En la ciudad de Santiago nació el 25 de agosto de 1831, el
Intendente, político, historiador y abogado, Benjamín Vicuña
Mackenna, quien ha sido considerado como el cantor de las
glorias del Ejército y Armada chilenas, y el más popular y
fecundo de los escritores nacionales.

Su educación escolar la realizó en el Instituto Nacional y
luego siguió leyes en la Universidad de Chile, titulándose a
los 26 años, en 1857. Anteriormente, a los 18 años de edad,
en 1849, escribió su primera investigación histórica “El
Sitio de Chillán de 1813”, publicada en el periódico “La
Tribuna”.

Al año siguiente, sus ideas liberales lo hicieron ingresar al
campo político, siendo elegido secretario del Club de La
Reforma, cargo que también desempeñó en la Sociedad de la
Igualdad, fundada por Francisco Bilbao Barquín y Santiago
Arcos Arlegui en abril de 1850, cuyo objetivo era formar una
escuela de propaganda y de educación del proletariado
político y social, considerada en su época como un verdadero
foco revolucionario.

De hecho, junto a los miembros de esta Sociedad y sus
seguidores Vicuña Mackenna, participó en el “Motín de
Urriola, del 20 de abril de 1851, encabezado por el General
Pedro Urriola Balbontín, quien murió ese mismo día en las
calles de Santiago. El objetivo de este movimiento era evitar
el ascenso al poder del candidato presidencial Manuel Montt
Torres, pero al fracasar, Vicuña Mackenna fue hecho
prisionero y condenado a muerte.

Sin embargo, logró escapar de la cárcel disfrazado de mujer
junto a José Miguel Carrera Fontecilla, hijo del General José
Miguel Carrera Verdugo, y ambos se trasladaron a La Serena.
Allí se integró a otro levantamiento armado, logrando dar el
primer estallido de la Guerra Civil de 1851, el 7 septiembre
de ese año. Al frente de un batallón, tomó posesión de
Combarbalá e Illapel, pero al ser derrotado por las tropas
leales del presidente electo Montt, se ocultó en Tobolango.

A fines de 1852 se dirigió a Valparaíso y en el puerto se
embarcó hacia California, recorriendo todo Estados Unidos. Al
año siguiente se dirigió a Europa, visitando distintos
países. En España comenzó a recolectar los primeros
documentos históricos relativos a Chile. Mientras que en
Londres se inscribió en el Real Colegio de Agricultura
Cirencester, y en Francia publicó un folleto de propaganda
titulado “Chile”, destinado a incentivar la colonización
europea.

Una vez amnistiados los que participaron en la Revolución de
1851, Vicuña Mackenna regresó a su Patria en 1856, cuando
tenía 25 años de edad, reincorporándose nuevamente al
movimiento político opositor al gobierno de Montt,
participando como secretario en la Sociedad de Instrucción
Primaria y en la Sociedad de Agricultura. En esa época
publicó sus memorias de “Tres Años de Viaje”, y una segunda
investigación histórica titulada “El Ostracismo de los
Carrera en 1857”.

Pero al finalizar el segundo período del Presidente Montt
participó nuevamente en un acción contraria al gobierno, la
Guerra Civil de 1859, llamada “La Revolución del Colihue”.
Entonces, fue encarcelado y luego desterrado junto a los
otros revolucionarios a Liverpool, Inglaterra.

En este segundo destierro, Vicuña Mackenna completó su
recopilación de documentos en España, regresando a Chile a
fines de 1861, cuando se iniciaba el gobierno de José Joaquín
Pérez Mascayano.

Al año siguiente fue nombrado miembro de la Facultad de
Humanidades de la Universidad de Chile. Posteriormente, se
inició como periodista en la redacción de “El Mercurio” de
Valparaíso, publicando textos históricos como: “El Ostracismo
de O’Higgins” y “Las Dos Esmeraldas”, y esbozos de los
protagonistas de “La Guerra de la Independencia Chilena”.

