El poeta y naval Eulogio Goycolea Garay se integró el 2 de
agosto de 1879 a la goleta «Covadonga», bajo las órdenes del
Capitán Manuel Joaquín Orella Echanez. Había ingresado a la
Armada, a los 18 años de edad, al estallar la Guerra del
Pacífico.

Estando en la “Covadonga” escribió: «Morir con honra es el
sagrado lema y es el emblema del honor chileno, y allá en el
cielo grabará con nuestro decoro el Hacedor eterno». En esa
misma época le escribió a su hermana Emilia, casada con el
Teniente Ignacio Serrano Montaner, héroe del Combate Naval de
Iquique: «No llores mi muerte, porque de nada servirá, ni
nada podría hacer por ti, a pesar de que lo deseaba de todo
corazón».

Mientras el poeta escribía la guerra continuaba y el monitor
peruano “Huáscar”, comandado por Miguel Grau Seminario,
provocaba serios problemas en las costas del Pacífico, por lo
que el Gobierno de Chile se empeñó en destruirlo, de manera
de continuar con las maniobras militares.

Para ello despachó la flota, en la cual se encontraba la
Covadonga, en la búsqueda y destrucción del “Huáscar”.
Avisados, que tanto el monitor como la corbeta “Unión”,
pasarían a la altura de Antofagasta en la noche del 7 al 8 de
octubre, se situaron los barcos chilenos de manera de
acorralarlos.

Finalmente, el objetivo fue cumplido y el “Huáscar” fue
capturado en Punta de Angamos, comuna de Mejillones, el 8 de
octubre de ese año. Entonces, tomó el mando del monitor el
Capitán Guillermo Peña y Goycolea, quien fue transbordado al
“Huáscar” el mismo día que se desarrolló la Batalla Naval de
Angamos, y que le costó la vida a Grau.

Al año siguiente, el 27 de febrero de 1880, día en el que el
monitor «Huáscar» atacó al monitor «Manco Capac» y a los
cañones peruanos de Arica, el aspirante Goycolea encontró la
muerte junto a varios de sus compañeros marinos, cuando una
granada explotó cerca del cañón en el cual servía. Este
combate sostenido en Arica fue el precursor de la toma de esa
ciudad.

Cabe señalar que, Goycolea nacido en Calbuco el 10 de marzo
de 1861, se le realizaron los funerales en la ciudad de
Santiago, el 12 de marzo de 1880.

El joven que entregó su vida por la patria, también
incursionó en la poesía, siendo sus obras líricas más
notables; «La Soledad», «Mis Lágrimas», «Al Estudio», «Mis
Pesares» y «A mi Madre». Además de un drama titulado «Un
Corazón Generoso», y un romance, «Mi Destino».

Por somosfutrono

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