El terror ha golpeado Bruselas este
martes con una serie de explosiones que ha afectado el
aeropuerto y una estación de metro y ha causado al menos 26
muertos —11 de ellos en el aeropuerto y 15, en el metro— y
decenas de heridos, según la autoridad de transportes en la
capital belga.

El Gobierno de Bruselas ha cerrado todas las líneas de
transporte público. «Temíamos un ataque terrorista y ha
sucedido», ha afirmado el primer ministro belga, Charles
Michel, en una comparecencia pública junto al fiscal general
belga, Frédéric Van Leeuw. «Hubo dos explosiones en la zona
de salidas [del aeropuerto], una de ellas probablemente
causada por un ataque suicida», ha indicado el fiscal.

El primer ministro no ha precisado aún el número de
víctimas. Michel ha asegurado que la policía «está tratando
de estabilizar la situación», además de desplegar a las
fuerzas de seguridad, entre ellas el Ejército, en lugares
donde «aún existe preocupación» de que pueda haber problemas.
El gobernante belga, con corbata negra, ha hablado de
tragedia y ha instado a los ciudadanos a permanecer «unidos y
solidarios».

Van Leeuw ha confirmado que uno de los ataques del
aeropuerto ha sido perpetrado «por un kamikaze» y ha hablado
de «heridos graves», sin más concreción. La policía federal,
encargada del caso, se centra ahora en averiguar quiénes son
los autores y si alguno de ellos se ha podido dar a la fuga,
ha asegurado Van Leeuw.

También ha explicado que la policía ha tenido que realizar
un trabajo enorme en esa explanada de salidas porque, tras la
deflagración, todos los viajeros han huido y dejado
abandonados los equipajes. Y la prioridad era, en ese
momento, asegurar que ninguna de esas maletas pudiera
contener explosivos. «Ponemos todo de nuestra parte para
normalizar la situación», ha asegurado el fiscal.

Testigos citados por medios belgas apuntan que en el
aeropuerto se oyeron gritos en árabe antes de las
detonaciones. Según Sky News, al menos una de las dos
explosiones se produjo en los mostradores de facturación de
American Airlines.

«Estaba en la fila para registrarme y he escuchado una
explosión. He visto humo y he visto a personas correr hacia
la salida. Ha habido una segunda explosión mucho más cerca de
mí después», ha explicado un testigo de los hechos a RTL. «Se
ha ido todo el mundo del aeropuerto con pánico, la mayor
parte de las personas han dejado sus maletas allí. Los coches
han sido evacuados», ha asegurado. El servicio de trenes al
aeropuerto ha sido suspendido.

Las explosiones en Bruselas se producen tres días después de
la detención en Bruselas del yihadista Salah Abdeslam, huido
tras los atentados del 13 de noviembre en París, que
provocaron 130 muertos.

Varios países han reforzado al máximo las medidas de
seguridad en los aeropuertos y han cancelado vuelos. Tras las
explosiones, la frontera por carretera y tren entre Bélgica y
Francia ha sido cerrada, informa el diario francés
Libération. Y la red europea de trenes de alta velocidad
Thalys —con conexiones entre París y Bruselas, Colonia y
Ámsterdam— ha anunciado que ha interrumpido por completo sus
trayectos, menciona El Paìs de España.

La compañía Eurostar, que conecta por tren Bruselas, París,
Londres y Lieja, entre otras ciudades, ha cancelado sus
servicios con origen o destino en la capital belga. Las
instituciones de la UE están en nivel naranja de alerta, las
reuniones han sido suspendidas y solo se permite el acceso a
los funcionarios identificados.

La alerta antiterrorista en Bélgica se encontraba en el
nivel 3, pero después del atentado de este martes el Gobierno
la ha elevado al 4, el máximo, que ya estuvo activado entre
el 21 y el 25 de noviembre de 2015. Entonces, el primer
ministro belga, Charles Michel, advirtió de la posibilidad de
que se produjera un atentado similar al de París. El nivel
actual indica la existencia de «una amenaza posible y
creíble».

Por somosfutrono

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