En 1864 fue elegido Diputado por la Ligua por el período 1864
a 1865. En el último año, al estallar la Guerra con España,
se dirigió a Perú y a Estados Unidos a cumplir misiones
oficiales encargadas por el gobierno de Pérez.

Al año siguiente, cuando regresó a Chile en 1866, publicó las
memorias de ese viaje: “Diez Meses de Misión en Estados
Unidos”, y se dedicó a sus actividades periodísticas y a las
campañas políticas, siendo elegido diputado por Valdivia en
el período comprendido entre 1867 y 1870.

Terminado su cargo en el Congreso viajó nuevamente a Europa,
regresando en 1872, año en que fue nombrado Intendente de
Santiago, durante el gobierno de Federico Errázuriz Zañartu.
En este cargo, realizó una labor extraordinariamente fecunda,
siendo la principal el embellecimiento y modificación del
Cerro Santa Lucía; transformando un montón de piedras en un
hermoso paseo.

En él se encuentra la obra “Caupolicán”, del primer escultor
chileno, Nicanor Plaza, y a pesar que la escultura fue
contemplada inicialmente por el artista como un homenaje al
último moicano, representando a un indígena con tocado de
plumas, arco y flechas, para ser llevada a un concurso
norteamericano, en el cual no fue considerada. Entonces, la
presentó en el concurso organizado por Vicuña Mackenna,
ganando la primera medalla en la Exposición de Artes e
Industrias de 1872.

Adicionalmente, durante la gestión de Vicuña Mackenna se
realizaron o iniciaron obras como el término de la
canalización del Mapocho, un camino de circunvalación para
toda la ciudad, ampliación de la red de agua potable, un
nuevo matadero para los barrios de la zona norte,
finalización de las obras del Teatro Municipal,
ensanchamiento y pavimentación con adoquines de numerosas
calles, entre otros.

En 1975, previo acuerdo con el Presidente Errázuriz, aceptó
ser candidato a la presidencia de la República para el año
siguiente y renunció a su cargo de Intendente, pero la
candidatura no llegó a las urnas en definitiva, dejándolo en
una deficiente situación económica.

Volvió al Congreso tras ser elegido Senador por Santiago
entre 1876 a 1879, y por Coquimbo entre 1879 a 1885.
Adicionalmente, entre 1874 y 1878 publicó “Un Año en la
Intendencia de Santiago”, “Los Lisperguer y la Quintrala”,
“De Valparaíso a Santiago”, “Relaciones Históricas”, e
“Historia de la Jornada del 20 de Abril de 1851”.

Durante la Guerra del Pacífico organizó la Sociedad
Protectora de Huérfanos y de las Viudas de la Guerra,
invirtiendo sus escasos ahorros en esta causa. Visitó
diariamente los hospicios que acogían a los soldados heridos,
de cuyas conversaciones se impuso de los detalles de las
campañas y acciones militares que publicó en el periódico “El
Nuevo Ferrocarril”.

De esa época son sus obras: “Historia de la Campaña de
Tarapacá 1880”, “Historia de la Campaña de Tacna y Arica”, e
“Historia de la Campaña de Lima 1881”. Además, publicó un
libro con biografías de los soldados muertos en la guerra
llamado: “Álbum de las Glorias de Chile”.

Luego se retiró a la vida privada en su campo Santa Rosa de
Colmo, dedicándose a la administración de las labores
agrícolas, combinando su pasión por escribir. En sus últimos
años escribió sucesivamente, “El Libro del Oro”, “El Libro de
la Plata” y “El Libro del Cobre”. Falleció en su campo a la
edad de 54 años, el 25 de enero de 1886, y sus restos fueron
sepultados en la Capilla del Cerro Santa Lucía.

Por somosfutrono

Somos un medio de comunicación que difunde el respeto al medio ambiente y los pueblos originarios; NOTICIAS , ACTUALIDAD, COMPROMETIDOS CON LA VERDAD.