolo, y al mismo tiempo, un
símbolo que reivindicó a la historieta chilena.

Por somosfutrono

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