El puerto de Constitución, ubicado en la VII Región, fue
fundado el 18 de junio de 1794 por Santiago Oñederra, con el
nombre de Villa Nueva Bilbao de Gardoqui, por instrucciones
recibidas del Gobernador de Chile, Capitán General y
Presidente de la Real Audiencia, Ambrosio O’Higgins.
Este puerto pasó a llamarse Constitución, 34 años más tarde,
por la ley del 8 de agosto de 1828, en homenaje a la
Constitución Política de la República promulgada ese año.
Cabe señalar que, Ambrosio O’Higgins desempeñó el cargo de
Gobernador durante ocho años, de 1788 a 1796, realizando una
muy buena administración, por lo que está considerado como el
más ilustre de los gobernantes del país, durante la Colonia.
En esa época recorrió todo el país impulsando el progreso.
Estructuró muchas ciudades. Organizó la agricultura, pesca,
comercio y minería. Exportó productos y fomentó el tráfico
marítimo. Fue el primero en poner en orden las finanzas
fiscales, sabiendo exactamente las entradas y los gastos.
También durante su gobierno se emprendió la construcción de
los tajamares de cal y ladrillo en el río Mapocho en la
capital, para evitar los desastres que provocaban las
crecidas del río.
El objetivo de O’Higgins de contar con un nuevo puerto en esa
zona fue el de poder transportar vía marítima la producción
triguera de Talca y de los fundos de la costa de la región,
de manera de facilitar el traslado y abastecer en forma más
eficiente al país de este vital elemento. Así fue que, a
través del mar el trigo fue llevado al centro del país,
llegando incluso a exportarse a Perú.
Los primeros 500 vecinos levantaron los astilleros que
constituyeron más tarde la industria base de Constitución. Se
construyeron los heroicos lanchones, conocidos como “faluchos
maulinos”, de madera de roble de la zona, de una eslora de 21
metros aproximadamente y con una altura total hasta la
cubierta de cinco metros, siendo impulsados a vela.
Casi un siglo después, en 1848, cuando la “fiebre del oro”
atrajo a mineros y comerciantes de todo el mundo a
California, Estados Unidos, los casi 30 mil chilenos que
acudieron, llegaron en “lanchones maulinos”, tras recorrer
toda la costa de América.
Posteriormente, alrededor de 1900, esas piedras y sus
hermosas playas negras asombraron a los exigentes talquinos,
que instalaron allí su lugar de veraneo. Bosques, montañas,
río y mar hacen de este uno de los lugares más completos
entre los balnearios nacionales. Sus bellezas naturales
sobresalen en medio de un paisaje todavía no muy explotado
turísticamente y constituyen las principales protagonistas de
esta sinfonía marina.
Hoy, Constitución de 21mil habitantes, es reconocida en el
ámbito nacional por su Industria Forestal, Industria
Pesquera, Astilleros y su Planta de Celulosa Celco, que se
encuentra ubicada frente al mar. Cuenta con una amplia área
de edificación, buenas construcciones, instalaciones
turísticas y eficientes servicios públicos.