GATUPERIO MUNICIPAL

“Chile, fértil provincia y señalada / en la región Antártica
famosa, / de remotas naciones respetada / por fuerte,
principal y poderosa; / la gente que produce es tan granada,
/ tan soberbia, gallarda y belicosa, / que no ha sido por rey
jamás regida / ni a extranjero dominio sometida.” Así rezan
los versos del poema épico La Araucana, de Don Alonso de
Ercilla y Zúñiga, escrito en los 1500 y dedicado a Felipe
II.

Leer estos versos sin duda alimenta nuestro orgullo, y por
momentos da sentido a nuestra posición en el concierto
regional.

Zambullido en la contingencia, se me vienen a la memoria
estos versos, paradójicamente porque en la actualidad
pareciera que cobran singular validez.

A medida que avanza en el poema, Ercilla va cambiando su
mirada heroica de los sucesos (de Arauco) por una visión más
bien trágica, algo así como un gozne entre la épica y la
agonía. Lamentable visión, solo comparable con lo que nos ha
sucedido como país en el último tiempo: pasar de ser un
ejemplo de desarrollo y crecimiento, en la región, a vivir un
incierto futuro y una agonizante economía.

Pensando en los días que vivimos, y con profundo respeto por
Ercilla, hoy podría parafrasearse “…Chile, estacionario e
inmutable país de la región austral de indoamérica, enfrenta
este año un proceso eleccionario municipal; las dirigencias
políticas desprestigiadas y pendencieras no saben qué hacer,
los problemas del ciudadano común y corriente no se llevan ni
de apunte, y lo único que vale es superar al contrincante.”
(Siga mi estimado lector con los versos según su particular
parecer).

Escucho el lamento de las regiones: se mantiene la práctica
de las designaciones de candidatos por secretaría; las
dirigencias regionales poco o nada pesan, todo depende de las
directivas nacionales; el caudillo del pueblo “se mantiene”;
los parlamentarios buscan desesperadamente reclutar nuevos
candidatos, y cualquiera les sirve; los “influyentes” ya no
le creen a ningún “honorable” por miedo a contaminarse y
mucho menos están dispuestos a “ponerse”.

Triste espectáculo y dantesco cuadro el que se dibuja en
estos días de nuestra contingencia, cuando, además, se van
agotando los plazos políticos. Una muestra: se promulgó con
toda pompa la “ley de primarias”, que buscaba solucionar
parte de los problemas mencionados, pero aunque usted no lo
crea, los mismos que la votaron, ahora piensan que «es mejor
resolver los problemas conversando o en último caso por
encuesta».

Con todo lo complejo que resulta este escenario electoral
municipal, es obvio que nadie se preocupa de los problemas
reales de los vecinos, última (o primera) línea de nuestra
democracia: hasta aquí él y sus problemas no son tema, con lo
cual la esperanza de que las cosas cambien es remota.

Malas administraciones, gestiones deplorables, municipios
politizados, ineficientes hasta lo patético, apuntan sus
“últimos cartuchos” a acciones cargadas de parafernalia
meramente propagandística, actitud muy distante y aun reñida
con lo que se entiende por gestión comunal de excelencia.

¡Pero todavía hay esperanzas! Nuestros vecinos de Arica a la
Antártica y de la cordillera a Isla de Pascua, deben
aprovechar las próximas elecciones para poner fin a este
“gatuperio” político municipal.

Tengo la ilusión, interpretando libremente los versos de
Ercilla, de que “en unos pocos meses las cosas van a cambiar,
cuando el poder vuelva realmente a esa gente granada, que no
ha sido jamás por rey regida, ni a dominio politiquero
sometida».

CRISTIAN LABBE GALILEA

Por somosfutrono

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