Luego de acumular las experiencias de las erupciones de los volcanes Caulle (2011), Villarrica y Calbuco (2015), investigadores de la UACh se han abocado a informar y compartir el efecto de estas perturbaciones sobre la calidad del agua y fauna acuática en los ríos aledaños.
El equipo, liderado por el Dr. Eduardo Jaramillo del Instituto de Ciencias de la Tierra e integrante del Núcleo de Investigación Transdisciplinaria del Cuaternario de la UACh (TAQUACH), se enfocó al estudio de cursos de aguas afectados por los procesos eruptivos, realizando análisis físico químicos del agua y monitoreando la abundancia de insectos acuáticos y peces en los mismos.
Los resultados alusivos a los efectos de las erupciones, fueron presentados en el simposio internacional “Cities on Volcanoes 9” que se realizó en Puerto Varas entre el 20 y 25 de noviembre y que reunió a investigadores nacionales e internacionales, con el objetivo principal de promover el intercambio de ideas y experiencias,que permitan mejorar la capacidad de respuesta a este tipo de perturbaciones ambientales de las comunidades locales que viven cercanas a los volcanes.
En este sentido, el Dr. Jaramillo expresó que es muy relevante para los científicos tener un tiempo de respuesta rápido, con el objetivo de recabar el mayor número de datos posibles una vez ocurrida la perturbación y de este modo llegar a apreciaciones objetivas de los efectos reales de las mismas. “Por ejemplo, en ocasiones, un río turbio que tiene altas concentraciones de material o sedimentos suspendidos, no necesariamente es un río contaminado, sino queno así químico, información que puede ser muy relevante para las autoridades en su momento”.
Fauna acuática
El investigador de la UACh, expresó que los muestreos en los ríos aledaños a cada una de las zonas de las erupciones, se realizaron gracias a la rápida respuesta y respaldo de la Dirección de Investigación y Desarrollo (DID) de la UACh, que entendió que obtener datos del primero momento, es muy valioso para el desarrollo de los estudios post – perturbación.
Jaramillo señaló que después de 14 meses de ocurrida la erupción en el volcán Caulle, las abundancias de insectos en los ríos Nilahue y Golgol (al norte y sur del volcán Caulle y que tuvieron mayor carga de sedimentos suspendidos en el agua) fueron similares a la media histórica de abundancia en ríos de la zona estudiados antes de la erupción o en ríos no afectados por el material piroclástico expulsado del volcán. Del mismo modo, por un período mayor a 12 meses no se observaros peces en esos cursos de agua, y los primeros en aparecer fueron especies introducidas como peces salmonideos.
En tanto y de acuerdo a los resultados llevados a cabo días y hasta dos meses después de la erupción del volcán Calbuco, las abundancias y riqueza de especies de insectos acuáticos fueron más bajas en ríos turbios o con mayor carga de sedimentos suspendidos (por ejemplo, ríos Blanco Este y Hueño Hueño) versus ríos de aguas claras (río Tronador). En esos ríos turbios, la fauna de peces fue la más afectada debido a que la alta carga de sedimentos en el agua se depositó en las branquias de los peces, lo que resultó en sofocamiento de los mismos.
Finalmente, el científico sostuvo que es primordial realizar este tipo de estudios, “porque podemos registrar, no solo el impacto de una erupción u otra perturbación de gran escala como un terremoto o un tsunami, sino también los procesos de recuperación de los ecosistemas acuáticos, incluyendo la calidad de agua y fauna de los mismos, información que siempre será necesaria entender el funcionamiento de los sistemas naturales y para los tomadores de decisiones, tanto a nivel regional o central”, expresó.