Su preocupación por el incremento de la escasez hídrica, fundamentalmente a causa del cambio climático y la necesidad de políticas públicas que enfrenten esta situación más allá de las políticas sectoriales que se implementan ante las emergencias que ello genera, manifestaron el senador Alfonso De Urresti y otros senadores de la bancada socialista en la reunión con la Presidenta Michelle Bachelet sostenida la semana pasada, ocasión en la que plantearon su convicción de que para enfrentar la actual sequía, que es permanente, se requieren recursos igual de permanentes, lo que a su juicio debiera expresarse en una glosa específica en el Presupuesto de la Nación 2017, aun en medio de las restricciones actuales.
De Urresti fue enfático en señalar que “la sequía ya no es algo temporal, exclusiva del verano. Los efectos del calentamiento global, el cambio climático y los fenómenos del Niño y la Niña son permanentes. Por eso no podemos solo seguir siendo testigos de cómo año a año se pierden miles de hectáreas y cabezas de ganado, se pierden empleos asociados a la agricultura y de los cientos de camiones aljibes que los municipios deben arrendar para llevar agua a los lugares en que no hay acceso a agua potable, ni siquiera a través de los APR, debiendo para ello, comprar el vital elemento a las empresas sanitarias”.
El legislador por Los Ríos dijo que “aunque desde el Estado se han venido adoptando medidas para enfrentar este escenario, como la creación de la figura del delegado presidencial del agua, un conjunto de obras de infraestructura entre las que destacan varias plantas desalinizadoras y embalses, así como la reactivación del proyecto de ley que crea los servicios sanitarios rurales, que pronto será ley y que ordenará el sistema de agua potable rural, se requiere de avanzar más allá y tener una política general al respecto”.
“Esta política –agregó- debiera hacerse cargo de los temas hídricos en general, pero incorporando el cambio climático como un criterio amplio y general en el SEIA; que redefina la política forestal, para limitar la expansión sin límites de los cultivos exóticos forestales, grandes consumidores de agua, que potencie los comités de APR ya fortalecidos con la nueva ley de servicios sanitarios, que impulse los proyectos de reforma al Código de Aguas y que entregue recursos y atribuciones a los gobiernos regionales. Y, por cierto, que contemple la elaboración de una ley de cambio climático”.