El académico de la Lengua, ensayista, narrador, profesor,
abogado y periodista Samuel Lillo Figueroa, falleció el 19 de
octubre de 1958, a los 88 años de edad. Fue galardonado con
el Premio Nacional de Literatura en 1947, pero su mayor
reconocimiento se debe a que fue uno de los fundadores del
“Ateneo de Santiago”, lo que permitió a muchos jóvenes de la
época desarrollarse en este arte.
Lillo nació en la ciudad de Lota y a los diez años se fue a
vivir a Lebu, donde inició sus estudios, los que prosiguió en
Concepción. A los 19 viajó a Santiago y se matriculó en la
escuela de Leyes en la Universidad de Chile, pero una vez
recibido de abogado se dio cuenta que no era esa su verdadera
vocación.
Entonces, decidió estudiar castellano en el Instituto
Pedagógico y una vez titulado de profesor, se dedicó a la
cátedra de castellano por muchos años en el Instituto
Nacional y en la Escuela Militar. Se consagró a la docencia
con tanto éxito que llegó hasta la prorrectoría de la
Universidad de Chile, cargo que desempeñó hasta 1923.
A los 30 años de edad, en 1900, publicó su primer libro
“Poesías”; desde entonces, sus pequeños cantos cundieron y
formaron el caudal de su obra poética en que destacan
“Canción de Arauco”, “Romancero del Mar”, “Fuente Secreta”,
“Lámpara Evocadora” y “Cantos Filiales”. Tiene también tres
ensayos titulados: “Literatura Chilena”, “Ercilla y la
Araucana” y “Espejo del Pasado”.
Posteriormente, a los 41 años de edad, en 1911, Lillo ganó
dos premios en concursos auspiciados por el Consejo Superior
de Letras y el Círculo Naval de Valparaíso con sus obras:
“Chile Heroico” y “Romancero del Mar”.
Dos años más tarde, en 1913, ganó un primer premio en los
Juegos Florales de Tucumán, Argentina, con su “Canto a la
América Latina”. Obtuvo otro primer premio en el concurso del
Consejo de Instrucción Pública con un “Canto a Vasco Nuñez de
Balboa”.
En 1915 ganó el primer premio en los Juegos Florales
Cervantinos de Valparaíso con su “Canto Lírico a la Lengua
Castellana”. Al año siguiente, consiguió la Flor del Oro en
los Juegos Florales de la Raza con su “Canto a Isabel la
Católica”, concurso realizado en la ciudad de Concepción.
A los 77 años de edad, en 1947, obtuvo el Premio Nacional de
Literatura, que como muchos de estos premios, no estuvo
exento de críticas. Se dijo que el galardón le hubiese
correspondido a Vicente Huidobro Fernández, pero dada la
difícil situación económica por la que atravesaba Lillo,
recayó sobre éste.
Pero existe consenso en que Lillo fue un poeta fecundo,
dejándonos una veintena de obras de corte épico, en estrofas
sonoras, inflamadas y declamatorias muy al gusto y moda de su
época.
Y su nombre será siempre recordado como el fundador del
“Ateneo de Santiago”, donde acogió cordialmente a escritores
que se iniciaban, muchos de los cuales, son con el correr de
los años tan valiosos como Augusto d´Halmar y Eduardo
Barrios.