En la ciudad de Madrid, España, nació el 7 de agosto de 1533,
el poeta historiador y autor de “La Araucana”, Alonso de
Ercilla y Zúñiga, quién quedó huérfano de padre cuando tenía
un año de edad, y su madre, dama de la infanta María y
posterior esposa del rey de Hungría, logró colocarlo como
paje del príncipe Felipe II.

Ercilla adquirió su agudo espíritu de observación y amplio
conocimiento de la vida, en sus continuos viajes por Europa
como paje del futuro rey de España. De esta manera, a los 21
años de edad, en 1554, estaba en Inglaterra con motivo del
matrimonio de Felipe II con María Tudor, pero en esos
momentos, Ercilla se sentía triste por un amor no
correspondido y ansiaba distracción en una aventura lejana.

En esas condiciones, las noticias referentes a los sucesos de
las lejanas tierras de Chile, llevadas por Gerónimo de
Alderete Mercado, quien había sido enviado a España por Pedro
de Valdivia, interesaron mucho a Ercilla. Entonces, regresó a
España y solicitó permiso para pelear en Perú y Chile.

Cabe consignar que, Alderete se encontraba en España, porque
el testamento de Valdivia, donde lo nombraba a su muerte
gobernador de Chile, había sido anulado por la Real Audiencia
de Lima. Pero Alderete consiguió que el rey lo designara
gobernador de Chile en octubre de 1554 y lo confirmara por
real cédula en marzo del año siguiente.

De esta manera, Ercilla y Alderete, se embarcaron juntos en
octubre de 1555 con destino al virreinato, pero el
Conquistador murió en abril de 1556, sin haber concluido la
travesía. Por tal razón, Ercilla continuó solo su viaje
llegando a Perú ese mismo año, donde fue recibido por el
Virrey Andrés Hurtado de Mendoza, quien lo hospedó en su
palacio de Lima.

Su llegada coincidió con los preparativos del hijo del
Virrey, García Hurtado de Mendoza Manríquez, para hacerse
cargo de la gobernación del Reino de Chile, pues Valdivia
había muerto en diciembre de 1553, y en el país se peleaban
el poder, los conquistadores Francisco de Aguirre y Francisco
Villagra.

Por esta razón, Ercilla se incorporó a esta expedición, con
el grado de Capitán. Acompañó a Hurtado de Mendoza en su
primera campaña a Arauco, donde presenció, y se supone que
también participó, en las batallas de Lagunillas, Quiapo y
Millarapue, siendo testigo de la muerte de Caupolicán.
También participó en la expedición que García Hurtado realizó
al Seno de Reloncaví.

Pero estando en La Imperial, en medio de un gran festejo, se
produjo un altercado entre Ercilla y Juan de Pineda, en
presencia del Gobernador. La actitud insolente de sus
subalternos decidió a Hurtado de Mendoza a tirarlos de sus
caballos, tomarlos prisioneros y condenarlos a muerte por
degollamiento.

Sin embargo, la suerte estuvo del lado de Ercilla, ya que al
parecer habría sido una joven indígena, compañera de Hurtado
de Mendoza, la que pidió su perdón, por lo que la pena fue
cambiada por el destierro, lo que tronchó la carrera militar
de Ercilla.

Se encontraba de regreso en Lima en 1559 y cuatro años más
tarde en 1563, en España. En la capital imperial retornó a la
Corte, donde recibió el hábito de la Orden de Santiago y
contrajo matrimonio con María Bazán, enlace que le dio
independencia económica.

En los 17 meses que Ercilla permaneció en Chile, desde abril
de 1557 a septiembre de 1558, escribió parte de su gran obra:
«La Araucana». Los datos anteriores a su llegada al país los
obtuvo escuchando a los antiguos conquistadores que se
encontraban en Chile, los que fueron implementados por su
propia experiencia durante las excursiones. Otros los obtuvo
en Lima, durante su destierro.

La Araucana gira en torno a un tema central, la guerra, que
es cantado en 37 cantos en octava real, algo monocordes,
aunque ágiles y unitarios en cuanto al relato de los sucesos.

El objetivo de Ercilla fue dejar testimonio de las hazañas de
los españoles, asegurando la veracidad de lo contado en la
medida que su relato se escribía al mismo paso que la guerra,
destacando las virtudes militares y el amor por la libertad,
manifestado por los indígenas.

Figuras como la de Lautaro y Caupolicán aparecen como héroes
valientes e indomables, mientras que la imagen conquistadora
se presenta más real, sin grandes héroes, pero con la
voluntad de permanecer en estas tierras.

En el prólogo de la obra Ercilla escribe: «… muchas veces
en cuero por falta de papel, y en pedazos de cartas, algunos
tan pequeños que apenas cabían seis versos, que no me costó
después poco trabajo juntarlos; y por esto, y por la humildad
con que va la obra, como criada en tan pobres pañales;
acompañándola el celo y la intención con que se hizo, espero
será parte para poder sufrir quien le leyere las faltas que
lleva…».

Desde la aparición de «La Araucana» en 1569, costeada por su
propio autor, obtuvo éxito, lo que obligó a Ercilla a
preparar la Segunda Parte en 1578 y, más tarde, en 1589, la
Tercera. El poema completo, con sus Tres Partes, se publicó
en Madrid, por primera vez, en 1590. Está considerado como el
primer gran poema épico dedicado a la conquista de América y
el mejor en lengua castellana.

En los últimos años de su vida, Ercilla desempeñó numerosas
misiones diplomáticas, así como el cargo de censor de libros.
Falleció en su ciudad natal a los 61 años de edad, el 29 de
noviembre de 1594.

Por somosfutrono

Somos un medio de comunicación que difunde el respeto al medio ambiente y los pueblos originarios; NOTICIAS , ACTUALIDAD, COMPROMETIDOS CON LA VERDAD.