A nivel profesional, el fútbol femenino ha tomado impulso en los últimos años. De este han surgido nuevas referentes deportivas y rostros publicitarios. Los clubes tradicionales han fundado divisiones femeninas y cada vez más, es parte de la parrilla programática en los medios.

Sin embargo, en términos de equidad, la brecha de género sigue siendo abismal. En lo que a términos salariales respecta, aunque la industria futbolística genera más de 500.000 millones de dólares cada año, un 49% de las jugadoras de fútbol profesional no reciben un salario y un 87% finalizará su carrera deportiva antes de los 25 años (FIFpro, 2018).

A modo de ejemplo, Lionel Messi recibe 130 millones de euros al año, mientras Ada Hegerberg —la mejor jugadora del mundo según la FIFA— recibe 400.000 euros, lo que se traduce en un sueldo 325 veces menor. 

Es bajo este escenario que desde 2008, la Fundación Fútbol Más ha sido precursora en inculcar la equidad de género mediante un programa de intervención en diversos barrios, escuelas y residencias en Chile y otras partes del mundo. Gracias a esto, niñas y niños comparten canchas sin distinción, mientras aprenden valores integrales como el respeto, trabajo en equipo y alegría.

A fines del 2018, Fundación Fútbol Más lanzó la campaña “El balón no tiene género”, la cual buscó romper los estigmas anacrónicos que perfilan al fútbol como un deporte masculino, haciendo un llamado a valorizar de igual manera- tanto profesional como mediáticamente- a las participantes femeninas. La campaña tomó realce con la Copa Mundial Femenina disputada en 2019. 

Actualmente, el programa beneficia a 170 niñas en las regiones de Biobío, La Araucanía y Los Ríos. En esta tónica, trabaja un grupo especializado de sociólogos y psicólogos, quienes han evaluado los procesos y percepciones de las nuevas generaciones de aficionadas/os al fútbol, con alentadores resultados. 

Quizá uno de los aspectos más positivos para la equidad de género, es una encuesta realizada por el Área de Estudios de Fundación Fútbol Más a niñas, niños y jóvenes que respondieron la pregunta “¿El fútbol es un deporte para niños, niñas o ambos?”, obteniendo en un 95% la respuesta “ambos”. 

Parte importante de estas evaluaciones realizadas, considera un examen denominado SDQ “Strengths and Difficulties Questionnaire” (Cuestionario de Fortalezas y Dificultades), el cual mide cinco aspectos a quienes participan de las intervenciones de barrio: síntomas emocionales, problemas conductuales, problemas relacionales, hiperactividad y la conducta prosocial (aspectos positivos en el relacionamiento con sus pares).

En las dimensiones del SDQ, más de un 50% de las niñas muestran niveles positivos de comportamiento, mientras que un 77% afirma sentirse altamente segura practicando fútbol en su barrio a través de las clases impartidas por Fútbol Más.

La equidad de género en el fútbol de cara al futuro

Durante 2004, el Celaya, un equipo mexicano de segunda división, fichó a la futbolista Maribel Domínguez. En esa ocasión la FIFA vetó el fichaje -pese a la insistencia de la Federación Mexicana de Fútbol- decretando que «debe haber una separación clara entre el fútbol masculino y el femenino». Esto, con el argumento de una supuesta superioridad de rendimiento físico por parte de los hombres.

No obstante, un estudio de 2013 de la Universidad John Moore en Liverpool, develó que hay casos donde el rendimiento futbolístico femenino, incluso supera al masculino y se estima que cada vez el nivel de juego está más equiparado.

Esto demuestra que, históricamente, a las mujeres siempre se las ha separado sin fundamentos de esta actividad. No obstante, según los resultados obtenidos por Fútbol Más, es una realidad que está a pasos de quedar obsoleta… al menos bajo la mirada de las futuras generaciones.


Por somosfutrono

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